Veni,vidi,vici (EDITANDO)

5. P de Pasado

- Digamos que por la marca de una alianza de oro que tiene en el dedo anular, se acaba de divorciar, sé que se ha divorciado y que no ha enviudado porque al abrir el cajón para sacar nuestros expedientes; ha mirado una carta recién abierta y en el reflejo de sus gafas se leía: '' No olvides el cumple de Karen. Soy Constance'' Constance un nombre muy antiguo para una chica joven, calculo que tendrá... ¿57? Es una marca reciente, a si que, supongo que firmaron los papeles hace ¿una semana?, por su olor a colonia barata y de las arrugas de su camisa puedo deducir que su mujer le ha echado de casa y está durmiendo en un motel de mala muerte a ocho manzanas de aquí, sé que está lejos porque no tiene dinero ni para gasolina, y sé que no lo tiene porque en ese taco de vales que hay ahí encima, los únicos de descuento que faltan son los de la gasolinera de Bob y hacen muy buenos descuentos. La mancha que tiene en la corbata es de natillas pero el olor me ha despistado, es usted intolerante a la lactosa, ¿verdad? Por la posición de su cuerpo respecto a nosotras sé que es un hombre reservado, pero observador y ahora por como ha cruzado los brazos... ¡Le inquieta nuestra presencia! ¿Verdad, Rudigger? ¡Acaba de desviar la mirada! Eso es que sí, no sé si se siente incómodo sólo con nosotras, con todas las mujeres o es que tiene un pequeño problema... ahí abajo. -Le recalcó Antonella mientras reía a carcajadas mirándole la bragueta del pantalón.

- Vale, vale, entendido. No sigas. -Rudigger Flicks parecía molesto pero no enfadado. - Por último pero no menos importante: Helen Sparks, La Dama de Picas. Nacionalidad inglesa, 20 años, detenida diez veces por... Redoble, por favor... Hurtos, atracos, alucinajes, carterismo, robo a mano armada, robo con violencia... ¿Te gusta coger las cosas que no son tuyas, verdad? Chica mala... - Rudigger Flicks no podía quitarle los ojos de encima a aquella joven, era preciosa. - Cuenta tu leyenda que fuiste a visitar al presidente en un acto con el público y al pasar por delante de ti, habiendo más de 200 miembros de escolta más otro número elevado de guardaespaldas y policía nacional, a parte de las vallas de seguridad y controles de distancia, ¡conseguiste robarle la cartera! ¿Al presidente? Aquí dice que más tarde se la enviaste por correo y en el sobre una carta de la baraja francesa con la figura de la dama de picas, lo investigaron pero no lograron atraparte esa vez. Estoy impresionado, Helen. - A Helen le atraía aquel hombre maduro, atractivo, dominante y poderoso, le escuchaba hablar mientras se peinaba un mechón de pelo entre los dedos intentando seducirle y obviamente lo había conseguido.

- Vamos a ver, entonces tengo a una asesina impecable, una informática prodigiosa, una mentalista experta en comportamiento humano y a una ladrona bastante escurridiza. -Comentó Rudigger Flicks en voz baja sin quitarles ojo de encima.

- No, escúcheme bien, tiene a La Reina de Corazones, La Dama de Picas, La Reina de Diamantes y La Dama de Tréboles delante suya y si no nos habla con más respeto saldremos por esa puerta y no volverá a saber de nosotras ¿Lo ha entendido? ¿En serio se cree que nos habríamos dejado coger estando podridas de dinero en un retiro paradisíaco? ¿En serio? ¿Por alguien como usted? No me haga reír. - Agnessa parecía enfadada, la idea de dejarse coger por aquel viejo no le había justado nada.

- Creo que te has pasado de lista, jovencita. Antes de que salierais de aquí, tendríais esperando a medio ejército junto a la policía, la CIA, el FBI, la Interpool y muchas más personas que quieren colgaros, querida.

- ¿A sí? Antes de que usted llamara a sus amiguitos, Harakura habría hecho que todos los archivos que tienen almacenados sobre nosotras con toda nuestra información y nuestros antecedentes desaparecieran así de la nada y que todas las cerraduras automáticas de la ciudad se bloquearan automática y misteriosamente, que una onda electromagnética dejara sin funcionamiento a todos los coches menos el nuestro, fíjese que casualidad.

No juegue conmigo, Rudigger, no se atreva.