Un par de días después.
Riiiiing, riiiiiing.
El tiembre de la vivienda de los Sparks sonaba con impertinencia. ¿Quién sería a la hora de comer?
Violeta miró a su hermano que estaba frente a ella sentado en un taburete en la moderna isla de mármol verde de la cocina.
Hizo un gesto para informarle de que él abriría la puerta. Dejó sus palillos japoneses en el borde del plato, bebió agua, se pasó una servilleta por los labios rápidamente y se dirigió al recibidor de la casa. Descolgó el teléfono y preguntó:
-¿Hola? ¿Quién es? -Tosió.
Se oía jadear a una voz dulce y femenina de fondo entre el ruido del tráfico y los gritos de los vendedores ambulantes de flores y frutas frescas.
- Hola, querido niño. Soy Yo. Myrta. Myrta Kyteler-Respondió con cariño.
Max no se fiaba. Tapó la parte de abajo del aparato con la mano para que la mujer no oyera lo que su hermana y él decían, se pasó los dedos entre el pelo con lentitud y echó un vistazo rápido hacia la cocina para consultar a su hermana pequeña de reojo.
- ¿Kyteler? ¿Es irlandés a qué? ¡Ese nombre de dónde ha salido! No he oído nunca hablar de ella a mamá. Ni a nadie- Dudó Maximiliam.
Violeta abrió los ojos como platos y tuvo la sensación de que ese día llegaría antes o no. La vida loca y fiestera de su hermano le había devuelto la jugada.
Ya era tarde para arrepentirse.
- No me digas que... -Miró a su hermano mientras dibujaba una esfera invisible en el aire con el dorso de la mano en su tripa.
- ¡No, joder! ¡No! ¡No la he dejado embarazada! ¡Tendrá unos cincuentena años!Max volvió a coger el telefonillo y volvió a hablar:
- Hola de nuevo. ¿Quién dice qué es entonces, señora? -Volvió a preguntar educadamente.
- Hola, hijito, hola.
Soy Myrta Kyteler, la hermana, bueno, la hermanastra mayor de tu padre, de Paul Sparks. Vuestra madre, Helen, me mandó un telegrama desde Beijing hace unos días y me pidió que viniera a protegeros mientras ella no está. Vengo en autobús desde Brave Falls, he caminado dos horas y media y llevo medio día sin comer y sin dormir.
Tengo noticias suyas.
No tengáis miedo, soy vuestra Tía Myrta, pequeños.Aquello cada vez era más extraño, ¿Porqué Helen nunca les había hablado de la Tía Myrta? ¿Qué se escondía detrás de aquella dulce y melódica voz?
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Veni,vidi,vici (EDITANDO)
Подростковая литератураQuizás creas que esta es una novela cualquiera. Pero te marcará para siempre. Todo va a cambiar en la vida de Violeta, pero no solo en la de Violeta... También en la tuya después de leer esta intrigante, misteriosa y romántica novela. Juveni...