Si, señor. ( EN EDICIÓN)

31.

- Mama, papa, saben algo de Aitor? – Pregunto y todos sabemos lo que llega a doler esa pregunta.

- No sabemos nada hija. – Responde papa ya que mama tiene ganas de llorar y Eric me mira confundido.

Le susurro que luego le explicare lo que pasa y el asiente pero la verdad que me resulta muy triste pensar en aquel momento en el cual a todos nos dolió en el alma.

- Lo extraño, saben? Nunca hablamos de el ya y eso todavía me pone peor ya que nunca se nos puede olvidar quien es. – Les digo y mama sonríe débilmente ya que no le sienta bien hablar de el por que es algo que le dolerá siempre.

- Yo también lo extraño hija pero no se que mas hacer, lo hemos buscado por todos los lugares que pensábamos y en ninguno esta. – Me dice mi papa y yo solamente me siento mal por no tenerlo aquí conmigo.

Ya decidimos no hablar mas sobre mi hermano el que desapareció hace dos años y nunca supimos nada mas de el.

- Y Eric cuéntame, por que estas tu aquí en la milicia? – Le pregunta mi papa y el le sonríe.

- Bueno digamos que mi familia no me quería allí con ellos y entonces me decidí apuntar a la milicia y así ya no verlos mas. – Contesta mi amigo y yo ya lo sabia ya que me lo había explicado.

- No entiendo como pueden a ver padres que no quieran a sus hijos cerca ya que yo eso es lo que no quiero, que estén lejos. – Le contesta mi padre y yo lo cierto es que tampoco lo logro comprender.

De seguida encontramos un bar donde poder sentarnos a desayunar y que mis padres y Eric sigan conociéndose así el día de navidad no estemos incomodos en la cena.

Cuando volvemos ya es hora de despedirnos ya que mis papas ya se van por que se acabo la semana de la milicia.

- Se que solo quedan dos semanas pero te voy a extrañar mi pequeña. – Me dice mama y yo aun que también quede poco también la voy a extrañar.

Cuando ellos cogen el vuelo nos vamos hacia el salón principal y de cara me encuentro con el Sargento, pero para mi suerte voy agarrada de la mano de Eric ya que este mismo me la ha dado antes de entrar. Saludamos a todos nuestros superiores y nos dirigimos a coger una bandeja.

- Me alegra mucho que tus padres me traten así la verdad, me han hecho sentir como un hijo mas para ellos. – Me dice Eric y eso me alegra ya que se que el se siente bien con mis padres.

- Me alegra mucho que te hayas sentido así de bien con ellos, en navidad espero que mis hermanos no te agobien y espero que puedas soportar a la mas pequeña. – Le digo refiriéndome a mi hermana de cuatro años.

- Me gustan los niños princesa, así que soportare a esa pequeña. – Me dice y yo me río.

Terminamos de hablar y de cenar para irnos directos a las cabañas, pero yo como siempre voy primero hacia el baño para hacer mis necesidades antes de dormir.

- Donde vas? – Me pregunta alguien y no me quiero girar ya que se quien es.

- No le importa hacia donde voy o de donde vengo sargento. – Le respondo.

- Si me importa ya que yo soy su superior y necesito saber siempre donde están mis soldados o mejor dicho mis marineros que es lo que eres tu ya que no creo que nunca llegues a ser nada mas superior como un soldado o una teniente lo cierto es eso que pienso. – Me dice y yo lo miro.

- A lo mejor algún día le sorprendo y si soy una teniente quien sabe, yo se lo que soy capaz de ser y lo que no y la verdad es que lo tengo demasiado claro. – Le respondo ya que se que algún día le callare la boca a este estúpido sargento.

- Lo cierto es que no es eso para lo que quería cruzarme con usted, si no para otra cosa. Es para ver si te acordabas de lo que te dije que no podías hacer. – Me dice y ya entiendo a lo que se refiere.

- Ah bueno, si me acordaba pero no tengo ganas de hacer las cosas como la gente quiere, si no como yo quiero y a mi me apetecen. – Le respondo ya empezándome a enfadar pero intentando no mostrarlo.

- Bueno pero tu aquí recibes mis ordenes y lo que te acabo de dar es una orden, quiero que termines con el marinero Leyson ya. – Me dice y yo comienzo a reír sin parar.

- Pues que pena para usted y sus ordenes que no voy a terminar con mi novio ya que estamos demasiado bien juntos. – Le digo ahora yo y noto como el frunce el ceño y se que se esta empezando a enfadar.

Antes de dejarlo contestar decido irme hacia la cabaña aun que tampoco he pasado por el baño pero se que hasta la cabaña no va a entrar ya que estamos todos los marineros y no estoy yo sola para que pueda hacer lo que le plazca sin importarle nada.

Ya había pasado una semana desde que mis papas se fueron y solo quedaba una mas para verlos, así que ya habían comprado los dos pasajes para poder ir Eric y yo.

- Tus padres no son mi familia pero hay que reconocer que me caen genial y los considero como una familia. – Me dice Eric y yo se que a el le agrada tanto la idea como a mi de que pasemos la navidad juntos.

- Siempre será tu familia, amigo. – Le contesto y el me mira sonriendo.

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Todo es de mi imaginación, nada es real y en el caso de que lo fuese avisaría por aquí.

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