Enero, 2019
Desnudas las dos sobre la cama de la gallega, con Mimi sobre ella repartiéndole caricias sugerentes por todo el cuerpo mientras se besaban de la forma más pasional que lo habían hecho nunca.
-Mimi -susurró abrazándose a la nuca de la granadina con deseo. -Ufff, te juro que no puedo.
La granadina esbozó una risita complacida, mientras adentraba la mano por debajo del tanga de Miriam.
-Joder, nos van a escuchar... -se quejó en mitad de uno de los besos.
-Lo dejamos entonces, ¿no? -la picó pasando los dedos por el centro más que húmedo de la gallega.
-Mimi, coño, -se enderezó con autoridad- ahora no me dejes así, hija de puta.
-Uy, y me insulta, además. Ya me habían avisao abajo de que era mu arisca la gatita.
<<¿Cómo que gatita?>> saltó la ofendida mente de Miriam al instante.
-¿Perdona? -dijo con una sonrisa malvada. -Ahhh -gimió suave sintiendo los dedos de Mimi entrándose en ella con sensualidad.
-Bueno... pues lo dejamos pa otro día -dijo haciendo el amago de dejar a un lado su acción.
La mirada amenazadora de la gallega fue determinante para que Mimi riera por lo bajo, al tiempo que continuaba su labor con toda la dedicación del mundo. Sin esperárselo, fue Miriam quien invirtió sus posiciones, quedando sentada sobre los dedos de la mayor. Llevando entonces su mano al centro de la mayor. Cabe decir que aquello estuvo a punto de írsele de las manos, pero consiguieron alcanzar el orgasmo acallando sus gemidos en los besos y las mordidas que se dejaban sobre la piel. Respirando con rapidez, y jadeantes por el esfuerzo, ambas cayeron de costado abrazándose con calma.
Por unos minutos, Miriam pensó que Mimi se había quedado dormida pues con lo que era ella, raro le parecía que no hubiera soltado una de sus perlas post-sexo. Extrañada, abrió los ojos con una sonrisa en la cara esperando encontrar una Mimi más que soñolienta... pero se encontró unas lagunas verdes mirándola casi sin pestañear, absorta en unos pensamientos que no era capaz de leer.
-¿En qué piensas? -le preguntó mimosa dejándole un beso en la mejilla mientras se abrazaba a su cintura.
-En na, me he quedao empaná -respondió sin atisbo de emoción alguno y sin quitarle la mirada de los ojos.
-Chica, quién diría que te desenchufaron de la luz, te quedaste off total -bromeó con la voz ronca pro el esfuerzo de tragarse sus propios gritos.
-Qué va, es que estoy to pegajosa. ¿Me puedo duchá en un momentillo? -le preguntó deshaciéndose del abrazo de la gallega para ponerse en pie casi con brusquedad.
-Mimi, ¿estás bien? -preguntó atónita.
-De puta madre -la miró de forma inquisidora repitiéndole la pregunta con los ojos.
-Claro, ¿te acompaño?
-No hace falta, tranquila, no me pierdo por el camino -trató de bromear de forma natural, pero no se dio cuenta de que aquello no sonó tranquilizador sino bastante cortante para la gallega.
Fue esa la primera vez que Miriam no se dejó achantar por su lado racional, y tras escuchar la puerta de su cuarto cerrarse seguida de la del baño, no dudó en salir al pasillo en busca de Mimi.
Por su parte, Mimi estaba al borde de las lágrimas. Acababa de tener una reacción muy fea con Miriam, era consciente, pero es que no aguantaba un segundo más mirando a la gallega, sabiendo que en sus ojos no encontraría nunca lo mismo que en los suyos. Que aquello había llegado al límite era una realidad, que Ricky tenía toda la razón del mundo cuando le advirtió que no sería capaz de manejar aquello sin poner sus sentimientos de por medio, también. Metida en esas tribulaciones estaba cuando abrió el grifo de la ducha y entró dentro.
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KILLA / Miriam²
FanfictionMimi y Miriam. Miriam y Mimi. Sin motivos, sin excusas. Sin saber por qué, a veces, las cosas suceden y te desmontan por dentro, sin saber por qué, a veces, alguien acalla tu miedo. A veces, el cambio es revolución, y la revolución, ¿amor?