Jason

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El blanco me rodea. En el cielo, a mis alrededores, todo es blanco como la niebla. Bajo mis pies se encuentra un agua grisácea, como el río Gévaudan. Mi pijama se ha ido, y ha sido reemplazada por un camisón blanco que llega a mis tobillos. Mi cabello cae sobre mis hombros, y se mueve ligeramente con cada gélida brisa.

El sonido de agua goteando se escucha ligeramente; pero además de eso, todo es silencio. Un silencio ensordecedor.

— Aquí es donde todo comenzó — dice una voz a mis espaldas, provocando un leve eco — Aquí es donde nuestro destino se selló — su eco se mezcla con las gotas de agua — Sabes quien soy, siempre lo has hecho, solo que nunca no has querido aceptar...

Me doy vuelta lentamente, sintiendo el agua moverse bajo mis pies. Al voz pertenece a un niñito. Viste un camisón como el mío, y su cara está distorsionada por la niebla.

— ¿Quien eres? — exijo saber. La última palabra es repetida por el eco. — ¿Donde estamos?

— Sabes quien soy... Y estamos en nuestro lugar especial, Annita. — frunzo el ceño. En el camisón del niño aparece un punto rojo, que pronto se convierte en una mancha cada vez más grande.

— Estas herido.

— Estaré bien, pero eso tú no lo llegaste a descubrir.

— ¿Quien eres? — vuelvo a preguntar.

— Aún no es hora de que lo sepas... pero vine a advertirte.

— ¿Que cosa? — el niño empieza a caminar hacia mi lentamente, cada paso resuena en el agua.

Cuando se acerca lo suficiente, lo veo mejor. Su cabello café claro se encuentra despeinado y ensangrentado. Su labio está partido, pero aún así una tímida sonrisa se forma en sus labios. Sus ojos miel me analizan, como si tuviera miedo de mi.

— Finn... — mi voz se quiebra, haciendo imposible que dijera algo más, aunque quería hacerlo. Quería decir tantas cosas...

— Tienes que detenerlo, Annita.

— ¿Que cosa? — el niño señala un punto en el horizonte.

Dentro de este mundo de niebla aparece una clase de visión. Hay un hombre colgado de sus brazos a una máquina. Siento un escalofrío al reconocerla, es la máquina que usaban para las «pruebas de valentía». El hombre es joven, ha de tener unos 20 años; su cabello rojizo caía sobre su cara demacrada. Su cuerpo estaba cubierto con magulladuras y un hilo de sangre caía desde su hombro.

— Tienes que salvarlo del malo — dice Finn.

Frente al pelirrojo se encuentra el soldado misterioso, y parece divertirse con lo que está haciendo. Pero no parecen estar al tanto de que los estamos viendo.

— ¿Seguro que es el? No parece la gran cosa... — dice el soldado.

— Pero lo es. Es parte de la primera cadena de clones creada por la Luz. — la voz del señor Luthor resuena como un eco — Sin contar qué pasó cinco años congelando... El señorito Harper ha sido de gran ayuda. Lastima que las cosas tengan que terminar así.

El soldado da un paso al frente y saca su pistola.

— Espera, proyecto L1. Aún no es tiempo. — el señor Luthor se acerca al pelirrojo, a Harper. — Dejádlo saborear como su vida de escapa de sus manos.

El señor Luthor camina hacia la salida y se pierde entre la niebla. Los dos hombres restantes permanecen en escena. De pronto, el soldado parece percibir mi presencia, ya que vuelve a ver directamente hacia donde estamos y hermanito y yo.

Stronger | Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora