Blackday

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— ¿Lista? — pregunta Nightwing por novena vez desde afuera de mi habitación del hospital. — ¿Por que tarda tanto? — le pregunta a Red Robin.

No lo se... quisiera verte a ti intentar ponerte un traje ajustado cuando tienes tus extremidades medio dormidas.

— Ya estoy vestida. — aviso, y los dos chicos entran por la puerta. — Me falta mi cinturón.

— ¿Hablas del cinturón con, alrededor de 15 armas asesinas? Ni lo sueñes. — dice Red Robin.

— ¿Con que se supone que voy a defenderme?

— Lo tenemos cubierto. — dice Nightwing con una sonrisa. Entonces un sonido retumba por la habitación, y me cuenta un par de segundo darme cuenta que proviene de la pulsera en la muñeca de Red Robin.

— Batman nos espera en la azotea.

Dicho eso, los dos salen con rapidez de la habitación, y yo los sigo. Ignoro las miradas de los oficiales de policía que hacían guardia en mi habitación, y algunas enfermeras impertinentes.

Entro con los vigilantes al elevador y esté empieza a moverse con un estruendo, y poco después se detiene con un golpe seco, avisando que hemos llegado a nuestro destino. Las puertas se abren, dejando que una brisa fresca golpee mi cara. Respiro hondo, al percatarme que he dejado atrás el olor a químicos y desesperación del hospital.

En la azotea se encuentran Batman y Robin esperando junto a lo que parece ser alguna clase de jet. Salgo del elevador a paso lento pero seguro, y me detengo a dos metros de distancia del dúo dinámico. El semblante del murciélago se encuentra serio, inmutable, y ninguna emoción se ve reflejada en el. El de Robin, en cambio, se ve un poco perturbado por la ira que se denota en sus facciones y su ceño fruncido, si no conociera esa expresión tan bien, posiblemente no lo notaría.

— ¿Que está haciendo esa escoria aquí? — escupe Robin con enojo.

— Podría preguntarme lo mismo sobre ti, pero todos sabemos que el perro sigue a su amo. — digo.

— Anna — me regaña Nightwing.

— Cierto, lo lamento.

— No te disculpes, guapa. — dice una voz desde dentro del jet. — Aquí todos odiamos al engendro, es bueno que alguien sepa ponerlo en su lugar. — el dueño de la voz sale de su escondite, y le llevó la sorpresa de ver a Red Hood en su implacable traje. Se acerca a mi y extiende su mano. — Soy Red Hood.

— Annabelle— respondo yo, dándole la mano.

— Suficiente. — habla Batman por primera vez, y su voz me provoca un escalofrío. Debo admitir, su holograma no le hace justicia a su aterradora presencia, que a decir verdad, puede hacer hasta al más temerario temblar.

— Y hasta ahí llega la reunión familiar, siempre es un placer. — comenta Red Hood.

— Es una misión simple, pero crucial. — continúa hablando Batman, ignorando los parloteos del — Entraremos de encubierto, extraeremos a los niños y atraparemos a los criminales.

» ¿Me está jodiendo? Si fuera así de fácil todo el mundo habría escapado ya

— No es tan simple. — me atrevo a decir, y siento como la mirada de todos cae sobre mi. — La colocación de las aulas es una locura, además todos los niños están entrenados para prevalecer en cualquier situación, además de que literalmente les lavaron el cerebro para odiar a cualquiera que se haga llamar héroe y no dudarán en tomar una cápsula de cianuro antes de que ustedes los salven. Eso sin contar Myths.

Una ves que termino de hablar me quedo en silencio, y vuelvo mi cara hacia otro lado par que no se percaten de las lágrimas que amenazan por salirse de mis ojos desenmascarados. Mi mente no paraba de pensar que yo también hubiera tomado la cápsula de cianuro antes de venir con ellos. Son solo niños pequeños, niños que ni siquiera han podido jugar, la mayoría nunca han probado el helado, ni han tomado una tasa de chocolate caliente, nunca han dormido hasta tarde, visto una película... No han vivido, y si no hacemos esto bien, ninguno tendrá la más mínima oportunidad.

— ¿Myths? ¿Que es eso? — pregunta Red Hood.

— Un equipo de asesinos creados en laboratorio con habilidades sobrehumanas como super fuerza, phyrokinesis o grito ultrasónico — respondo. — Y son mi equipo.

— Eran. — me recuerda Nightwing.

— Cierto.

— ¿Entonces que sugieres, Anna? — pregunta, poniendo su mano en mi hombro mostrando apoyo.

Lo pienso por un segundo, buscando una respuesta en mi cerebro. Entonces recuerdo lo que Nightwing acaba de decir, eran. He tenido tiempo de sobra para acoplarme a esa idea las últimas semanas. Una sola palabra, que describe exactamente lo que ya no soy. Desde inicio de mi estadía en Blackday, los demás niños siempre tenían miedo de mi hermano y yo, de lo que representaba la insignia en nuestro pecho del uniforme; pero era más que eso. Los niños tenían miedo de lo que éramos, ¿Y que éramos? La mascota de Lex Luthor.

Tal vez pueda utilizarlo a mi favor.

— Podría utilizar los Lwy de los estudiantes para hacer una transmisión de emergencia desde la sala que control. Tal vez los convenza de no ponerse en modo vikingo.

— ¿Estas segura? — pregunta Nightwing nuevamente, solo que esta vez suena preocupado.

— Claro. Es pan comido, solo tengo que averiguar una forma de llegar a la sala de control sin ser asesinada ya que no tengo forma de defenderme...

— No te daré el cinturón. — concluye Nightwing, y yo gruño por lo bajo. — De todas formas no lo necesitas, Robin va ir contigo para acompañarte y protegerte.

— ¡Que! ¿Pero...? — decimos Robin y yo al mismo tiempo, pero Batman hace una seña para decirnos que la decisión está tomada, así que ambos nos callamos. El chico chasquea su lengua, y luego dice: — Está bien, pero no creas que daré la mi vida por ti.

— Lo mismo digo. — concuerdo.

Luego de que el plan fuera establecido y aceptado por todos los raritos en mayas, nos subimos al jet. Para mi sorpresa, se veía algo elegante. Tenía acabados en carbono y acero, la silla del piloto, obviamente, estaba adelante y al centro junto con los miles de controles. Las otras sillas se encontraban un poco después, y había una pared llena de armas de todo tipo, de repuesto, seguramente.

Nightwing se sienta en la silla más cercana a Batman, y se puede ver cómo empiezan a discutir algo en voz baja. Red Robin se sienta al lado de Batman, y empieza a teclear cosas en los controles. Red Hood y Robin están en la fila siguiente, a tan sólo unos pasos de mi, lo que le facilita al chico maravilla volver a verme cada tanto con el ceño fruncido de siempre. Si no supiera de qué lado esta, diría que está planeando como matarme y hacerlo ver como un accidente. El chico repite esta acción por tercera vez, así que hago lo único que sé me ocurre y le saco el dedo del centro, el chasquea su legua y se vuelve hacia el frente.

Me acomodo bien en mi silla, y suspiro al con molestia al darme cuento de algo: voy a tener que pasar tres horas en un avión con Batman y Robin.

»Este va a ser un largo viaje...

Nota de la autora:

Hola! Como se ve en el titulo, esta parte de la historia de ata dividida en cuatro partes, ya que es mucho como para meterlo en un solo capítulo. Espero que les guste.

Att: bibi061116.

Stronger | Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora