Cierre

1.7K 209 46
                                    

El vigilante cumplió su promesa, y al día siguiente, volvió. Luego de eso sus visitas fueron más o menos frecuentes. A veces venia dos días seguidos, pero podía pasar tres días sin saber nada de él, luego lo veía en las noticias. Igualmente no me quejaba, ya que cuando venía, me la pasaba muy bien. Jugábamos juegos de mesa, el me contaba sobre algunas misiones, (obviamente, sin decir ningún detalle comprometedor), hablamos sobre cómo sería mi vida una ves atrapemos a las personas de la academia; ambos habíamos coincidido en que no podría tener una vida normal mientras Blackday siguiera funcionando, y menos cuando se supone que estoy muerta.

Nightwing también me traía comida y me hacía preguntas sobre Blackday. Esa era mi parte menos preferida; pero, aún así, no me molestaba tanto, ya que él siempre parecía saber cuándo dejar de hacer preguntas.  Aún me es un poco difícil aceptar que no viene a matarme, como me habían dicho en Blackday.

Los otros días, mi cuidado recaía en Agnes, la enfermera y única persona que se atreve a acercarse a mi cuando estoy consciente, además de Nightwing, claro. No los se encarga de mi salud física, sino también mental, puesto que se la pasa haciendo preguntas sobre cómo me siento, y unas veinte veces al día me recuerda que estoy a salvo.  Ella también se ha convertido en algo así como una amiga, si es que aún se lo que la amistad es.

Agnes me pregunta lo mismo al inicio del día. ¿Si tuvieras que usar una sola palabra para describir como te sientes, cual usarías? Los primeros días me quede en completo silencio, sin saber muy bien cómo responder. Pero al cuarto día la respondí. Le dije: nada, y esa fue la primera ves que le dirigía la palabra. Eso es lo que sentía, nada, pero el pasar de las horas, los doctores y oficiales de policía, he descubierto que en realidad, si siento algo.

El problema es que no se que es. Aún así, si me preguntaran qué sentimientos tengo con más frecuencia, yo diría que uno es la frustración, seguida muy cerca por el miedo. He intentado con todas mis fuerzas acoplarme la mi nueva vida, acoplada a una camilla mientras me sano. Es difícil, ya que siento que en cualquier momento alguien de mi vida pasada entrara por la puerta y hacer dios sabe que. No extraño ser una asesina, pero extraño ser parte de algo, de algún grupo, algo mayor que solo yo. Mi futuro en incierto, ya que no puedo tener una vida normal a menos de que Blackday Academy sea desmantelada y todos sus trabajadores sean encarcelados, lo cual es un futuro muy distante.

Lo que me salvo de que ella repitiera sus preguntas de siempre fue la inesperada llegada de Nightwing con una gran bolsa llena de las cosas que traía en mi traje de Valkyrie. Él cree que ver las cosas de mi pasado me darán un cierre; como si lo necesitara de todas formas.

— Entonces, ¿Esto para que es? — pregunta sosteniendo una pequeña cápsula color morado.

— Lo mismo que usaban los soldados en la Segunda Guerra Mundial. — explicó. — Una cápsula de cianuro.

La cara de Nightwing palidece, y por un momento temo que se desmaye.

Las cápsulas de cianuro se utilizaron con frecuencia en la Segunda Guerra Mundial por los nazis, principalmente. Es una píldora pequeña de vidrio delgado color morado para disimular su contenido. Dentro hay una gotita de líquido amarillo altamente letal para los seres humanos, ya si ingieres al menos una pequeña gota, esta subiría de tu torrente sanguíneo a tu cerebro en segundos, asesinándote al instante. Sin dolor, y sin propabilidad de sobrevivir. Es la muerte perfecta, y la mejor forma de asegurar que Blackday no salga a la luz. Los muertos no cuentan cuentos.

— ¿Si no hubieras estado inconsciente, la habrías tomado? — me pregunta Nightwing.

¿Lo habría hecho? En mi mente, nunca creí que tuviese que hacerlo, nunca creí que me atraparían. Pero el problema con el adiestramiento de la academia, es que luego de un tiempo empiezas a creer lo que dicen, y pronto, ya no piensas qué hay sacrificios demasiado grandes, ya no crees en la esperanza.

Stronger | Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora