CAPÍTULO 6 ( PARTE 2 )

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- Nunca me ha gustado Japón, ¿Y a ti, Agnessa?
Harakura no podía creerlo, analizó todas las formas de huir posibles pero se percató de que en cada puerta del ruidoso bar se encontraban cuatro hombres rubios, armados y fuertes que obviamente no eran japoneses.
Estaba completamente acorralada.
Bajó lentamente el periódico que tenia enfrente de la cara y habló muy despacio:
- ¿Cómo me habéis encontrado? ¿Qué hacéis vosotras dos juntas? Y a ti, ¿qué te ha pasado en la cara?
Agnessa sonrió.
- Estaré encantada de responder a todas tus dudas, Harakura.
En primer lugar, tus padres viven muy pero que muy mal en un arrozal a las afueras y eso no está bien, cielo. Todo se puede comprar con un par de yens. En segundo lugar, ¿ves? ¡Nos hemos hecho amigas! ¿No estás contenta?, y por último, a Helen le dieron una paliza la semana pasada, ya te lo contará por el camino y podréis poneros al día. Ahora vámonos.-Dijo más enfadada, a la Reina de Corazones no le gustaba perder el tiempo.
Harakura dudó.
- ¿Nos vamos? ¿A dónde?
Helena habló por primera vez:
- No es momento para hacer preguntas,escúchame tiene que ver con Las Mujeres de la Baraja y eso sí, mucho dinero de por medio.
Bingo.
Dio en el talón de aquiles de la japonesa.
- ¿De cuánto estamos hablando, Dama?
- De millones de millones,encanto, más todo lo que puedas conseguir.-Le respondió Helena con una impactante sonrisa en la cara.
- Hacerme un resumen y lo pensaré.-Espetó.
Agnessa tomó de nuevo la palabra:
- Todas nosotras de nuevo, casinos y bancos de todo el mundo. Va a ser un juego de niños.
La japonesa la interrumpió:
-¿Quién está al mando?
Agnessa y Helena se miraron.
- Esa es la cuestión, no lo sabemos. ¿Ves esta tableta? Mediante este aparato recibiremos las órdenes.
Se acercaba la pregunta del millón.
- Y, ¿cuáles son los riesgos?-Dijo antes de tragar saliva.
- Si nos pillan...
- No nos van a pillar, Helena.-La cortó Agnessa con frialdad.-
- Está bien, en el hipotético caso de que nos pillen... Podríamos pasar mucho tiempo entre rejas, no va a ser sólo abrir una caja fuerte, habrá que mancharse las manos. Además, si no realizamos con éxito la última misión nuestros propios jefes acabarán con nosotras.

Veni,vidi,vici (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora