Redención

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Tan pronto como llega la oscuridad, viene la luz. Una luz cálida y abrazadora, como el atardecer, que batalla la oscuridad hasta que no queda un solo rastro de ella, y deja ver a mi alrededor un prado lleno de paz. El cielo esta pintado con tonos rosados y naranjas, aves sondean las olas de aire y una leve brisa revuelve mi cabello desordenado, lleno de escombros de la pelea de Kasnia y una costra de sangre donde Finn me había golpeado.

Los grillos cantan y las hierbas bailan con el viento junto a las hojas de algunos arboles solitarios. Es un ecosistema hermoso, pacifico, perfecto.

— Al fin llegas — farfulla mi hermano, a mis espaldas — Por un momento creí que me dejarías plantado, pero no le harías eso a tu hermanito, ¿Verdad? — pregunta en un tono burlesco que me revuelve el estomago.

— Pues, ya aquí estoy, así que deja tu cantaleta para otro momento — empiezo a dar media vuelta para encararlo. Cuando lo veo frente a frente, me percato de que aun lleva su ropa de soldado, pero su casco no esta, supongo que ya que se quién es, no hace falta. Una punzada de dolor se esparce por mi pecho mientras veo sus ojos color miel — Aún puedes arrepentirte, sabes, podríamos ser una familia... o algo así.

— Annita... No crees eso enserio, ¿O si? Dime que no eres tan ingenua — no respondo, lo que parece ser suficiente respuesta para él — Claro que lo piensas... la ingenua y adorable Annabelle Lee, no se porque eres la favorita del señor Luthor.

— Que te puedo decir, yo, a diferencia de ti, estoy cuerda.

— No lo estarás para cuando termine contigo. — Finn se truena los nudillos, amenazante.

Sus palabras me provocan un escalofrío a lo largo de mi espina vertebral, pero no lo demuestro, en su lugar, sonrío de manera desafiante.

— ¿Qué dices? ¿Pelea cuerpo a cuerpo, por los viejos tiempos? — ofrezco yo.

— Como tu quieras...

Se pone en posición de pelea, con los brazos arriba y los puños cerrados, así que lo imito. La ultima vez que peleamos, me molió a golpes, lo subestimé, justo como siempre me quejo que hacen conmigo. Esta vez será diferente, me digo a mí misma, puedo hacer esto. Aún así, eso no calma mi creciente temor.

Golpea primero, gusto como nos enseñaron, quién de el primer golpe sentara las bases de la pelea. Lanza un puño directo a mi cara, y lo bloqueo a duras penas, dejando mi estómago desprotegido, por lo que no veo su otro puño dirigirse a mi estomago hasta que siento como el dolor se dispara en mi abdomen. Sus nudillos parecer querer atravezar mi cuerpo, por lo que, con un gruñido de dolor, me alejo de su agarre.

Sonríe abiertamente al ver mi como intento alejarme.

— ¿Que pasa? ¿Te rindes tan rápido? — se burla. Sus palabras me molestan mucho, por ende, lo ataco.

Corro hacía el y apenas llega a una cercanía decente, levanto mi pierna derecha y lanzo una patada frontal que esquiva por los pelos, luego una patada descendente con mi pierna izquierda que le cuesta un poco mas escapar. Procuro no preocuparme, si no mantengo mi mente fría no lograre nada. Detiene mi siguiente patada y me jala hacia él. Tira un gancho derecho apenas me acerco lo suficiente, el cual esquivo, pero no termina, y sin aun soltar mi pierna, me clavo su codo en la nuca con fuerza que no logro escapar. Una vez que me golpeo, se alejo un poco por precaución.

Stronger | Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora