4. C de Culpabilidad

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- Buenos días, bomboncito. Despiértate ya. - Le daba besos sonoros a Alex por todo el cuerpo.

Estaba tan guapa desnuda...

Llevaba sin hacer el amor con Alex más de cinco meses aunque lo había hecho con otras muchas chicas, con Alex era distinto, era increíble.

Ella tenía experiencia, tenía fuerza y mucha habilidad.

Le encantaba cuando Alex le dominaba a él completamente y él no se quejaba, sólo se dejaba llevar.

Era increíble tener una relación como la que tenían antes en la que todo iba tan bien, tanto el tema romántico como las relaciones sexuales.

Después de hacer el amor con ella anoche, Luc se quedó pensando: ¿Y si esta vez no debía dejarla escapar?

 Él sabía que se portaba mal con las chicas pero, es que, desde siempre había tenido fama de ligón, de chulo y de rompecorazones, le gustaban mucho las chicas, pero no esos rollos de tener novia y esas cosas, hasta que llegó H al instituto, un tío increíble, deportista y divertido como él, rápidamente se convirtieron en mejores amigos y le orientó un poco, cosa que le agradeció y le agradeció muchísimo más que le presentara a su hermana: Ese increíble pivón de piel oscura, tetas grandes, piernas delgadas, cara preciosa y culo perfecto, así fue como la catalogó en el momento y se le caía la baba cada vez que la veía por los pasillos, pero al pasar el tiempo la cosa cambió, ya no era solo su cuerpo o su cara, era su forma de ser, era la chica perfecta: sensual, divertida, sincera, directa, muy inteligente y segura de sí misma. 

Alex tiene muchos pretendientes y le gusta mucho tenerlos. Le gusta sentirse deseada. Debería darse prisa y decirle lo que siente por ella o la acabaría perdiendo.

Alex se iba despertando poco a poco. La noche anterior había sido increíble, agotadora y placentera, hasta a ella le había impresionado lo mucho que Luc había aguantado.

Cuando abrió los ojos y vio a Luc encima suya le sonrió pero en el fondo se sentía mal con ella misma. Se sentía culpable.

Sentía que había vuelto a tropezar con la misma piedra otra vez y que el lunes cuando llegara al instituto y viera a Luc tonteando con alguna otra chica se enfadaría, sentiría celos, se pelearía con él y volverían a la misma historia de siempre como tantas veces había pasado. Era un maldito círculo vicioso del que ninguno de los dos salía.

Le acarició la cara con la mano.

- Buenos días, cielo. - Le sonrió después de que Luc se pusiera encima suya y la besara en los labios.

¡Estaba tan feliz de volver a tener a Alex! Esta vez no quería estropearlo como pasaba siempre, la iba a respetar más, se esforzaría más e iba a tratarla bien, como lo que ella era, como una princesa.

Alex también le besó.

- ¿Tienes hambre, amor? - Le preguntó Alex para poder quitárselo de encima. Se sentía un poco incómoda mirándole a sus preciosos ojos azules llenos de ternura, parecía un niño pequeño dispuesto a abrir los regalos de Navidad, estaba lleno de emoción y muy ilusionado.

- Sí, tengo hambre. Tengo hambre de ti. - Le respondió.

Y sin darle tiempo a reaccionar la empezó a besar por todas partes, Alex se acercó a su boca y siguió jugando. Luc la cogió la cintura de Alex con sus grandes manos y la puso encima suya, Alex se tumbó encima de Luc dejando que él sintiera sus grandes senos en su pecho y de forma provocativa le besaba lentamente.

No podía parar, no quería a Luc, era deseo sexual y se sentía mal por ello pero sus impulsos eran mucho más fuertes.

- No sabes lo que echaba esto de menos. -Le susurraba Luc mientras empujaba su cuerpo contra el suyo y besaba y mordía los preciosos pechos color chocolate de Alex sin dejar de gemir.

- No hables, por favor. No digas nada. - Alex le besó. Ella también gemía. Luc pasaba su mano entre las piernas de Alex y esta no podía evitar morderse el labio y besarle, pero sus besos sabían a culpabilidad.

Todo era culpa suya. Ese chico guapísimo en el que no podía dejar de pensar.

Todo estaba empezado a cambiar, todo iba a empezar a ser muy diferente.

Veni,vidi,vici (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora