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Jisung puso una taza de té frente a Chan, suavemente, como si el sonido de la porcelana sobre el vidrio pudiera romper la poca serenidad que Chan había logrado reunir. Podía notar la inmensa ira que aún daba vueltas en el interior del mayor y eso solo le causaba un malestar demasiado grande. Aún había un enlace entre ellos, aun podía sentirlo todo, y eso, inevitablemente, lo angustiaba.

Chan tenía el rostro oculto entre sus manos. Llevaba así varios minutos. Demasiado ocupado tratando de organizar sus emociones como para hacer otra cosa.

—Hyung...— Jisung se sentó frente a él.— Bebe eso... te calmará un poco.

Chan solo dejó salir un hondo suspiro a la vez que alzaba su rostro y miraba a los ojos de Jisung.

—¿Por qué me detuviste?

—No te iba a dejar que mataras a Minho.— le respondió, seguro.

Chan apoyó sus manos sobre la mesa, sus puños cerrándose con fuerza hasta que sintió el dolor de sus propias uñas en su piel.

—Es que tú no escuchaste lo que dijo, Sung... Habló de Hyunjin como si fuera basura.

—Imagina entonces como se debe haber estado sintiendo. No estoy tratando de justificarlo... Tú deberías saberlo...— Jisung se estiró sobre la mesa hasta sujetar sus manos. Acarició suavemente con sus pulgares, buscando hacer que la tensión del rubio se disipara un poco.— ...eres un alfa. ¿Podrías hablar así de mí?

—No.— musitó.— No podría...

—Minho tampoco podría. Sin embargo, lo hizo, porque no está siendo él mismo. Esta situación... no sé cómo lo habrá descubierto. Pero debe de haber sido de la peor manera posible.

—Él... él dijo que le había dicho esas mismas cosas a Hyunjin... yo... necesitamos encontrar a Hyunjin. No sé de lo que sería capaz. Me asusta que no pueda manejar algo así.

—No te preocupes, hyung. Hyunjin va a estar bien.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?— la voz de Chan se rompió un poco, en ese momento, mientras sentía a Jisung cerca, su calor, su olor y su voz, todo se revolvía en su interior. Una lágrima se escapó y la secó contra su brazo, no queriendo soltar las manos de su omega.— Yo no sé lo que haría si a Hyunjin le sucede algo, es muy susceptible a este tipo de asuntos.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Cuando éramos niños...— Chan hizo una pausa, tratando de acomodar su voz, luchando contra el nudo en su garganta que se esforzaba en impedirle hablar.— Su padre desapareció... y, aún si él era pequeño, tuvo que presenciar como su madre sufría, como no pudo soportarlo hasta que... hasta que...— cerró sus ojos con fuerza, tratando de borrar los recuerdos que lo invadían, haciéndole más difícil controlar sus lágrimas.— Yo no quiero que a Hyunjin le suceda lo mismo.

—Chan...— Jisung se levantó y rodeó la mesa hasta llegar a donde él estaba, permitiendo que el mayor abrazara su cuerpo y ocultara su rostro en su vientre. Acarició su cabello, tratando de trasmitirle calma, aún si Chan parecía inconsolable.

—Todo va a estar bien. Minho solo está confundido, se siente traicionado. Estoy seguro de que Hyunjin entiende eso. Él es fuerte, él podrá manejarlo. Todos sabíamos que esto podía pasar. Ahora solo tenemos que asumir la responsabilidad.

—Yo solo quiero encontrar a Hyunjin.— susurró Chan, apretándolo como si no hubiera mañana.

—Lo vamos a encontrar, hyung. Ya verás.— Jisung lo calmó, deslizando suavemente sus dedos por la cabeza del mayor.

Aún si entendía la gravedad de la situación, no podía evitar sentirse un poco feliz de tenerlo en sus brazos. Lo había extrañado mucho, demasiado. Y, si bien sabía que había cosas más importantes, al menos podría conformarse con esa pequeña muestra de felicidad.

*.✧ No se admiten mascotas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora