treinta y cinco

550 54 20
                                    

Cuando la música paró noté como el corazón me iba a mil. La gente aplaudía y yo no podía dejar de sonreír tras la primera actuación de nuestro comeback. La canción había gustado, los fans estaba muy emocionados. El vestuario era espectacular, nuestra musicalidad parecía haber evolucionado en muy poco tiempo... Y me encantaba el cambio que habíamos hecho. Tras saludar nos pidieron que nos fueramos del escenario y nada más llegar a bastidores la euforia desapareció de mi cuerpo. Me fui corriendo a una esquina, en la que había una papelera y eché hasta mi última papilla. Era la quinta vez que vomitaba esa semana y tan solo era miércoles. Al levantar la cabeza vi frente a mí a Yoongi, la única persona que me atendió de todos aquellos que se encontraban en el lugar, pues todos estaban pendientes de mí hasta que dejaba de ser Gloss, hasta que me mostraba vulnerable y de verdad necesitaba auxilio. Nada más terminé de vomitar se acercó a mí, me abrazó con cuidado y besó mi frente sudorosa.

Si me dijo algo no me enteré. Me sentía desfallecida, como a punto de morirme. Recuerdo que pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros y me llevó como pudo hasta el primer camerino vacío que encontró, que dio la casualidad de que era el mío. Una vez a solas me sentó en una silla y me ofreció agua. Al haber estado actuando, bailando y cantando necesitaba el agua, además de que era necesario que reponiera líquidos ya que acababa de vomitar. Cogí el vaso con la poca fuerza que tenía y me lo llevé a los labios, mojándolos, agradeciendo el frescor. Entonces Yoongi pasó su mano por mi frente y me despeinó con suavidad. Le indiqué con un gesto que me quitara las extensiones y me hizo caso, apañándose como pudo. Una vez tuve mi pelo al natural tomé una goma de pelo que había en un tocador y me lo recogí en una pequela coleta. Debería tener el maquillaje corrido, dando un aspecto bastante deplorable. Tenía la boca pastosa y la vista algo nublada, pero me sentía mejor.

—¿Estás con ansiedad?—preguntó Yoongi con voz dulce, acariciando mi cabeza.

—Creo que sí—murmuré mirándole.

Se agachó de nuevo para besar mi frente y yo susurré un agradecimiento.

—Si es por la mudanza, ya están todas tus cosas en el piso. Está amueblado, Holly está ya allí, ¡y está bien!

Sonreí y asentí con la cabeza.

—Ya sabes que la ansiedad no tiene mucho sentido.

Asintió con una sonrisa. Y se sentó en el suelo, frente a mí, de manera que tenía que alzar la cabeza para mirarme a los ojos. Tenía ganas de reírme de él, porque la visión era graciosa, pero me dolía el abdomen de vomitar. Estiré mis manos para que me las cogiera y le sonreí nada más respondió a mi gesto. Acarició con sus pulgares el dorso de mis manos y se quedó mirándome sin pestañear, como si fuera a desaparecer.

—¿Llevas así toda la semana?

—Sí, y antes de que digas nada no te he dicho nada porque no quería preocuparte.

Frunció los labios y negó con la cabeza, como si no tuviera remedio.

—Deberías habérmelo dicho, habría estado más pendiente, ¿sabes?

Me encogí de hombros. Realmente no se lo había contado porque no entendía muy bien cómo me sentía. Creía que eran nervios, ansiedad, mas con el paso de los días parecía que la opresión en el pecho y las palpitaciones fueron desapareciendo hasta quedarse tan solo en una molestia estomacal y mareos. Me sentía más enferma de gastroenteritis que ansiosa y me tenía algo preocupada ya que llevaba sin estar mala del estómago muchísimos años.

Nada más empecé a encontrarme mejor, Yoongi me ayudó a quitarme la ropa de la actuación. Me desmaquillé despacio con los productos del lugar y me dejé vestir por él, con cuidado y mimo. Una vez estaba lista, me puse la mascarilla y las gafas de sol. Llamé a unos de los mánagers y le comuniqué que me iba por indisposición. Se quejó pero no me obligó a quedarme. También mandé un mensaje a mis compañeros, los cuales no contestaron ya que estaban ocupados.

Grey | Min Yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora