Segunda parte, lo prometido es deuda. Es una parte corta, simple, pero especial porque sin saber cómo ni por qué ha roto todo lo que tenía pensado al escribirla... Así que toca dejarse llevar. Disfrutad, os leo.
-¿Tú me quieres echar de tu vida pa siempre? -saltó de la nada.
-Mimi, ósea, yo... -titubeó sin saber cómo responder. -A ver, yo lo que no quiero es estar así -se encogió de hombros.
¿La quería en su vida? Por un lado, sí, claro que sí. Pero es que por el otro... por el otro no quería entrar en un bucle de ambientes raros, porque eso de ser amiga de tu ex suena muy bien, pero la práctica no es tan fácil, ¿cómo haces para actuar como con cualquiera con la persona que lo has compartido todo, con una persona que también has odiado, aunque no sea en el sentido literal de la palabra?, ¿cómo le cuentas ahora todo lo que te preocupa o sientes si no confías en ella?... No lo sabía. No tenía ni idea de qué hacer ni decir.
-Eso es que sí, ¿no? Que no te lo digo a malas, es por saber -añadió al ver que intentaba explicarse.
-Eso es que no lo sé -dijo sincera. -Que no esperaba salir con nada claro de esta conversación, pero esto ya es demasiado... Solo me sale pedirte perdón la verdad -la miró a los ojos sin más pretensión que intentar que viera que se lo decía con total sinceridad.
Y por un momento Mimi quiso creérselo, quiso y aunque pudo, también quiso creerse a esa otra Mimi que ya no la creía, que elegía pensar que Miriam era pasado.
-Pues si no lo sabes, creo que esta conversación ha llegao hasta aquí -dijo levantándose.
-No, porque cuando salgas por esa puerta las cosas seguirán igual-le sujetó del jersey. -Y esto no habrá tenido ningún sentido.
¿Tenía sentido algo de lo que había ocurrido los últimos meses? Parecían tan lejanos los momentos buenos... que algo en ella quería quedarse con eso, con lo bueno, y lo bueno pasaba por no olvidarla del todo, por muy en el fondo querer tenerla, sí.
-No quiero que te vayas.
-Miriam, yo sinceramente no te termino de pillar, no estamos llegando a na, to esto es absurdo, entre nosotras ya no funciona ni hablar... -dijo por primera vez expresando dolor por encima de la rabia.
-No quiero que te vayas, de mi vida, no quiero. Y si me preguntaste, es que tú tampoco quieres irte de la mía...
Eso no se lo esperaba la granadina, no se esperaba que al final creyese que era tan fácil tenerla otra vez a su merced, no se esperaba que el terminar aquello para Miriam fuera comenzar de cero, no se esperaba el aleteo que se le instaló en el estómago al escucharla.
-¿Y qué propones? -tragó con fuerza.
-No sé, que seamos amigas de nuevo, como si esto no hubiera pasado... -propuso no muy convencida.
-Eso no es posible y lo sabes, no lo de ser amigas -explicó- digo lo de olvidarnos de todo, ¿tú puedes?
-Yo lo que no puedo es hacer como si fuéramos desconocidas.
-Pues no te ha costado mucho estos meses.
Las palabras salieron de su boca sin control, sin que ella pudiera modularlas... Aquello estaba saliendo de sus planes, Miriam tenía que querer alejarse, quedar en cordialidad y poco más, no tenía que querer tenerla en su vida... ¿Qué era aquello? ¿Qué más quería? ¿No le dolía tanto como a ella haber cargado todo?
-Eso tú no lo sabes, ni tu ni nadie -espetó seca al verse continuamente atacada. -Y relájate, porque pasé por alto varias pullas esta tarde y no me veo capaz de seguir haciéndolo, sufrimos las dos, no solo tú.
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KILLA / Miriam²
Hayran KurguMimi y Miriam. Miriam y Mimi. Sin motivos, sin excusas. Sin saber por qué, a veces, las cosas suceden y te desmontan por dentro, sin saber por qué, a veces, alguien acalla tu miedo. A veces, el cambio es revolución, y la revolución, ¿amor?