Enero, 2019
-Mmmm, así, sigue así -dijo la gallega sin dejar de moverse sobre la mano de la granadina. -Ahh... llego -avisó acelerada.
-Te quiero, reina -dijo besándole el cuello con pasión mientras la gallega aumentaba el ritmo de sus movimientos.
Sintiendo cada vez con más intensidad la fricción de su sexo y los dedos de Mimi, Miriam se dejó ir hacia un orgasmo que la recorrió de pies a cabeza como segundos antes había hecho ella con Mimi. Cubiertas por el sudor, y con la respiración agitada, Miriam se dejó caer sobre el pecho de la mayor para recuperarse del esfuerzo.
-Última vez que hacemos esto aquí -comentó la gallega recomponiéndose mientras se colocaba en su asiento para vestirse.
-La que se ha subío encima has sío tú, bonica.
-Para saldar mi deuda solamente.
-Ja, que te crees tú que la deuda se salda con esto. Me lo cobraré en condiciones na más llegar a Madrid.
-Quién me mandaría a mí a liarme contigo -preguntó rodando los ojos.
-¿Te lo digo? -preguntó con malicia.
-¡No! Calla mejor, anda, que calladita estás más guapa.
-¡Qué romántica, me llama guapa después de follar! Estás cambiando, ¿eh?
-Gilipollas.
Entre piques y carcajadas al recordar los intentos fallidos de Mimi con los esquís, se dejaron llevar por la calma de ver la lluvia golpear los cristales del coche.
-Joder, llueve fuerte, ¿eh? Aquí to lo hacéis a lo grande. Si llueve, llueve mucho; si nieve hay que cortar las carreteras; si hacéis comida, pa un regim...
-Y si queremos, queremos a muerte -musitó con la mirada perdida en una gota rebelde que resbalaba, de repente el ambiente se tornó más denso.
Mimi se había quedado callada debido al gesto de seriedad de la gallega, y Miriam, ya vestida, posó una de sus manos sobre la mano que la granadina tenía sobre su muslo.
-Te quiero mucho, mucho, Mimi -aseguró con total sinceridad mirando los ojos emocionados de la granadina que no se esperaba la sensación que experimentó su cuerpo con esas palabras de Miriam.
Quizás había sido el hecho de decirlas justo cuando acababan de ver al chico que más importante había sido para Miriam, quizás el hecho de que las pronunciara con tanta valentía, o quizás fuera el hecho de que por primera vez las decía con el mismo significado que ella. Tal vez era la suma del momento, la verdad y la dulce sensación de que la realidad estaba cambiando a su favor.
-JODER, que me muero -dijo abalanzándose para apretar a la gallega entre sus brazos con una fuerza que no sabía que tenía. -Yo si que te quiero, reina -dijo repartiéndole besos por las mejillas con efusividad.
-Ahh -suspiró la gallega en el abrazo. -Mimita -la apretó fuerte mientras cerraba los ojos.
-Eres tan mona cuando quieres.
-Ah, muy bien -expresó con aire ofendido- con que solo cuando quiero...
-Jajajaja -se carcajeó divertida la mayor. -Te ofendes mu rápido tú.
-Sí, sí... Ya me las cobraré.
-Por lo pronto la que va a cobrar soy yo.
-No se te olvida, ¿eh?
-Por supuesto que no, tengo a Miriam Rodríguez a mi entera disposición para hacer to lo que yo quiera, quién se iba a olvidar de este regalo divino -suspiró recostándose sobre su asiento.

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KILLA / Miriam²
FanfictionMimi y Miriam. Miriam y Mimi. Sin motivos, sin excusas. Sin saber por qué, a veces, las cosas suceden y te desmontan por dentro, sin saber por qué, a veces, alguien acalla tu miedo. A veces, el cambio es revolución, y la revolución, ¿amor?