CAPÍTULO 9 ( PARTE 5 )

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- Sí, sí. Estoy aquí. - Respondió Helena segundos más tarde con lo que parecía ser comida en la boca.

Harakura exhaló.

- Ya tengo la tarjeta, voy a meterla en el clonador y te transfiero los datos para que los insertes en una tarjeta virgen. 

- De acuerdo. - Helena insertó una tarjeta totalmente blanca y sin ningún dibujo en uno de los cientos de dispositivos y aparatos tecnológicos que llevaba consigo en la furgoneta. Bip, bip. Los datos se habían transferido a la perfección. - Estupendo, ya tengo la tarjeta para entrar al almacén del cuadro, voy a avisar a Antonella para que venga a recogerla, necesitamos más tiempo, Harakura, entretén al chino un poco más. - Acabó de ordenar Helena.

Harakura se alegró pero no sabía muy bien por qué, en realidad quería pasar un rato más con su cita.

- Está bien, en cuanto tengáis el cuadro avísame. Voy a salir.

Koyoro Zhang estaba desnudo entre las sábanas de seda color violeta de excelente calidad, cogió un control remoto y encendió los altavoces. Se apreciaba el musculado de sus piernas por debajo de la ropa de cama mientras su desnudo torso atraía a Harakura como un imán. Era atractivo. Claro que lo era.

- Pensé que te habías olvidado de mí. -Dijo mientras observaba a Harakura de arriba a abajo. -He pensado en ahorrar tiempo y esperarte desnudo. Ahora es tu turno. Te toca a ti. - Dijo casi en tono avergonzado pero de todas formas seguía siendo sexy.

Harakura torció la sonrisa, ¿cuánto hacía que no mantenía relaciones sexuales? ¿Desde el instituto? Bueno, su madre siempre decía que el sexo era como montar en bicicleta: Nunca se olvida. Ojalá fuese así, se quitó las horquillas que recogían su pelo y se lo aireó con las dos manos, después, desabrochó la cremallera lateral de su precioso vestido de manera sensual, despacio, marcando cada movimiento. Al ritmo de Careless Whisper se deshizo del vestido y empezó con la lencería mientras andaba decidida hacia la cama.



- Antonella, ahora girad por el pasillo a la izquierda. -Helena había pirateado las cámaras de seguridad de la mansión y podía ver lo que sucedía dentro y fuera de la casa a tiempo real, así, podría guiar mejor a Agnessa y Antonella.

- Sí, ya la vemos, es esta puer... Un momento... ¿Escucháis eso? ¡Dios mío, no puedo creerlo! - Antonella reía pero a la vez no daba crédito.

Agnessa paró en seco mientras reía a carcajadas.

- ¿Esa es Harakura? ¡Se nota que lo está pasando bien! ¡Madre mía! 

Harakura Nayura estaba a punto de rozar el clímax y toda China lo estaba escuchando.

- Sí, sí, reíros, pero yo lo puedo ver en directo. Vamos a cotillear un po... ¡¿Pero qué es eso, joder?! ¿La ranita? ¡Madre mía, esa niña es de goma! 

Estuvieron riendo durante casi media hora como adolescentes hasta que el sonar de temperatura captó a alguien más en la planta  en la que se encontraban a parte de Angessa, Antonella, Harakura y el dueño de la casa.

- Mierda, uno de los matones de Koyoro está a cien pasos de vosotras, entrar a por el cuadro, ¡Ya! - Chilló Helena nerviosa.

Agnessa pasó la tarjeta virgen por la cerradura electrónica hasta que la pequeña luz cambió de rojo a verde y la gruesa puerta de titanio se abrió ante sus ojos.

Veni,vidi,vici (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora