Videncia
Las cosas en la gran casa habían estado tensas durante las últimas semanas. Desde que Max se desvaneció sin un rastro para seguir, el consejo ha estado un poco fuera de lugar. Taddeo les contó todo lo que logro dialogar con su padre y Cliff, solo exceptuó la profecía, el primogénito aclaró que eso le correspondía a Max contarlo. El ambiente en esa sala estuvo caldeado de emociones, de ira y preguntas que aún seguían sin respuesta.
Edwin fue el más afectado. Para él quizá Danny nunca volvería, si lo hacía sería para enfrentar situaciones que los podrían separar de nuevo. Estuvo encerrado en su cuarto un par de días y decidió salir cuando el alcalde fue personalmente a buscarlo. Tenía aún muchas cosas por resolver como Alpha. Por otro lado, Taddeo era, más que otras veces, un frasco con una tormenta dentro que crecía mientras más sabia.
—Tienes que calmarte—le aconsejó Lucas mientras acunaba su rostro—. Piensa con claridad, no te dejes llevar solo de las emociones. Y si necesitas a alguien con quien conversar o hacer otras cosas, aquí estaré.
Lucas había estado estudiando todo lo relacionado con la videncia, con ese otro mundo del que le hablo Taddeo. Ha estado al lado del muchacho los últimos días mientras este entrena arduamente contra Tram aprovechando el cambio que dominó. El primogénito ahora sanaba igual o más rápido que un lobo joven, sus sentidos se agudizaban con más velocidad y ahora podía dar frente a batallas con Alpha.
Sus habilidades de videncia, que debían ser guiadas por el Max, las exploró en la soledad del bosque y con la gran biblioteca del concejo abierta para él decidió conocer acerca de esa naturaleza a la que había sido reacio a aprender.
Los videntes, como criaturas que descienden de la diosa lunar, poseen habilidades que los hacen sumamente poderosos. Sin embargo, entre más conocimiento abarcó, entendió por qué no todos los videntes habían despertado las grandes habilidades de las primeras generaciones. El conocimiento siempre les sería entregado con dolor, la maldición a la que fueron condenados no solo los privaría de un destino, sino que limitaría sus capacidades con base en la tolerancia que tenían al dolor, a la soledad que experimentarían o el rechazo de aquellos con los que decidiera vivir.
Se dice, dado que nunca fue escrito, que las primeras generaciones de videntes estuvieron llenas de hombres y mujeres que poseían habilidades cercanas a las entidades superiores. Algunos podían modificar las líneas de vida sin que estas perturbaran lo que estaba dicho, hubo algunos que se dice lograban evadir su línea y crear una completamente nueva y, quizá la leyenda más extraña, hubo uno que podía otorgar destinos a quienes aceptaban servirles. Pero de esos tiempos solo se registran las leyendas que fueron pasadas entre manadas y generaciones.
—Habilidades que son propias de cada vidente o despertadas de antiguas generaciones—leyó Taddeo de uno de los libros que había traído de la gran biblioteca—. Cada vidente puede despertar o heredar habilidades que pueden ser comparables con las entidades superiores. Maximiliano Amulet, vidente maldito de la séptima generación desde la consejera de la luna, se dice despertó la habilidad de viajar en las líneas de tiempo. El vidente puede, no solo proyectarse sobre una línea o ir a ese recuerdo, sino que fue capaz de trasladarse a ese mismo instante en el que estaban por suceder las cosas para poderlas cambiar. Sin embargo, tal hazaña requiere de energía de la que un vidente no puede disponer—Taddeo meditó por un momento—. ¿Qué habilidad despertaría, Danny?
Se preguntó si sería capaz de llamarlo. Se encontraba en su cuarto, cerró los ojos, junto sus manos a la altura del pecho y lo llamó en cabeza. Su cuerpo fue víctima de diversas sensaciones, cuando aclaro sus pensamientos logro sentir al vidente. Sentía su calor, era cómodo, sentía que allí en ese lugar no necesitaba a nadie más, fue un momento de suficiencia tan grande que lo hizo llorar un poco.
![](https://img.wattpad.com/cover/196550994-288-k123988.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El de ojos Azules © #PGP2024
Fantasy•|Libro 2 - Videns|• »Porque no todo azul reflejó el océano, hubo alguna vez uno que reflejo el ojo de la muerte» Ser padre nunca es fácil; no existe un manual que te indique paso a paso qué hacer con un pequeño que solo llora a cada media hora y pi...