Capítulo 32

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Enfrentar al destino


Aquel lago había sido testigo de eventos históricos a lo largo de su historia, Taddeo estaba en una de las orillas en su forma de lobo observando el agua que estaba en calma.

—Es un bonito lugar—aquel hombre estaba a su lado, sonreía con tranquilidad y estaba calmado. Eso pudo notar el lobo con su olfato.

Taddeo no respondió inmediatamente, se dedicó a seguir observando la calma de las aguas queriendo poder imitarlas.

—En este lago, hace ya mucho tiempo, fue cuando inicio todo, con la traición a las reglas de la naturaleza, el asesinato de algunos Alpha a traición y dos corazones rotos—el aroma de Cliff había cambiado, ahora era nostálgico—. ¿Qué quieres hablar conmigo, primogénito?

—Necesito que me ayudes a enfrentarla—habló el lobo sin mirar al brujo.

—Aún sigues considerando enfrentar al destino, Taddeo—Cliff miró por el borde del ojo al lobo—y creo que eso no sería lo peor. Consideras que puedes vencerla—la risa que soltó el brujo hizo el lobo gruñera un poco alto—lo siento, no era mi intención burlarme, pero es que lo que quieres hacer está fuera de nuestras manos. Ella es quien decide qué puede pasar y qué no. Si quieres enfrentarla, tienes que hacerlo.

—Fuera del mismo tiempo, lo sé—volvió a gruñir—es por eso por lo que necesito de tu ayuda, brujo.

—No soy como el vidente, mis habilidades no rivalizan a las entidades.

—Tu ayuda no la requiero en la batalla contra ella, te necesito para que abras la puerta entre este mundo y "el olvido" —la solicitud de Taddeo dejo al hombre confundido—. Ese mundo está fuera de la línea del tiempo, ¿entiendes?

— ¿Qué te hace pensar que seré capaz de abrir una puerta a un mundo como ese?

—No tienes que ser modesto conmigo, brujo—respondió Taddeo—el tiempo con mi padre en ese lugar hizo que te volvieras un brujo muy hábil, mucho más peligroso que el actual representante de los brujos en el concejo de los tres arcos.

El brujo sonrió, Taddeo lo estaba mirando de costado y él mantenía la vista en el lago manteniendo aquella sonrisa.

— ¿Qué voy a ganar ayudándote, primogénito?

—Sé lo que estás planeando, esperas con ansias que ese día llegue para dar el golpe—el primogénito cambió su forma a la humana y, como cortesía de Cliff, fue vestido—. Sé que necesitas algo más para enfrentar a Danny, el tiempo lo fortaleció más de lo que hizo contigo; básicamente te dejo a un lado.

La sonrisa en el rostro del brujo se fue desvaneciendo tras las palabras del primogénito.

—Dentro del olvido hay algo que quieres, pero que todavía no sabes—Cliff frunció su entrecejo y levanto una mano señalando al muchacho.

—Esa cosa fue desterrada de este plano, cuando Danny uso sus habilidades para que no fuera tan sencillo traerlo por completo a este mundo—Cliff cayó de momento y miró al lago, en sus ojos se podían a preciar muchas dudas—pero tiene sentido, siendo una criatura antinatural, que fue desterrada por un vidente al único lugar donde no causaría problemas. Puede que Danny no fuera consciente de eso cuando lo enfrentaba—la mirada del brujo volvió al muchacho—. Me ayudas a destruir a las manadas, primogénito, ¿qué pensará Danny de eso?

—No es algo que le incumba, brujo—respondió sin una emoción en concreto.

—Puede que tenga la capacidad de terminar de abrir la puerta, pero no sin algo que altere la realidad—el brujo sonrió—así que quiero ver que harás para deformarla.

El de ojos Azules © #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora