Si, señor. ( EN EDICIÓN)

35.

- Y si algún día esa mujer fueses tu ya seria tarde o estarías ahí? – Me pregunta y me sorprende tanto que en mi interior doy saltos.

- No estaría para usted, no me gusta la gente que me insulta y me denigra como mujer, y como muy bien tu dijiste solo amaras a dos mujeres en tu vida y son tu madre y tu hermana. – Le respondo aunque me duela a verle dicho eso.

- Bueno como tu quieras ver, yo solo quería hacer la pregunta y si ya se la verdad de vosotros dos, escuche como se lo explicabas a tu madre y no te quise decir nada. – Me dice y abro la boca en forma de sorpresa.

- No sabia que me habías escuchado hablando con mi madre, aparte creo que eso era una conversación privada que nadie tendría que haber escuchado. – Le digo y el sonríe.

- No pasa nada, yo con la rubia esa que tu me viste la bese sin saber quien era ya que te vi a ti esconderte cuando me viste. – No se a que queremos llegar con esta conversación.

- Estamos sincerándonos los dos ¿verdad? – Le pregunto y me mira.

- Yo creo que si ya que te he dicho que he descubierto la verdad y te he descubierto lo que fue lo mío. – Me dice y yo me río.

- Amor por que tardas tanto en venir a el salón, os estamos esperando. – Dice Eric entrando a la cocina y yo me río mas fuerte ya que me ha hecho gracia después de todo.

- No finjamos mas, escucho la conversación que tuve con mi madre cuando se lo explique a ella. – Le digo a Eric y el suelta un suspiro de alivio sabiendo que ya no tiene que estar mas así conmigo.

- Menos mal ya de verdad, pues tan amigos y ya no fingimos mas. – Dice y el sargento y yo comenzamos a reír fuertemente.

- Pues Atenea tu y yo tenemos una conversación pendiente y a ver si puede ser antes de volver de las vacaciones de navidad. – Me dice y yo asiento mientras el sale de la cocina.

Saco el postre junto con Eric y lo llevamos hacia la mesa para comerlo.

- Por aquí dejamos el postre, quieren que les sirva? – Pregunto y todos niegan menos el sargento.

- Ya nos lo servimos nosotros hija, no te preocupes. – Me dice Alexandre y yo asiento tranquilamente.

- A mi si que me puedes servir si quieres. – Y se que ya comenzamos a estar mejor por estas cosas.

Le sirvo el postre y el me susurra pequeña en mi oreja lo que hace que me estremezca al escucharlo, y lo miro con cara de pocos amigos.

- Y bueno, la verdad que con la familia se esta bien cierto? – Me pregunta Alexandre.

- Si se esta muy bien pero también hay que cumplir con nuestro deber y ese es el ejercito. – le respondo yo a el y ya deja mi conversación para unirse a la de mis padres con su mujer, a la cual Eric y el Sargento también se une.

Estoy cansada y creo que necesito dormir un poco la verdad ya que siento que me voy a caer en cualquier momento de lo cansada que llego a estar.

- Y tu, por que estas en la milicia, yo entro en unos meses y me da miedo. – Me dice la hermana de el sargento.

- Estoy por que es el sueño de mii padre y no te preocupes tienes a un hermano dentro que no creo que todos los entrenamientos para ti sean duros. Y por conocer a gente mira ya conoces a una. – Le digo y ella me sonríe con timidez.

- Es que me da miedo pero es lo que tu dices yo allí dentro ya cuando entre conozco a alguien. – Me dice y yo asiento con la cabeza.

- Pídele a tu hermano o a tu padre que te pongan en mi cabaña ya que en uno de los lados de mi cama tengo una cama libre y así ya duermes conmigo también. – Le digo y la verdad que me cae bien y se le ve con miedo.

- Le pediré para que me ponga en tu cabaña y ya no sentirme tan sola ya que no quería que me pusiesen en una habitación como ellos por que la gente no me hablaría. – Me dice y eso es cierto, si estas con ellos nadie te hablara.

- Si que es cierto que con nosotros en las cabañas estarás mejor y así también te puedo presentar a mi amiga. Que por cierto la tenia que llamar. – Le digo y ella asiente sonriendo.

- Pues llámala, pero si quieres me puedes dar tu numero y al menos vamos conociéndonos para que me sienta bien cuando entre después de la navidad. – me dice y yo asiento.

- Vamos a el patio o a mi habitación si quieres y te presento a mi amiga para que también la conozcas y ya te quedas mas tranquila. – Le digo y ella asiente así que subimos a la habitación para poder llamar a mi amiga.

- Hola putilla ya te extraño. – me dice mi amiga nada mas cogerme el teléfono.

- Hola, yo también te extraño ya. Por cierto mira te presento a una amiga que va a entrar con nosotras después de navidad y así ya va conociendo a la gente. – Le digo y ella sonríe y yo no dudaba de eso.

- Hola me llamo Nayse, pero me puedes llamar Nay. – dice y se que tiene miedo a decir quien es o de quien es hermana.

- Hola encantada, y no pasa nada quita esos nervios de tu cabeza ya y no pasa nada. – Le dice Brooke y ella sonríe pensando en que le ha caído bien.

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Todo es de mi imaginación, nada es real y en el caso de que lo fuese avisaría por aquí.

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