Stronger | Damian Wayne

Traicion

Me despierta el sonido de un pitido que se repite una y otra vez.

Bip... bip... bip...

El olor a cloro y desinfectante llena mis fosas nasales, dejándome un mal sabor en la boca. Abro mis ojos con pesadez, y en lugar de encontrarme mi habitación gris con azul de la academia, veo una habitación blanca, borrosa. Vuelvo a cerrar mis ojos con fuerza, intentando aclarar mi vista; al tercer intento, lo logro.

La habitación es blanca y fría. La cama en la que estoy es incómoda y dura. Hay una ventana a mi lado derecho, seguida con una puerta de madera. Dirijo mi mirada hacia el lugar de donde provienen los pitidos, y me doy cuenta que estoy conectada a una de esas máquinas de hospital. Y es ahí donde me doy cuenta, efectivamente, estoy en un hospital.

»Mierda.

No debería estar en un hospital, no cuando el señor Luthor se encargó muy bien de dejar mi existencia casi en blanco, lo suficiente como para que sea prácticamente imposible encontrarme en el internet; casi como si no existiera.

Entonces, el silencio de la habitación es interrumpida por el abrirse de la puerta. Al ver a la persona que entra por ella, lo entiendo todo, o bueno, entiendo gran parte de la situación.

— ¡Despertaste! — dice Nightwing con su cabello perfecto y su reluciente traje azul y negro. — ¿Como te sientes? — vuelve a preguntar.

No respondo, debido a que si algo me enseño la academia, es que si el enemigo decide mantenerte con vida es porque quiere algo de ti. Y ese algo probablemente sea información.

— Tenias un corte profundo en tu pierna, varios moretones y cortes menores en todo tu cuerpo, además de una contusión menor y un par de costillas rotas— informa. Yo me confundo porque, aún con la gravedad de mis heridas, no siento dolor alguno.— Los doctores te pusieron anestesia para aligerar el dolor; estuviste dormida tres días — explica. — Estabas en muy mal estado cuando te sacamos del rio, Valkyrie, o debería decir, Annabelle. ¿Algo que quieras agregar?

SABE MI IDENTIDAD ¿Dios, porque me odias?

Ni digo nada. Solo dejo que la habitación se suma en silencio. Nightwing se limita a sentarse en la silla a mi derecha, y yo me dedico a escuchar atentamente cada pitido de la máquina. Unos treinta minutos después el sale de la habitación, no sin antes advertirme de los 10 guardias custodiando la habitación, para que "no se me ocurra intentar huir".

Como si fuera a hacerlo de todos modos. No soy estupida, de la misma forma que se mis fortalezas, se mis debilidades, y se que drogada y herida no voy a vencer a 10 oficiales en óptimas condiciones, o al menos no sin terminar aún más lastimada en el proceso. Así que optó por quedarme sentada, quieta, y minimizó mi movimiento a la simple subida y bajada de mis pulmones cuando respiro.

Entre el silencio, mi mente empieza a recobrar la memoria de los sucesos de el día anterior, o bueno, los últimos tres días. Mentiría si dijera que no me duele su traición, o que no es para tanto, ya que, me había acostumbrado a no tener apego a las personas, regla que rompí con Vincent.

Entonces lo entiendo: Lex Luthor no me salvo ni a mi ni a mi hermano, nos uso mientras pudo, y luego nos desecho. Me desecho a mi ayer, probablemente siempre fue ese el plan, tal vez, en cuanto mi hermano y yo robáramos lo que ese hombre necesitaba, nos asesinaría, pero mi hermano tuvo el accidente. O, tal vez, a sus ojos, cuando mi hermano murió el ya había tenido su vida útil, tal vez su muerte no fue obra de Talia Al Ghul, sino de Lex Luthor.

Siento como se me ponen los ojos llorosos cuando caigo en cuenta: si no hubiera estado tan segada por la amabilidad de mi presunto padre adoptivo, podría haber salvado a mi hermano. Lo traicione, de la misma manera que me han traicionado a mi. Mi mente se llena de las mismas preguntas que siempre han rondado en mi cabeza.