—¡Chica!— Chan levantó la botella vacía, agitándola en el aire como si fuera una pequeña bandera de cristal verde.— ¡Otra, por favor!
Al ver que la señora a cargo del puesto se acercaba con lo que había pedido, bajó su brazo y volvió a dejar que su mirada se perdiera en el vacío. Murmuró un tranquilo "gracias" al recibir su soju y se sirvió otro trago.
Había visto a los humanos hacer eso, solo sentarse en uno de aquellos puestos sencillos, en sillas y mesas plásticas, gruesas cortinas de hule transparente creando un espacio aparte del resto de la calle, como un pequeño escondite ligeramente más cálido, lleno del olor del aceite de freír y de la comida rápida.
Él nunca lo había hecho antes. Nunca tuvo el dinero o el interés para estar en un sitio así. Ahora, en cambio, le parecía una idea tan buena como cualquier otra, su mente estada genuinamente enfocada en cualquier cosa menos en pensar qué sería de él esa noche.
Después de ese trago sirvió otro más, apoyando sus codos sobre la mesa de plástico verde. Las mangas dobladas de su camisa ya se habían ensuciado un poco con la grasa que parecía imposible de limpiar en aquella superficie, los botones más altos también permanecían abiertos, dejando que el aire vaporoso y caliente de aquel lugar lo refrescara al menos un poco.
Movió su pelo hacia atrás, pensando en lo distinto que era todo ahora. En lo mucho que había cambiado, para bien, en lo agradable que se sentía poder mejorar poco a poco, acercarse a sus metas. Si tan solo Jisung estuviera ahí para verlo sería mucho más fácil alegrarse.
Sirvió un tercer trago. Pensar en Jisung revolvía sus emociones con demasiada fuerza. En parte sentía que era su culpa, él lo había apartado, le había pedido tiempo, un tiempo que definitivamente era difícil de dar.
Sin embargo, otra parte suya seguía repitiéndole que lo que había hecho no estaba mal.
No.
Tratar de ser un mejor alfa no estaba mal, no era un error, entonces, ¿Por qué se sentía tan mal? ¿Por qué dolía tanto su enlace, tan débil y lejano, la sensación de los miles de kilómetros ardiéndole en su interior?
Se metió las manos en el cabello, estirándolo aún más, casi tirándose las hebras, frustrado, y desesperado, aun incapaz de creer del todo que Jisung se hubiera ido. Que no volvería en años. Se sentía demasiado amargo en su interior al saber que Jisung también había decidido avanzar sin pensar en él, sin decirle siquiera. Era una realidad demasiado difícil de tragar.
Tomó su celular y miró de nuevo el contacto que había agendado hacía un par de horas. Llevaba toda la noche haciendo eso, reuniendo un valor que no acababa de ser suficiente, pensando en llamar, pero sin saber qué decir, qué reprochar o qué suplicar.
Finalmente dejó salir un suspiro, agarró la botella y bebió directo de ésta hasta que no quedó nada, aun si su garganta ardió y su cuerpo entero se estremeció con la enorme y repentina cantidad de alcohol. Dejó dinero sobre la mesa, sujeto bajo la botella vacía y se levantó, marcando el número que acababa de agendar.
Salir del puesto ambulante hacia el vacío de la noche se sintió algo frío, contrario al aire caliente y cargado de olores que había en aquel pequeño puesto. Chan guardó su mano libre en el bolsillo y con la otra sujetó el móvil contra su oído, podía escuchar su propia respiración a medida que caminaba y un ligero mareo, su única fuente de valor por el momento.
Un timbre.
Luego otro.
Y otro más.
—Debe ser tarde...— Se dijo a sí mismo, apartando el teléfono de su oído para colgar, pero justo en ese momento, la llamada fue contestada.
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*.✧ No se admiten mascotas!
Fanfiction¿Qué hacer cuando lo peor que te puede pasar por la mente es justo lo que te sucede? Esa fue la pregunta que se hizo Hyunjin en el instante en que conoció a Minho. En el instante en que puso su mundo de cabeza. Porque Hyunjin era un híbrido, y a M...