Capítulo 10

31 6 0
                                    

Lo que nunca se fue

La brisa calmó, seguían mirándose. Lucas trataba de asimilar a aquel hombre que está frente a él, un hombre que supuso llevaba más de dos décadas muerto. Taddeo se tensó con sus palabras y se colocó por delante de Lucas.

—Así que lograste sobrevivir, sucio roedor—Ezequiel se había materializado a un lado de Taddeo, colocando su mano sobre el hombro del primogénito, le transmitió calma e información relevante.

—Solo necesito con vida a Taddeo. Con vida, Ryan—una voz un poco más distorsionada habló tras la barrera del portal. El portal se fue deshaciendo lentamente.

Ezequiel llevó el enfrentamiento a un lugar menos vistoso y los traslado al bosque.

— ¿Recuerdas este lugar Ryan? —preguntó Ezequiel. Ryan dio un vistazo rápido a su entorno.

—No se repetirá lo mismo, brujo—respondió irritado.

—Estarás solo contra él, por ahora, es inmune a la magia natural, no la de un vidente—dijo Ezequiel para Taddeo—me llevaré a Lucas a la gran casa, volveré en dos minutos con tu padre y Tram, dos minutos Taddeo.

Con un movimiento de muñeca, Lucas se desvaneció junto con el brujo.

—Será mucho más sencillo sin esos estorbos—dijo Ryan con ojos cambiantes. En un parpadeo había cambiado a un lobo grande y robusto, pelaje oscuro y con cicatrices visibles en el hocico.

Taddeo cambio parcialmente; su rostro, ojos, manos y oídos, haciéndose más sensible a los estímulos del entorno. Tomó una larga respiración y se colocó en una posición defensiva, Ryan se lanzó contra él.

Tuvo que evadir con habilidad los arañazos que le regalo su contrincante. Aunque asestó un par de golpes, no generaron un gran daño en el cuerpo del gran lobo. No tenía la fuerza para ocasionar el daño suficiente. Su reciente acto de vidente había mermado su fuerza.

La forma animal de Ryan era intimidante, en su mirada se distinguía un deseo de asesinar. Nuevamente, el lobo se lanzó sobre él.

—Price—dijo a media voz Taddeo. Su entorno cambió completamente y se materializó la preparatoria de Price, donde hacía muchos años Ryan había estado. La criatura examinó su alrededor, reconocía la cafetería donde conoció a Danny y a los demás. Llevó su mirada a Taddeo, él tenía los ojos encendidos en un azul eléctrico.

—Puedes ver.

Escuchó decir al gran lobo, se le veía confundido.

—Eras joven, y no tenías habilidades muy desarrolladas—mientras Taddeo hablaba, Ryan fue obligado a volver a su forma humana, una forma joven de sí mismo. Cuando observó al muchacho a los ojos se percató de que no era el mismo.

—No creí que te vería de nuevo, Danny. No en el mismo lugar que nos conocimos—dijo Ryan. Danny estaba frente a él, igual de joven que la última vez se vieron.

—No sé cómo pude permitir que entraras en nuestras vidas—habló Danny—tienes mucho que aprender—su mirada estaba sobre Taddeo que estaba a su espalda.

—Así que Cliff sí se ha debilitado—dijo Ryan cambiando parcialmente.

—No subestimes la fuerza que me queda, Ryan. Cliff no es el único que ha estado estudiando estos últimos años.

Taddeo solo observaba, había escuchado poco acerca del hombre, Ezequiel le compartió datos puntuales sobre las habilidades de su oponente.

—Taddeo, la magia de un vidente es la única que lo podrá dañar, dado que en aspectos físicos estas en desventaja—le habló su padre mientras a su vez mantenía una conversación con el hombre frente a ellos—. Logre restaurar un poco de energía, úsala para frenarlo como consideres pertinente.

El de ojos Azules © #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora