El que será líder
La arena para el gran enfrentamiento lo esperaba. Los nervios le provocaban pequeños espasmos y un siseo en su cabeza.
En medio del bosque, sobre las tierras que había presenciado la muerte de muchos estaba presente la mesa de Price, con sus doce líderes, Edwin y algunos de los líderes de las manadas residentes en Zurinam y la mesa del consejo; la presión era notoria, también la fiereza del enfrentamiento que le habían organizado.
—Si salgo con esto con el orgullo intacto, me voy a embriagar—dijo.
—Ja, ja, ja, ja—la risa de su compañero solo hizo que esbozara una sonrisa.
— ¿De qué te ríes, omega? —preguntó.
—Quiero verte confundiendo un árbol con una persona otra vez, en serio que fue muy divertido ver como le pedias el paso—nuevamente las carcajadas, esas mismas que calmaban un poco los nervios de Taddeo.
—Por favor, Sergio. Acordamos que no hablaríamos de eso—respondió Taddeo—y espero que eso no se vaya a repetir.
—No te preocupes que si pasa me encargare de inmortalizarlo en una grabación—bromeó y rió aun más cuando Taddeo le dedicó una mirada agresiva—pero no es para que pongas esa cara. Sonríe para que la vida lo haga contigo.
—Largo, quiero concentrarme antes de la prueba—pidió "amablemente".
—Suerte—deseó Sergio dándole un corto abrazo.
Faltaban poco más de diez minutos para que ingresara a la arena. Tenia el dorso descubierto, una sudadera y zapatillas negras. Allí solo pudo pensar en salir con la frente en alto y con una sonrisa, con el aplauso de los líderes presentes.
"Y si pierdes, también saldrás con la cabeza en alto, pero con una guillotina colgando de un cabello", pensó tomando una profunda respiración. Escucho la voz de su padre y supo que era momento de hacerse ver, así fue como camino hasta el centro de la estructura dispuesta para su enfrentamiento.
Su manada estalló en jubilo al verlo entrar, después de todo el sería el próximo líder. Los demás líderes lo recibieron con un modesto aplauso.
—Taddeo Castillo, primogénito de esta manada. Hijo de un vidente no maldito y primero en su clase, hoy serás puesto aprueba para determinar la tenacidad con la que tu padre, Edwin, te educo. Siendo él la actual cabeza de la manada que tu aspiras liderar—Lasha habló con fuerza y convicción.
—Es por esa razón que deberás de enfrentar a los doce primogénitos de la mesa de Price—intervino Tram.
—Seguido de ello, tus oponentes serán los tres mejores guerreros de las tres manadas hermanas—Jazmín habló luciendo radiante.
—Y, por último, deberás de enfrentarme, Taddeo—la voz de Edwin resonó e hizo que apretará los dientes. La mirada que el padre daba al hijo era retadora—. Deberás vencer satisfactoriamente a tus oponentes y seguir en pie hasta el amanecer. ¿Estás listo, primogénito?
—Si, estoy listo, padre—respondió con la mayor convicción que había reunido hasta el momento.
—Las batallas serán cuerpo a cuerpo, sin armas físicas de ningún tipo—aclaró Lasha—la magia solo permitida hasta donde lo dictamina el punto dieciséis del pacto hecho entre las manadas. Dicho esto, que el primer primogénito entre a la arena.
—Reo Frago, primogénito de la manada Arce blanco—se pronunció a toda voz el hombre que entraba. Compartían la misma complexión muscular, pero su oponente tenía el cabello ennegrecido y unos bonitos ojos celestes.
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El de ojos Azules © #PGP2024
Fantasy•|Libro 2 - Videns|• »Porque no todo azul reflejó el océano, hubo alguna vez uno que reflejo el ojo de la muerte» Ser padre nunca es fácil; no existe un manual que te indique paso a paso qué hacer con un pequeño que solo llora a cada media hora y pi...