Safe House

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TW: Anna tiene pensamientos tristes.

Dejo las cosas en la caja, y miro el cajero, que parece estar en sus veintes, pero el me mira sin importancia. Empieza a escanear las cosas, con rapidez. Vuelvo a leer la lista que Damian me dio, escrita en la parte de atrás de nuestros viejos tiquetes del ferry. Supongo que no son viejos, en lo más mínimo, bajamos hace un par de horas, pero se siente como si hubiese pasado una eternidad.

Intento no ofenderme por el hecho de que sintió que tenia que escribirme una lista para recordar lo que me pidió. Ademas de eso debo espiar en caso de que alguien se ponga sospechoso y así poder comprarnos mas tiempo. Aún así, una parte de mi cree que Damian me mandó aquí para que no le estorbara afuera. Aun así, no me quejo, por lo menos si me mantengo alejada del viento frío que traspasa el sweater que me dio Damian.

"Chicles, fósforos, botellas de agua, cinta de enmascarar, un chocolate, navaja de bolsillo, barritas energéticas, y dos bebidas energizantes." Su letra es bonita, sobria, elegante y...Mierda, se me olvidaron las bebidas.

— Disculpe, — digo, deteniendo al cajero. El me observa, una expresión aburrida en su cada — ¿Podría esperar un segundo? Olvide algo.

El cajero asiente, murmurando algo entre dientes mientras se reclina en su asiento. Me recuerda un poco a As, él tampoco tenia buena atención al cliente.

Camino al fondo de la pequeña tienda, donde están los refrigeradores. El vidrio esta empañado, húmedo al tacto, pero lo ignoro mientras abro el refrigerador y saco unas cuantas bebidas. Entre la falta de sueño de Damian y mis pesadillas constantes, tal necesitemos mas que un par, que es lo que dice la lista.

Miro el reflejo de la puerta de vidrio, solo por costumbre. No espero encontrarme nada ahí, no realmente. Puedo ver la caja y el cajero mirando su celular como si estuviera dormido con sus ojos abiertos. Una pareja vieja esta a unos pocos pasos, probándose unos lentes de sol de la torre a la par de la puerta. Entonces el reflejo de una cabellera roja se asoma, y no puedo evitar el grito ahogado que se escapa de mi garganta.

Amanda.

Envuelvo mis manos alrededor de las latas con tanta fuerza que la punta de mis dedos se vuelve blanca. Claro, no debería sorprenderme. Nos encontraron, justo como en Cork. Supongo que una parte de mi lo estaba esperando. Era demasiado fácil para ser verdad. La imagen de Julie tirada en el suelo, sin vida, se cola en mi mente sin aviso. Así comenzó. Cierro la puerta con rapidez, sintiendo como me tiemblan las manos. Miro a mi alrededor, buscando un lugar para esconderme.

Me meto en uno de los pasillos, sintiendo mi corazón latir en mis oídos. Tengo que salir de aquí. Tengo que buscar a Damian y saber si esta bien, si esta vivo. Tiene que estarlo, ¿No?

Asomo un poco la cabeza para ver el lugar por el que estaba Amanda, pero no veo nada. Escucho como unos tacones resuenan en el pasillo de la par. Amanda llevaba botas de tacón la última vez que nos vimos, su huella todavía está impresa en mi abdomen. Doy un paso atrás, luego otro. Un plan formulándose en mi cabeza que va a mil por hora. La puerta no está lejos, solo tengo que salir sin que me vea.

Giro sobre mis talones y empiezo a caminar. Puedo ver la puerta, no esta tan lejos, nada mas tengo que alcanzarla.

— Anna... — la voz de Amanda me llama en un susurro casi inaudible a mis espaldas y me recorre un escalofrío por todo mi cuerpo.

Vuelvo a ver atrás, solo por un segundo. Tengo que saber que tan cerca esta. Entonces mi cuerpo choca contra otro con tanta fuerza que boto las bebidas al suelo. Miro a la persona, su camisa azul con el logo de la tienda y su cabello rojo rizado. Tiene su piel cubierta de pecas. No era Amanda, ¿o si? Miro a mi alrededor. Estaba segura que la había escuchado.

Stronger | Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora