KILLA / Miriam²

Deudas II

Con solo darle a la estrellita y comentar, me haces la más feliz del mundo y me animas a seguir escribiendo con más ritmo!!! Ahora sí, disfrutad del capítulo.🥰🔞

Al instante en que cerraron la puerta, la mayor se abalanzó sobre la gallega sin miramientos, paseando sus manos por todas las partes que le permitía el contacto de ambos cuerpos contra la puerta del cuarto. La lengua de la granadina se abrió paso en la boca de la de pelo rizado sin miramientos, con ansias, jadeante de excitación. Miriam se dejó quitar el vestido, y se alzó sobre la granadina cuando esta se quedó en ropa interior, rodeándole la espalda con las piernas. Tropezando con un par de zapatos, llegó hasta la cama dejándose caer sobre el cuerpo de la gallega sin apoyar su peso en ella.

-Mmm, espera, ¿quieres probar una cosa? -se separó un poco para mirarla divertida.

-¿Qué cosa? -dijo acariciando la espalda de la granadina hasta encontrar el cierre de su sujetador. -No podemos tardar que puede entrar alguien.

-¿Tú te acuerdas del trato que hicimos en tu casa? -siguió levantándose con picardía.

Se acercó dando saltitos a la mesilla, y tras abrir uno de los cajones, volvió hacia la gallega con una bolsita de satén en la mano.

Miriam no necesitó más para saber a qué se estaba refiriendo la granadina.

Había fijado el precio de su perdón, y Mimi, obligada por estar en su territorio había tenido que aceptarlo. Pero es que la cabrona había elegido la peor colada para bajar, sabiendo que todas las veces anteriores se había caído.

Entre risas y pellizcos, se colocaron para bajar.

-Si nos caemos, haces to lo que yo quiera durante un día entero.

-Sí, claro, y qué más.

-Doce horas -regateó queriendo convencerla a toda costa. Se las iba a pagar con creces.

-Seis.

-Hecho.

Las dos se dieron un apretón de manos con el gesto más serio que les permitía la diversión de picarse por aquellas tonterías. La paz no era una opción. La gallega tomó impulso y empezaron a descender. Mimi, abrazada y sin querer mirar demasiado, Miriam disfrutando de verla por primera vez achantada con algo.

Estaban a punto de llegar al último tramo, cuando la granadina movió la pierna asegurándose de que no se hacía daño, pero conseguía hacer que el trineo se desviara haciéndolas rodar por la nieve.

<<Joder, quién me mandaría a mí a hacer tratos con el diablo>> pensó divertida mirando a la granadina con una ceja alzada.

-¿Tú no pasas ni una? Nos caímos por tu culpa...

-A ti no. Y sí, claro que fue culpa mía, lo hice con ganas de tenerte así-se jactó deslizando las bragas de encaje de la gallega por sus piernas.

-Seis horas, ni un minuto más, y ya llevas siete desde que me tiraste la copa -dijo mirando su reloj.

-Si te va a encantar... -ante su mirada de extrañeza, explicó: -es un vibrador bluetooth, mira qué suave -dijo maravillada haciendo reír a la gallega.

La gallega llevó una de sus manos hacia el juguete para examinarlo.

-Ostias, sí que es suave -dijo encantada.

-Hombre -aceptó complacida posando su mano sobre la de la gallega- es que yo solo te doy cosas de buena calidad, reina.

-Bueno, pues espabila -dijo bajando las manos de ambas hacia su zona baja- antes de que me arrepienta y vuelva a la fiesta.