Stronger | Damian Wayne

Hacer historia

— Bien, reúnanse — pide Supermán, y como era de esperarse, todos responden a su llamado, yo incluida — Esto es lo que vamos a hacer: nos dividiremos en diferentes equipo.

— El equipo alfa monitorear las noticias y redes en caso de algún avistamiento de los Myths — habla una chica de piel verde y pecas. La reconozco, es Miss. Martian. Nunca pelee contra ella, y por eso estoy eternamente agradecida ya que podría haber sido lo ultimo que haga.

— Equipos Arrow, Stargirl, Flash, Outsiders, Titans vuelvan a sus ciudades y esperen la señal. Desconocemos el punto de ataque, entonces debemos estar preparados para todo — habla ahora Batman con su característica voz grave.

— Anna, — dice Nightwing, dando un paso adelante — El es Brainy — señala a un hombre de cabello hasta los hombros color plateado y piel verde, obviamente el no es de por aquí, y si, me refiero a la Tierra — El nos ayudara a buscar una forma de apagar el poder mental de Finn sin usar tu sangre. Ahora, ve con el. — su rostro esta cubierto por una mascara, pero

— Todos saben que hacer, — dice Batman nuevamente — A trabajar.

Asiento levemente, dandole a entender que acaté su orden y me muevo alrededor con el resto, quienes también caminan hacia sus respectivos grupos. Camino lentamente hacia el tal Brainy, quien ya se estaba yendo del lugar y esquivo a quienes se meten en mi camino. Paso al lado de Damian, y antes de seguir con mi camino el me agarra del brazo con fuerza, obligándome a detenerme.

Lo miro atentamente. Logro ver una pequeña grieta en su armadura. Es diminuta, imperceptible para la mayoría, pero no para mi. Reconozco un movimiento de duda en la forma que baja sus ojos hasta su mano, como si no supiese como llego a mi brazo. Sus ojos escalan por mi brazo hasta que encuentran con los míos . Ahí esta su intensa mirada, aunque no lo veo, siento sus brillantes ojos verdes, severos, fríos, que revelan una personalidad calculadora y desconfiada.

Por primera vez me permito pensar el porque de sus acciones, y es que tal vez, el creo su armadura por una razón. El, como yo, fue obligado a crecer rápido, a olvidar ser un niño. Ambos reaccionamos de maneras diferentes, yo me volví necesitada, fuerte, pero detrás de mis sonrisas solo hay dolor, y Damian simplemente se apagó, dejo de sentir, por mas frustrante que sea, él es así.

Nunca necesite su aprobación, pero conseguirla siempre provocó orgullo, aunque no quisiera admitirlo. Por un segundo me transporto a esa noche de lluvia, solo nosotros dos, un piano y una canción, y me encuentro extrañando esa serenidad, cuando aun no sabia nada de esto y mi única misión, mi noble misión, no era otra que proteger a los demás de mi estupidez.

Sin aviso de por medio, el agarre de Damian se suaviza rápidamente y me suelta. Lo miro ultima vez, y tal vez haya sido por los sentimientos que el recuerdo me trajo, mi realización de las similitudes que compartimos y el hecho de que el será por siempre el único que me entienda; o simplemente por la alboroto del momento; pero eso no me detiene, después de todo, siempre he sido la mas irresponsable de los dos.

Camino, acortando el espacio entre nosotros y de forma segura, planto un delicado e inocente beso en sus labios. No hay intercambios de saliva ni un acercamiento increíble, si no fuera por mis manos en sus mejillas no creo que tendríamos en contacto físico en lo absoluto. No es un beso romántico, sino símbolo de una promesa, la promesa de que protegeré a su familia, aunque sea lo ultimo que haga.

Me separo unos segundos después de que nuestros labios contactan, y agradezco que lleva antifaz y no podré ver sus ojos, no quiero ni imaginarme su mirada. Pero yo me sostengo confiada, sonriente.

— Te veo en un instante — susurro con una sonrisa juguetona que me provoca una punzada en mis entrañas, pero Damian aprieta sus labios hasta que se tornan pálidos y asiente positivamente, y ese pequeño gesto me hace sentir mejor. Entonces doy vuelta sobre mis talones, y con mis mejillas rojas como un tomate, voy tras Brainy.