Noviembre, 2019
-Se quedó sobadísimo -susurró la gallega girándose.
-Pues el chocolate se enfría, ¿lo despertamos? -preguntó dejando la bandeja con las tres tazas sobre la mesita del salón.
-Me da penita, pobriño -se acercó a cubrirle con la manta. -¿Se lo guardamos para mañana y nos tomamos el nuestro en mi cuarto?
-Vale, pulpiña -accedió ilusionada la mayor ante la perspectiva de pasar tiempo a solas con su gallega.
Las dos se dirigieron al cuarto tratando de no hacer ruido y cerrando la puerta con cuidado, se sentaron una frente a otra con la bandeja en el medio para que no se derramara el contenido ardiendo de las tazas.
-Anda, ¿y eso?
Miriam miró en la dirección que señalaba la granadina.
-Una bola de nieve, me flipan -contó ilusionada. -En realidad, todo lo que sea de Navidad.
Mimi se rio por la ternura que veía en sus ojos y dejando la bandeja a un lado se abrazó a ella.
-Bonita -la besó. -Si queda más de un mes todavía...
-Da igual, hay que prepararse con tiempo -dijo con vocecilla de niña pequeña.
Mimi se quedó mirándola sonriente con un amor que no le cabía en el pecho, que la llenaba hasta el punto de sentir un nudo en la garganta que no era desagradable pero sí raro. Un nudo en el que se envolvían sus miradas, cargadas de cariño, deseo, ternura, amor... Cargadas de futuro aún presas en un presente a escondidas.
-Te quiero, amor.
-Y yo a ti -escondió su cara en el cuello de la granadina y comenzó a repartirle pequeños besos. -Eres una moñas, en serio -se burló estirándose hasta llegar al mando de la televisión. -¿Qué te apetece ver?
-A ti -respondió quitándole el mando de las manos y lanzándose a besarla.
-¡Mimi, el chocolate!
-A la mierda el chocolate.
...
Noviembre 2021
Pasaban las siete y media de la tarde, la plaza estaba totalmente abarrotada. Era la primera vez que iba a un mercado navideño como ese, y aunque odiase esas fechas, tenía que reconocer que merecía la pena ver la cara de niña ilusionada que tenía la gallega con cualquier tontería que veía. No le había quedado más remedio que comprarse un gorro a juego con Miriam para que dejara de estar de morros por las casetas, y así evitar que la siguiera ignorando mientras intentaba dejarla atrás por el camino.
-Illa, que ya tengo el gorro este puesto, ahora me esperas -la cogió de la mano y le dio un pico fugaz en los labios cuando nadie miraba, haciendo que la gallega se ablandara del todo.
-¿A que es súper bonito todo?
Mimi miró a su alrededor pensativa, calculando de qué forma decir lo que pensaba sin parecer desganada.
-Sí, el primer puesto es muy bonito, el segundo bonito y el tercero igual que el primero. Y así con tos.
Miriam le soltó un pequeño manotazo juguetón.
-Grinch.
-Anda, esto sí me gustaba a mí de chica -dijo la granadina cogiendo una bola de nieve de uno de los puestos para agitarla con ganas.
-A mí también, siempre quise una personalizada de esas que le pones tú una foto.
-Una tuve y me la cargué el primer día, yo pensaba que se abrían como con los peces que hay que cambiarles el agua. Así que mi madre no me volvió a comprar ninguna -le contó con tanta pena que cualquiera diría que le seguía doliendo la pérdida de su bola de nieve.
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KILLA / Miriam²
FanfictionMimi y Miriam. Miriam y Mimi. Sin motivos, sin excusas. Sin saber por qué, a veces, las cosas suceden y te desmontan por dentro, sin saber por qué, a veces, alguien acalla tu miedo. A veces, el cambio es revolución, y la revolución, ¿amor?