Sensaciones
El trabajo se acumulaba sobre el escritorio del Alpha, había reuniones que organizar con los líderes de las manadas que residían en Zurinam, quejas que atender y proyectos que evaluar.
—Ezio, cita a reunión a las mandas del territorio, hoy una hora antes de la medianoche en bosques bajos—el muchacho tecleaba—infórmale al alcalde que debe socavar más información antes de darle la residencia a los exiliados de Avannaata, añade que podrían ser temperamentales y representar un problema.
—Algo más que necesite—Ezio estaba por salir de la oficina.
—Quiero que prepares la prueba de fuerza, tres días para tener todo organizado. Cita al consejo de los tres arcos.
—Entendido, Alpha.
Ezio salió y el Alpha sonrío.
—Sal ya, bruja—Lasha hizo su aparición.
— ¡Maldición! —bramó dejando caer su cuerpo en un sillón individual—pensé que lo había logrado.
—Toma años dominar la inhibición del aroma, bruja—replicó sin levantar la vista de los documentos encima de su escritorio.
—Si, si—hizo un ademán—cambiando de tema, ¿qué tienes en mente para la prueba de fuerza?
—No lo sé aún—levantó la vista hacia la bruja—no con certeza. Aún hay detalles que debo organizar.
—Vas a hacer que el consejo pierda su tiempo.
—Ellos hacen parte de los detalles que debo organizar, y para ello necesito tenerlos aquí—respondió Edwin.
En el camino hacia la casa de sus abuelos pudo conocer a distancia el árbol que se alzaba en el centro de la ciudad. El verano le sentaba bien al árbol y a la ciudad. Por el citófono la voz de su abuelo, algo distorsionada, se presentó.
—Abuelo, soy Taddeo—dijo acercándose al micrófono y bajando la voz. Del otro lado escuchó al abuelo repetir su nombre.
— ¡Ya era hora! —respondió divertido—empuja la puerta y sube—la puerta hizo un extraño sonido y dando un empujón se abrió.
No tardó demasiado subiendo las escaleras, la puerta era de color amarillo. La única que había visto de ese color en lo que había de edificio. Un tapete en la entrada de un color oscuro le dio la bienvenida.
—Por el cielo bendito, cuando has crecido muchacho—Chase se lanzó sobre su nieto y lo envolvió en un abrazó, uno con el que Taddeo se sintió, un poco más, en casa. Chase era un poco más bajo que Taddeo, los años lo habían hecho encorvarse.
—Cada vez te vez más joven, abuelo—comentó haciendo reír a su mayor.
—Venga ya, entra que el almuerzo está esperándote—Chase se hizo a un lado.
En la sala, al lado del comedor, se sentaron a hablar con los platos sobre el regazo. Una porción de arroz, verduras salteadas y pechuga asada calmaron el hambre del pobre muchacho y un jugo de mango terminó por completar un almuerzo delicioso.
Quien más habló fue Chase, quiso poner al día su nieto lo que había pasado en el tiempo que se había ausentado. También le habló sobre Danny, pero este tema pidió que lo dejara de lado.—Y, ¿cómo está la abuela? —preguntó, percibiendo el dolor que la pregunta generaba en el abuelo.
—Aún está en estado catatónico—responde tomándolo último de jugo de mango del vaso—el doctor dijo que posiblemente este así un periodo de dos años más—frunció los labios.
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El de ojos Azules © #PGP2024
Fantasy•|Libro 2 - Videns|• »Porque no todo azul reflejó el océano, hubo alguna vez uno que reflejo el ojo de la muerte» Ser padre nunca es fácil; no existe un manual que te indique paso a paso qué hacer con un pequeño que solo llora a cada media hora y pi...