KILLA / Miriam²

¿Te gusta? (especial Halloween II)

Diciembre, 2018

-¿Qué cojones dices, Efrén? -espetó con brusquedad.

-No, yo no digo nada, lo decís vosotras solitas -dijo alzando las manos.

El corazón de Miriam latía desbocado en su pecho, martilleando tanto que llegaba a apretarle la respiración.

-Es mi amiga, punto -comentó al fin.

-Tu amiga... ya... -cabeceó compasivo. -Una amiga con ciertos derechos, ¿no?

-Ninguno, una amiga como otra cualquiera -negó con agresividad. - ¿Qué coño te pasa?

-Eh, relájate que yo no te estoy hablando mal -la cortó al ver el ritmo que empezaba a coger la conversación. -Yo solo digo lo que veo.

-Pues ves cosas que no hay.

-Pues permíteme que lo dude, eso no lo hiciste ni con Pablo.

-¿Qué dices? Tú te fumaste algo, no me jodas. Pablo era mi novio, ni de lejos compares mi amistad con Mimi con eso. Es mi amiga, punto, una como cualquier otra.

-Perdona, pero a cualquier amiga no la traes a fin de año, ni le haces regalos como el de Los Ángeles, ni la miras como si fuera, no sé, el último trozo de una tarta.

-Vete a la mierda, Efrén -zanjó saliendo atropellada del cuarto de su hermano mayor con un portazo que retumbó en toda la casa.

El gallego, que ya tenía su respuesta, se quedó unos segundos pensativo mirando en dirección a la puerta. No habrían pasado ni dos minutos cuando un martilleo tímido golpeó su puerta.

-Pasa, fierecilla.

-Hombre, pulpiño, me gusta ese apodo -dijo la granadina entrando al cuarto con toda la confianza del mundo. -A ver, que necesito ayuda pa ver qué me pongo.

-Jajajajaj, Mimi, no te creo.

La granadina acababa de tender sobre la cama medio armario de Miriam.

-Coño, es que tu hermana se ha ido pa la ducha y ma dejao to el marrón. ¿Os arregláis mucho? -dijo ensimismada en su tarea de extender el mayor número de prendas sobre el colchón. -Yo tengo un conjunto que te cagas, pero claro, me lo pongo y Miriam me mata -hablaba consigo misma.

-Mimi -la llamó risueño, -oye, ni te rayes -le dijo cuando lo miró por fin. -Ponte lo que a ti te mole y ya está.

-Ya, pero es que creo que mi estilo no es mu decente pa vosotros.

-¿Qué tonterías dices, mujer? Ponte lo que te apetezca, si estás cómoda, adelante.

-No, si cómoda sí. Y no veas como ligo cuando me lo pongo -comentó con suficiencia.

Efrén estaba más que desternillado de la risa a esas alturas, la granadina entraba en cada bucle... se lo pasaba genial con ella cerca. Ahora solo faltaba que su hermana no la cagara, porque que una persona como Mimi, estuviera allí un día como ese, solo podía significar una cosa y es que Miriam le importaba muchísimo.

-Oye, ahora que me pediste ayuda, me la cobro, ¿vale?

-No veas, vaya par de chantajistas, la otra me hace lo mismo -salpicó cuadrándose con dramatismo. -Larga, galleguiño -dijo mientras cogía unas medallas de cuando el gallego jugaba al fútbol.

-Tú quieres mucho a mi hermana, ¿no?

No había terminado de soltar la pregunta, cuando a Mimi ya se le habían caído de las manos las dos medallas y se agachaba para cogerlas con la esperanza de que así, la pregunta quedara en el aire.