Cuando aterrizo siento como mis rodillas resienten el golpe. Casi había olvidado como se sentía eso.
Me acerco a la ventilación justo como había hecho aquella vez en Blackday y saco el cuchillo de mi bolso para usarlo como destornillador para los tornillos que sostienen la rejilla sin ceder. Cuando los saco todos, los pongo a un lado y abro la rejilla. Me deslizo por el frío ducto de ventilación.
Al no saber a donde ir, me dispongo a salir del ducto de ventilación a la primera oportunidad que se me, debido a que hace mucho frío y el lugar parece hacerse cada vez más pequeño.
Encuentro otra rejilla y la destornilló como mis dedos congelados, luego la levanto y en silencio la pongo detrás mío. Primero saco mis pies, y con la fuerza de mis brazos bajo lentamente por el ducto hacia un pasillo del banco. Una vez que estoy parada en el suelo, miro a mi alrededor, pero no veo nadie. No bajo la guardia, ya que los captores pueden estar en cualquier lado. Cuando el pasillo se acaba, asomo hacia la única salida que tiene. Parados ante unas puertas de vidrio, se encuentran dos hombres vestidos de guardia de seguridad.
Busco en mi bolso, saco una moneda de 25$ y la tiro al suelo.
— ¿Que fue eso? — el acento ruso uno de los hombres me toma por sorpresa.
— No estoy seguro — el otro hombre dice — Ire a revisar.
El sonido de sus botas retumba en las paredes a medida que se acerca. Mi corazón late con fuerza, y cuando el hombre da la vuelta en la esquina donde yo estoy, agarro su cara y tapo su boca para que no grite, luego lo golpeó contra la pared.
Cambio uno de mis brazos de posición para hacer presión en su cuello, lo golpeó en el estómago con mi rodilla y lo agarro de su ropa para tirarlo al suelo. Le lanzó un puño que impacta en su cara y él cae en el suelo, inconsciente.
»Justo como andar en bicicleta. Sonrió con orgullo. Si el hombre fuera oficial, estaría junto con los demás rehenes.
Diviso una vara eléctrica en el cinturón del falso oficial, la agarro, doy vuelta sobre mis talones y me dirijo a hacia donde el otro hombre está. Corro y lo golpeó con una patada frontal, luego lo estampó contra la puerta de vidrio. Vuelvo a ver hacia el frente y veo a otro hombre corriendo a hacia mi, así que me impulso con un carrito (que, para mi dicha, se encontraba a tan sólo un par de metros de distancia) y me lanzó sobre el. Me levanto y sigo corriendo.
Camino hasta que llegó a algún tipo de terraza dentro del edificio, que da hacia el piso de abajo. Me acerco y cuando me asomo por la baranda es que los veo.
Hay unas veinte o treinta rehenes y diez captores armados hasta los dientes. Uno de los hombres se acerca al que está en el centro y le pasa un teléfono.
— Tienen diez minutos para entregarme lo que pedí, o si no tendrán que limpiar mucha sangre de las paredes — se ríe como maniático y dispara su arma al aire. Yo me tiro al suelo al ver este comportamiento, por miedo a que me vea.
»Mierda, por impulsiva me voy a morir.
¿Que estaba pensando? Aquí mismo desde mi lugar seguro improvisado, puedo ver al menos veinte formas en las que pueden matarme y hacerlo ver como un accidente, además del maniático con el revolver. No es lo mismo estar solo yo, en ropa de civil y si ningún arma además de mi cuchillo, que estar sana y salva entre un grupo de raritos con poderes.
Entonces, una bola del parecido de una canica cae en el centro del salón, y cuando toca el suelo, el banco se llena de un humo. Me tardo un par de segundos en recobrar mi visión, pero cuando lo logro, me encuentro con los que habían sido mi equipo por una noche peleando con los diez hombres.
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Stronger | Damian Wayne
FanfictionDos vidas. Un destino. Una ardua búsqueda por redención y un amor tan genuino que pasó desapercibido por todos. "Una vida larga no significa nada si no eres feliz, pero más importante, si no cumples tu destino. Solo serías un desperdicio de oxigeno...