CAPÍTULO 8 ( PARTE 6 )

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No podía creerlo. Harakura andaba por las calles del casino segura de sí misma. Ahora sabía lo que sentían las mujeres como Antonella todos los días. Todos los hombres se giraban al verla y algún que otro crupier estuvo a punto de cometer un error por pararse a observarla.
Sentía admiración, divinidad y poder y le encantaba. Helena la sacó de sus pensamientos:
- Hara, ¿me oyes? -Preguntó por el minúsculo pinganillo que llevaba la nipona en el oído izquierdo.
Harakura respondió casi susurrando:
- Afirmativo. Te oigo a la perfección.
-Estupendo sólo quería recordarte que no tienes nada de qué preocuparte, con las lentillas Whuj podemos ver todo lo que estás viendo en cada momento, cielo.
Harakura puso una mueca y contestó:
- Lo sé, lo sé. Recuerda quién inventó esas lentillas, cielo. -Dijo burlándose.
Helena rió.
- De acuerdo, doy por iniciada la fase uno: Entrada a círculo de confianza.
Esa era la señal, Harakura se dirigió a la barra de bar más próxima y pidió un margarita doble.
Cuando la sexy y por poco desnuda camarera le entregó su pedido, le habló al oído:
- Disculpe, señorita. Ese caballero de allí ha pagado su bebida y tengo orden de no cobrarle nada a usted en toda la noche. -Finalizó sonriendo.
Harakura pensó que sería uno de los miles de babosos que se cruzarían con ella durante la velada, pero al mirarle no pudo creerlo. Allí estaba, sonriéndose mientras le daba un trago a su copa sin dejar de mirarla.
Era él.
-Hara... Es nuestro hombre.-Habló Agnessa.
Koyoro Zhang sonreía a Harakura.
Harakura reaccionó. Debía seducirle para poder robarle la cartera y las llaves de su casa.
Se echó el pelo hacia atrás, dio un trago infinito a su margarita de fresa y anduvo hacia el final de la barra.
Se sentó a su lado de manera sensual sin quitar la mirada de sus ojos, eran bellos y sinceros, parecía un buen hombre. En realidad, no tendría ni cincuenta años, Harakura pensó que era atractivo y eso no estaba bien, el sexo y el trabajo no iban bien juntos.
- ¿Qué te parece si me pides otra copa? - Preguntó juguetona.
El hombre la miró de arriba a abajo.
- Puedes pedir lo que quieras. -Dijo mientras hacía un gesto desenfadado a la camarera para que repusiera sus bebidas. - ¿Qué estás bebiendo...? No me has dicho tu nombre, encanto.
Harakura se ruborizó. Mal.
- Llámame Ming. Tú eres...
- Soy Koyoro, Koyoro Zhang.
Las bebidas llegaron.
- Margarita de fresa. Ummm. No es muy común, Ming- Dijo el magnate intentando romper el hielo. -Yo soy más de whisky. Es una de mis dos pasiones.
- ¿Y cuál es la otra, Koyoro? -Preguntó coqueta.
- Las japonesas.

Veni,vidi,vici (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora