Me despierta el sonido—o la falta de ruido— del motor del carro.
Vuelvo a ver alrededor, desorientada. El reloj del auto marca las cuatro de la mañana. El carro esta parqueado al fondo del parqueo, donde casi nadie lo puede ver. Supongo que el parqueo pertenece a una pequeña cafetería pintada de blanco y rojo. Me toma unos segundos, más de los que estoy orgullosa, recordar que no estoy en Kasnia, con los Myths y mi hermano. Solo que tampoco se donde estoy exactamente.
— Despertaste, — comenta Damian, a mi lado, sacándome de mis pensamientos — Pensé en despertarte yo mismo, pero parecía que necesitabas el descanso.
Damian tiene encendida la calefacción. El calor es acogedor.
— ¿Donde estamos? — pregunto, mi voz rasposa. Apenas las palabras salen de mi boca, me duele.
— Ringaskiddy.
Reconozco ese lugar, Aqui queda la terminal de ferris. ¿Piensa sacarnos de aquí vía ferry?
— ¿Nos planeaste unas vacaciones? — cuestionó, frunciendo el ceño.
Damian se encoge de hombros. Honestamente tiene sentido, especialmente si debemos perder nuestro rastro. Pero esto me alejara de Aoife, pienso.
— No pensé que tuvieras nada mejor que hacer.
Intento reír, pero mi garganta protesta al instante, y entonces la visión de las manos de Lenore en mi cuello me eriza la piel. Todos los recuerdos de la noche anterior me caen como un balde de agua helada, dejándome un mal sabor en la boca. Bajo el pequeño espejo de la visera, y tengo que taparme la boca para detener el grito que amenaza con abandonar mi garganta.
Como sospechaba, tengo impresa la forma de la mano de Lenore en un fuerte tono morado, pero de resto, podría definitivamente ser peor. Tengo leves hematomas en mi mejilla, mandíbula y frente. Mis ojos están hinchados, me quede dormida llorando, tengo rastros de sangre en mi nariz y mis oídos, aunque pareciera que alguien intentó limpiarlos. Tal vez la misma persona que vendo mi rodilla y el corte en mi brazo. Subo el espejo.
Damian se aclara la garganta.
— Vamos, — dice, sus ojos fijos en el restaurante, — No tenemos mucho tiempo. El ferry de va en un par de horas.
Sale del carro y lo rodea para abrir mi puerta. Damian intenta ayudarme a bajar, pero mi orgullo no me lo permite. Me bajo del carro con dificultad, mi rodilla protesta al mas mínimo movimiento, pero no me permito renquear. Noto que el se queda cerca mío, por si me caigo.
Si no fuera por otras dos mesas, el restaurante estaría completamente vacío. Nos sentamos en la mesa del rincón, Damian frente a mi. Cuando me siento, exhalo con cansancio gracias al esfuerzo que estoy haciendo para sentarme derecha, aunque lo único que quiero es acurrucarme en el suelo. No es hasta que veo mi reflejo en el vidrio de la ventana que noto que tengo puesto el sweater tejido de Damian.
Llega una mesera. Es una señora de por lo menos cincuenta años, regordeta y alta. Nos mira con curiosidad, sus ojos enfocándose en Damian más tiempo del necesario. Deja los menús en la mesa y me guiña el ojo. Tomo el menú en mis manos, pero se siente como una daga al corazón.
Estoy aquí, al salvo, en un restaurante con Damian, mientras que Aoife esta en manos de ellos, quien quiera que fueran. Hasta donde se podría estar muerta. Si es así, yo la mate. Tal vez no apreté el gatillo, pero todo esto sigue siendo mi culpa. Si no está muerta... no quiero ni pensar en eso. Hay muchas cosas peores que le pueden hacer. Lo he visto, y lo he vivido.
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Stronger | Damian Wayne
FanfictionDos vidas. Un destino. Una ardua búsqueda por redención y un amor tan genuino que pasó desapercibido por todos. "Una vida larga no significa nada si no eres feliz, pero más importante, si no cumples tu destino. Solo serías un desperdicio de oxigeno...