CAPÍTULO 2 ( PARTE 4 )

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- Hola. Mi hermana te está esperando. Pasa.

Violeta no podía creerlo. Allí estaba H, sujetando la puerta para que ella entrara, pero eso no fue lo mejor: H no llevaba camiseta, su moreno torso musculado distraía a Violeta por completo. Lo único que llevaba era un pantalón de chándal ajustado de color granate.
Su cuerpo era increíble, seguramente se pasaba la mayor parte de su tiempo en el gimnasio.

- Ho... Hola, H. - ¿En serio? Se notaba a kilómetros que babeaba por él.
H le mostró una media sonrisa pero fue suficiente para sonrojar a Violeta desde la nariz hasta la punta de los dedos de los pies.

Entraron dentro. 

Se sentaron en un sofá gris del acogedor salón para esperar a que saliera Alex.
H miraba a Violeta, a él también le gustaba. No era como las demás y eso se veía, era sencilla y humilde, eso le atraía aún más.
No pararía hasta que fuera suya. Además le encantaba cuando le guiñaba un ojo o le sonreía y ella se sonrojaba. Era adorable.

- ¿Siempre vas tan guapa a casa de tus amigas? - Le preguntó H en tono seductor.
Violeta se sonrojó.
- Bueno, nunca sabes a quién te vas a encontrar. - Le miró directamente a los ojos por primera vez. H era guapísimo, ¿Cómo le podía gustar tanto un chico que conocía de apenas un par de semanas?

Justo en ese momento apareció Alex, llevaba una camiseta de los Lakers que seguramente fuera de su hermano, porque le estaba bastante ancha, con unos leggins negros muy ajustados que marcaban toda su figura y unos calcetines con conejitos blancos. Tenía el pelo despeinado y llevaba unas gafas cuadradas de pasta color verde botella:

- ¿Qué hacéis vosotros dos tan juntos? - Se le escapó una suave risita.
- ¿Ahora no voy a poder hablar con mi chica?
- ¿Ya es tu chica? No me lo creo.

Los tres se quedaron callados.

- Todavía no es mi chica, pero lo será. - H besó a su hermana en la mejilla y se fue a su cuarto.


- Tía, te puede mi hermano, pero si te soy sincera, tú también le gustas... Y mucho. -Le confesó Alex. No deja de hablar de ti y de lo interesante que eres. Dice que el Norte necesitaba una tía como tú, en fin, es un tío. -Alex se rió.

- ¿En serio dice eso de mí? ¿Ves? ¡Es tan mono! - Violeta se tocó la cara con las dos manos, la tenía ardiendo y seguramente roja. - Me encanta tu hermano, es guapo, inteligente, cariñoso, protector...
- Tía, ¡que es mi hermano! - Alex se tiró encima suya y comenzó a hacerle cosquillas. Solo se conocían de un par de semanas, pero parecían las mejores amigas del mundo. La complicidad que tenían era evidente, se lo contaban todo y se preocupaban la una por la otra.
Se preguntaban porque el destino no las habría juntado antes.

- ¿Qué te parece si me cambio? Hasta las diez no empieza la fiesta, pero podemos ir a comer fuera si te apetece. - Le dice Alex.
- Espera, ¿Fiesta? ¿No habíamos quedado a comer? ¿Tú y yo? ¿Solas?
-¿No te lo dije? Luc da una fiesta hoy en su casa, sus padres no llegarán hasta en lunes por la mañana. Irá la créme de la créme del instituto. Podemos pasarnos por tu casa sobre las ocho y así te puedes cambiar... - Explicó Alex con mucha tranquilidad.
- ¡Alex! ¿Cómo se te olvida decirme esto? Además, yo no pinto nada en esa fiesta. - Dijo Violeta. En el fondo se moría por ir, sería una gran oportunidad para estar a solas con H y conocer a gente nueva, pero también sentía mucha vergüenza.
- ¿Que no pintas nada? Para tu información ha sido Luc el que me ha pedido que te invitara. Todos dicen que está jugando con fuego... - Le dijo más seria.
- ¿Por qué? - Le preguntó Violeta asustada.
- ¡Porque se quiere tirar a la chica de mi hermano! - Se volvió a echar sobre Violeta y comenzaron a reírse.

Veni,vidi,vici (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora