- ¿Qué coño haces desnuda? Antonella abrió la puerta del furgón para que la japonesa bajara del techo.
- ¿Cómo crees que he bajado de una terraza de cinco metros? ¡No llevaba paracaídas! ¡Eh, es una buena idea! ¿No tenemos buzón de sugeren...
Bip, bip, bip. Bip, bip, bip.
La tablet blanca. Era la segunda vez que sonaba en todo el viaje de las Mujeres de la Baraja. Harakura miró debajo de su asiento. Le quitó la funda de neopreno al aparato tecnológico y deslizó el botón verde para aceptar aquella llamada misteriosa.
Otra vez lo mismo, un fondo oscuro y Rossi o cómo se llamara aquella persona fumando, se percibía su rostro pero el humo le ayudaba a ocultar su cara completamente. Carraspeó, dio otra calada al grueso puro y habló:
- Enhorabuena, enhorabuena, enhorabuena. - Dijo lentamente saboreando cada una de las letras. - Habéis completado vuestra primera misión con éxito.
- Tenemos el cuadro, ¿qué debemos hacer con él, Rossi? - Preguntó Agnessa decididamente.
- Agnessa Mulov, decidida, valiente... Me gusta...
Agnessa sintió repulsión y volvió a hablar:
- El cuadro, Rossi, estábamos hablando del cuadro.
Rossi rió.
-El cuadro... puedes tirarlo en el primer contenedor que encuentres, muñeca.
Helena paró en seco y miró con asombro a sus compañeras de la parte de atrás.
- ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? - Preguntó la italiana.
Harakura no podía ni hablar.
- Pues eso, cielo, ¿eres sorda? Ese cuadro no vale nada, podéis deshaceros de él, no es un cuadro de Pinio Vardini, es una completa imitación, no creo que su tasa supere los diez dólares.
Ninguna de las mujeres dijo nada, hasta que Harakura ató cabos:
- Ahora lo entiendo todo. Todo esto ha sido una mentira, una trampa. Lo único que querías es conocer nuestras habilidades, ver hasta dónde podíamos llegar para contentarte. - Bramó con las mejillas ardientes.
Rossi soltó otra carcajada.
- Me has sorprendido, Harakura. Pensé que la lista del grupo era la Tetas operadas, la italiana. En fin, Harakura tiene razón, Mujeres de la Baraja, pero a mí no me gusta llamarlo trampa... Llamémoslo... Entrenamiento. He de decir que me habéis sorprendido y estoy contento, por eso quiero daros un regalo, cuando volváis al hotel os desvelaré la sorpresa. Pero no os confiéis, preciosas. Esto no ha hecho más que empezar.
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Veni,vidi,vici (EDITANDO)
Novela JuvenilQuizás creas que esta es una novela cualquiera. Pero te marcará para siempre. Todo va a cambiar en la vida de Violeta, pero no solo en la de Violeta... También en la tuya después de leer esta intrigante, misteriosa y romántica novela. Juveni...