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Desde que Chan se despertó, había notado la rareza en el ambiente. Solo le bastó abrir la puerta de su habitación para notar lo que estaba sucediendo. Contrario al olor de Hyunjin, el olor de otros omegas sí podría ser un asunto serio para él. Lo primero que Seungmin le había dicho era que tratara de evitar problemas con los demás híbridos, además, el pobre Jeongin estaba debutando, lo mejor que podía hacer, como alfa, era irse hasta que las cosas se calmaran un poco. Solo rezó porque tuvieran supresores, de lo contrario, estar allí iba a ser un infierno para él.

Una vez que salió de la casa, el sol de la mañana le dio directamente en los ojos, haciéndolo entornar la vista y llevarse una mano a la frente, a modo de visera. Realmente salir tanto por las noches le estaba afectando. La luz del sol casi se sentía dañina. Sin saber exactamente qué hacer, miró a un lado y a otro de la calle. Debía buscar trabajo, así que, lo mejor que podía hacer, era deambular por ahí, hasta que apareciera algo. Cuando finalmente decidió ir hacia la izquierda, un estruendo lo hizo girarse. Del otro lado de la calle, en la tienda que había al frente, acababa de ocurrir algo cercano a una catástrofe. O al menos eso parecía, porque alguien había quedado semiaplastado debajo de una montaña de sacos de comida para mascotas.

Chan cruzó corriendo, impulsado por no sabía qué. Se apresuró a retirar los sacos. Eran realmente pesados. Por debajo de todo aquello solo podía ver un par de piernas que no se movían en lo absoluto. Casi diez sacos después, y con su frente llena de sudor, Chan logró descubrir el cuerpo de Jisung. Estaba inconsciente. Chan se asustó, por mucho que odiara a los humanos, no se iba a quedar impasible ante algo así. Se agachó encima de él y lo llamó. Palmeó su rostro, incluso lo sacudió un poco. Lentamente, Jisung fue volviendo en sus sentidos. Cuando pudo abrir los ojos, lo primero que saltó a su vista, fue el semblante preocupado de Chan, quien aún lo sacudía un poco.

—Oye... ¿Estás bien?... mírame, dime algo?— Chan sujetó su cabeza.— ¿Te rompiste algo?

Jisung solo seguía mirándolo, con expresión confusa. Aun no entendía porque era precisamente Chan quien lo había ayudado.

—Oye...

—Estoy bien...— le contestó finalmente.— Creo...

Chan suspiró con alivio y lo ayudó a levantarse. Jisung se puso de pie con un mohín de dolor y se sacudió un poco la ropa.

—¿Qué demonios estabas haciendo?

—Estaba tratando de bajar esos sacos.— señaló el camión que estaba parqueado junto a la tienda y en el que Chan ni siquiera se había fijado.— Pero parece que quité el que no era y los demás me cayeron encima.

—¿Por qué estabas haciendo eso solo? ¿Eres idiota?— la expresión de Chan cambió de preocupada a enojada. Haciendo sin querer que Jisung se encogiera un poco en su sitio.— ¿Qué hubieras hecho si te pasaba algo peor? ¡Te podrías haber hecho daño!

—Yo... solo estaba...

"Comiendo mierda", pensó Chan para sus adentros. Se palmeó el rostro con un suspiro. "Estos humanos..."

—Ya, no importa. Al final no te pasó nada grave.— se sacudió el cabello, dispuesto a girarse para irse. Pero algo en la expresión asustada y ligeramente arrepentida de Jisung lo detuvo. No se sentía bien dejándolo solo así. Su temperamento a veces se le iba de control. Se aclaró la garganta para recuperar la atención del humano.— Si quieres... puedo ayudarte un poco. Digo.. es que... creo que es mucho para una sola persona.

—¿En serio?— Jisung alzó la vista, con una enorme y brillante sonrisa. Chan recordó que aquel humano tenía una hermosa sonrisa, enseguida se sintió mucho menos enojado.

*.✧ No se admiten mascotas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora