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En el instante en que Seungmin abrió la puerta, Chan pudo sentir la explosión aromática que se revolvía allí. Era el olor de Hyunjin, de eso no le cabía dudas, olía como si un bosque de arándanos hubiera crecido en esa casa y, además, un tono de canela se deslizaba entre todo ese olor. Seungmin pareció no notarlo, pero la nariz de Chan era demasiado sensible para cosas así. Ni siquiera escuchó lo que Seungmin empezó a decirle, lo dejó con la palabra en la boca y fue corriendo rumbo al cuarto donde estaba Hyunjin.

Abrió la puerta de un tirón. El olor allí era incluso más fuerte, casi nauseabundo, intenso y descontrolado. Hyunjin estaba sobre la cama, echo un ovillo tembloroso, con sus emociones echas un desastre. Chan se le acercó corriendo, aquello no podía ser nada bueno. Retiró el pelo de Hyunjin con gestos bruscos examinando su cuello. El omega se revolvió incómodo y se quejó. Pero Chan no lo soltó hasta que no se aseguró de que su cuello permanecía intacto. No había marcas de ningún tipo. Hyunjin seguía sin ser marcado.

—Oye...— le dijo finalmente, después de calmar su inicial desasosiego. No obtuvo respuesta.— ...Hyunjin.

—¿Qué?

—¿Qué te pasa?— Chan le quitó los brazos de la cara y trató de buscar su mirada. Pero Hyunjin no quería verlo a los ojos. Parecía estar en medio de un berrinche. Pero él no era un omega egoísta, capaz de hacer berrinches por cualquier estupidez. Para que Hyunjin reaccionara así, se tenía que tratar de un asunto grave. No lo había criado para dejar salir su olor así como así, con total descuido.

—No me pasa nada.

—Hyunjin...— era obvio que el omega mentía. Y a Chan no le gustaba para nada eso.— ...se nota a diez leguas que te pasa algo. ¿Por qué estás tan alterado?

—Te dije que no me pasa nada.

—Te lo voy a preguntar una última vez.— el tono de Chan endureció.— ¿Qué te pasó para que estés oliendo así?

[🥨]

A Seungmin le resultó extraño que Chan simplemente saliera corriendo, pero no le dio mucha importancia. Dejó el bolso que traía en el suelo y se estiró. Al parecer no había nadie más en casa. Desde donde estaba, vió que había una nota sobre la nevera. Fue hasta la cocina para leerla. Era de Minho. diciéndole que se había llevado a Felix al super.

—Eso es raro...— pensó en voz alta, pero tampoco le dió mucha importancia. Abrió la puerta, dispuesto a comer algo, notando, muy a su pesar, que el pastel ya se había acabado. Sacó el plato vacío y lo puso en el fregadero. Ya se había puesto a buscar algo más cuando escuchó que la puerta principal se abría y varias voces se adentraban en la casa. En un par de segundos Felix y Minho llegaron a la cocina, cargando varias bolsas con la compra.

—¿Y eso que fueron ustedes de compras?— preguntó a modo de saludo.

—Felix se ofreció a ayudarme, y pensé que sería bueno comprar comida cuanto antes. Ya somos más.— le contestó Minho mientras empezaba a guardar algunas cosas en la nevera. Jisung también entró a la cocina.

—Hola, hyung.— saludó a Seungmin y se recostó junto a él en la meseta. Seungmin notó que Felix tenía el ceño fruncido y movía su nariz con frecuencia. Seungmin trató de respirar profundo pero lo único que pudo percibir fue el olor de las cosas que habían comprado los demás.

—¿Dónde están los nuevos?— preguntó Jisung, con fingido desinterés.

—Ah, les diré que bajen, así los conocen.— respondió Seungmin. Salió de la cocina y se dirigió escaleras arriba, rumbo a la habitación que ahora compartían los híbridos.

—¿No me vas a decir?— Seungmin escuchó la voz algo alterada de Chan.

—¡No! ¡Ya no me molestes más con eso! ¡Te he dicho que no me pasa nada!— Hyunjin le contestó, también alterado.

*.✧ No se admiten mascotas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora