Fin de gira

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Agosto, 2018

Había llegado, después de seis meses este había sido el último concierto que darían los dieciséis. El penúltimo, se habían hecho la promesa de que siempre habría una última ocasión para subir a un escenario juntos, como si fuera la primera. Aquello no cambiaba nada, la amistad que se había forjado entre ellos tenía que perdurar, como lo hacía la música y sus sueños. Si bien es cierto que aunque todos se llevaban bien y se tenían un cariño incondicional, había grupos en los que había trascendido, se habían unido de una manera inexplicable, eran familia.

Si bien es cierto, que el ambiente nada más bajar del escenario estuvo lleno de lágrimas, abrazos y nostalgia; en el autobús de vuelta al hotel la realidad era muy distinta. Después de cenar tendrían una fiesta privada en uno de los reservados del hotel, aunque alguno comenzara la fiesta al entrar en las habitaciones para prepararse.

Mimi había buscado a la gallega desde que terminaron de cantar, pero primero no pudo acercarse porque se quedó saludando a algunos seguidores que la esperaban a la salida del recinto, y nada más subir al bus estuvo todo el trayecto en una llamada que parecía importante a juzgar por la expresión de la gallega. Sin oportunidad de pasar tiempo a solas con su amiga antes de cenar, la granadina subió a la habitación que compartiría aquella noche con Ricky y se metió a la ducha rezando para que la gallega hubiera hecho lo mismo y pudieras charlar mientras sus compañeros terminaban de ducharse.

Al salir del baño, se encontró a Ricky y Ago, quien compartía habitación con Miriam, ambos sentados mientras reían de alguna tontería mirando el teléfono del mallorquín. Cuando advirtieron la presencia de la granadina levantaron la vista el móvil y vocearon a su amiga que salío cubierta por una toalla que tapaba lo mínimo.

-¡¡Madre mía qué pibón!! -exclamó con entusiasmo el canario.

-¡Písame la cara Miriam Doblas! -le siguió alegre el mallorquín.

A Mimi no se le escapó el brillo de los ojos de ambos y los vasos que tenían al pie de la cama, <<han empezao' antes que yo, estoy perdiendo facultades>> se dijo sonriente.

-Maricones, pero no tanto... Al final esto acaba en trío -soltó con gracia. -Dame, Ricarda -dijo cogiendo el vaso de Ricky para dar el primer sorbo de la noche. -Qué asco -dijo con cara de desagrado.

Los dos amigos rompieron en carcajadas ante el gesto.

-Pues trae si tan malo está -espetó contento el mallorquín alargando el brazo para recuperar su vaso; pero la granadina siguió bebiendo sin ánimo de devolvérselo. -Y eso que estaba malo, cabrona, trae.

La granadina cedió y le devolvió el vaso para pasar a coger el del canario.

-Mmmm, este sí. Aprende de Ago, Ricarda.

-Tomaaaaaa -exclamó el canario que se tomó aquello como un halago a su buen gusto.

-¿Qué hacéis aquí los dos? ¿Ya te ha echao' la leona? -preguntó la granadina sabiendo que a la gallega le daba una vergüenza criminal que alguien la viera cambiarse. Era en el gimnasio de Magalí, y tenía que meterse en las duchas para cambiarse, <<con lo buena que está la cabrona>>.

-Pero que se cambie en el baño, ¿no? -preguntó extrañado Ricky.

-No, no, si no me echó. Es que tiene visita y les dejé que estuvieran tranquilos -respondió sintiéndose culpable por decir aquello sin saber cómo le iba a sentar a su amiga.

-¿Por eso lleva pegada al móvil desde que salimos? -preguntó Mimi mientras su cabeza pensaba en todas las posibles visitas que podían tener ocupada a su gallega.

KILLA / Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora