¡Efrén!

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Octubre, 2018

-¡Guau! Me flipa, me flipa -exclamaba entusiasmada la gallega.

-Es chula, sí -comentó el gallego paseando alrededor de su hermana sin prestar mucha atención.

-Podría pasar horas aquí, ¿eh? -le decía ilusionada buscando.

-Me pude dar cuenta -dejó caer agotado.

Llevaban más de media hora en la misma tienda de discos. Ese día después de grabar, habían decidido dar una vuelta por la zona mientras Armand se tomaba unas copas con los productores. Los gallegos que veían venir que quedaría al margen por su poco dominio del idioma, se las ingeniaron para salir del pub donde se iban a reunir los músicos con la excusa de conocer la zona.

La gallega se carcajeó culpable, se había encabezonado con ir a esa tienda desde que se la mencionó hacía un par de días uno de los productores con los que trabajaban, así que siguiendo sus indicaciones había arrastrado a su hermano con ella.

Siguiendo las indicaciones, o intentándolo dado que habían sido dadas en un idioma que la gallega no terminaba de controlar, habían llegado al gran almacén. Entre <<dijo go right, Efrén, es por aquí>>, <<Miriam, dijo all straight, no hay que girar>>, <<que te digo que sí, jobá>>,<<Hey Siri, ¿qué carallo significa roundabout?>> y <<te lo dije>>, habían dado más vueltas de las necesarias pero desbordados por la risa.

-Buah chaval, si Mimi ve este se cae redonda -dijo alegre por el hallazgo de uno de los primeros LPs de Lady Gaga. Mimi la hacía escuchar aquel disco casi tanto como ella la hacía ver Solo en casa.

-¿Mimi? Estoy a esto de saberme su DNI -comentó jocoso por la de veces que nombraba su hermana a la granadina. Se pasaba todo el trayecto al hotel grabando audios para la susodicha.

<<¡Qué pesadita es cuando quiere! La tendrá hartísima>> se compadeció de la amiga de su hermana.

-Buahh -lo ignoró por completo, seguía tan maravillada con el disco que no había escuchado el comentario de Efrén. -¿Se lo llevo?

-¿A quién, a Mimi? -preguntó asombrado. No entendía mucho de discos, pero aquel era una de esas ediciones especiales limitadas, tenía que costar un ojo de la cara.

Él no era para nada tacaño con ni con sus amigos ni con nadie, más bien lo contrario, sus padres siempre les habían enseñado a ofrecer todo lo que tenían a la gente que querían, pero de ahí a hacer un regalo así de la nada... pasaba los cincuenta pavos del tirón.

-Sí, se lo llevo -se autorrespondió orgullosa. -¿Qué? -preguntó al ver la cara que le estaba poniendo su hermano.

-¿Cuánto cuesta? -le preguntó dejando escapar una risa esperando que su hermana lo soltara al acto al ver la etiqueta que el acababa de identificar.

-Lo que cueste, neno. Ella me regaló a Lola.

-Espero que no la comprara -dijo con intención de hacerla saltar.

-Por supuesto que no -respondió ofendida. Los animales no eran un negocio. -Pero tiene más valor que cualquier cosa que le pueda yo llevar -respondió convencida dirigiéndose a la caja cargada del vinilo en cuestión y tres más por capricho propio y para su padre.

-Espera, espera, que acabo de procesar. ¿Mimi te regaló la gata? ¿No la encontraste en el rellano?

-Sí. El día de la tormenta me la trajo. Hacía un día horrible, yo no sé de dónde la sacó, pero apareció en mi puerta para que no estuviera sola. Eso no lo hace cualquiera, Efrén -le explicó convencida sacando su tarjeta para pagar. Ni se inmutó con la cantidad que le pidieron.

KILLA / Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora