Las manos de su amado recorrían su cuerpo, sus labios bendecían cada lugar que tocaban y en sus ojos tan oscuros vio el placer encendido como la llama de una vela en una densa oscuridad.
No perdió ni un segundo más e invitó a esos labios a bendecir los suyos, las manos parecían inquietas y se negaban a permanecer en un solo lugar y optan por recorrer el cuerpo ajeno del cual se aferran como si en unas horas no volvieran a verse por una larga eternidad.
Los sexos se rozaban y las corrientes de sensaciones incitaban a que la fricción nunca cesará; él deseaba entrar en la estrechez de su cuerpo, pero el otro solo deseaba a su boca y la danza por quien llevaba el mando no importaba en ese momento.
—Quiero volver a hacerte el amor como aquella vez bajo la luna—dijo él apartando a su chico tan solo un poco.
—Yo—dijo antes de agachar el rostro—yo también quiero que lo hagamos, pero no aquí, sino allá—señaló a su derecha y a lo lejos la gran casa se alzaba—hasta entonces deséame cada noche, sin falta alguna, y, te prometo, que llegará un día en el que, en esa noche, nos desearemos los dos.
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El de ojos Azules © #PGP2024
Fantasi•|Libro 2 - Videns|• »Porque no todo azul reflejó el océano, hubo alguna vez uno que reflejo el ojo de la muerte» Ser padre nunca es fácil; no existe un manual que te indique paso a paso qué hacer con un pequeño que solo llora a cada media hora y pi...