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Seungmin ayudó a Chan a meter las bolsas de Hyunjin en el maletero del auto antes de dar la vuelta y volver al asiento del conductor. Su rostro lucía inexpresivo y severo, no había que ser adivino para darse cuenta de que estaba enojado.

Además, para los tres híbridos, era perfectamente perceptible su olor. Ese aroma a humano alfa irritado, testosterona y cortisol haciendo su trabajo a lo largo de su cuerpo, denotando su estrés.

Jeongin había ocupado el asiento del copiloto, por lo que los demás se sentaron detrás, manteniendo un silencio perfectamente incómodo y tenso.

Así habían quedado las cosas después de la conversación que habían tenido hacía unos cinco minutos, en la cual Jeongin trató de balbucear una explicación del porqué estaba allí, Hyunjin había tratado de protegerlo y Chan solo le había dicho a Seungmin que mantuviera la calma.

Resultado:

Seungmin no había vuelto a decir nada y solo mantenía esa expresión fría y mecánica en su rostro, haciendo las cosas como un autómata, solo ese olor delatándolo, haciéndole saber a los tres híbridos que, en su interior, su sangre hervía, aún si no se mostraba en su rostro.

—Hyung...— musitó Jeongin al ver que Seungmin entraba al auto y se colocaba el cinturón de seguridad.

—Después hablaremos con calma, Jeongin.—Fue la escueta respuesta del humano. Sin siquiera mirarlo, sin decirle "bebé" o "pequeño", solo hablando fríamente mientras seguía con su vista fija en el frente, poniendo el auto en marcha.

—Seungmin-ah, no deberías enojarte con Jeongin. De hecho, no deberías enojarte con nadie, escucha la explicación primero.— Hyunjin habló desde su asiento, incapaz de quedarse callado al ver como Jeongin apretaba su labio inferior, después de que este temblara en lo que casi se convierte en un sollozo.

—Será mejor si por ahora no te metes, Hyunjin.— Seungmin respondió con el mismo tono que le había hablado a su omega.

—Seungmin...— Le recriminó Chan.

—Solo no me hablen, por favor.— Las manos del humano se apretaron alrededor del volante.— Sé perfectamente que los tres pueden olerme, así que saquen sus propias conclusiones.

Tanto Hyunjin como Chan le dedicaron sus respectivas muecas de descontento, en cambio, Jeongin solo permanecía mirando por la ventana, sus manos apretadas en puños temblorosos sobre su regazo. Él sentía que tenía la razón con respecto a lo que había hecho.

Él no estaba equivocado, sin embargo, no había podido explicar las cosas como era debido, su voz había temblado, sus palabras enredadas y todos sus argumentos tornado un amasijo de tartamudeos. Estaba frustrado y triste. Su alfa estaba enojado, y eso era algo que, físicamente, le producía malestar.

Además, a través del enlace podía sentir las emociones de Seungmin, su enojo y su decepción. Eso solo lo hacía angustiarse más. Odiaba que su alfa se sintiera así, que lo tratara ásperamente y no le dedicara palabras dulces o caricias, incluso después de muchas horas sin verse.

Su omega sentía miedo ante el alfa enojado, pero él, Jeongin, estaba preocupado por su compañero, por el malentendido en su relación. Tal vez estar tanto tiempo cerca de Seungmin lo había ayudado a separar esa parte animal de la racional, pero en este momento, solo le servía para sentirse mal como omega y como persona.

El resto de viaje siguió lleno de ese silencio incómodo y denso. Hyunjin sentía que podría asfixiarse si seguía un minuto más dentro de ese auto. Por eso, una vez llegaron a casa, él fue el primero en salir del auto. Chan lo siguió, dispuesto a tomar el equipaje. No sin antes advertirle a Hyunjin que esperara por Seungmin para entrar.

*.✧ No se admiten mascotas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora