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—Esto es lo único que te queda por revisar.— Doyoung le extendió la última carpeta a Changbin. Observó en silencio como el alfa revisaba los documentos con rápidas ojeadas, completamente concentrado y en silencio.

La luz rojiza del atardecer moribundo llenaba la oficina de sombras. No era extraño que Changbin estuviera trabajando hasta esa hora, pero sí era raro que lo hiciera con tanta prisa, como si quisiera ahogarse en el trabajo.

Aquel día en general todo había sido bastante fuera de lo normal. Para, empezar, se suponía que Changbin se tomaría el día libre para atender sus asuntos personales, por lo tanto varios de los chicos, entre ellos Seungmin, se habían tomado también el día. Sin embargo, a media mañana el líder había regresado con un mal humor épico y después de gritarle a todo el que se había encontrado en su camino, se había puesto a trabajar, incluso adelantando cosas que tenía para días posteriores.

Sin contar el hecho de que ni Jeno, ni Jaemin estaban allí. Ellos siempre estaban cerca de Changbin, al menos uno de los dos. Doyoung no entendía a qué se podría deber tanta anormalidad, pero estaba seguro de que a Changbin le sucedía algo, su aroma inestable lo delataba. Además, le había pedido de muy malos modos que hiciera todo lo posible por suprimir su olor, como si de repente el olor de un omega le molestara.

—Ten.— Changbin le extendió los documentos después de firmarlos y acto seguido se puso de pie, arrojándose su saco sobre los hombros.

—¿Vas a casa?— Doyoung abrazó la carpeta contra su pecho y se acercó a las ventanas para cerrar las persianas.

—Sí.— contestó Changbin esperándolo desde la puerta.

—¿Le aviso a Yang para que te lleve?

—Yo sé conducir, Doyoung.

El omega arrugó los labios con una mueca la cual, gracias a la oscuridad, no fue percibida.

—De acuerdo. Lo que usted diga.— contestó de mala gana.— ¿Mañana estará mejor, o su humor seguirá siendo una mierda?

Changbin siseó en respuesta y cerró la puerta después de que Doyoung saliera.

—Solo estoy estresado, disculpa.

Eso sonaba más como el Changbin usual.

—Solo espero que puedas manejar tus problemas. No estamos en un momento durante el cual puedas darte el lujo de andar haciendo morritos.

Doyoung era una de las pocas personas que podía hablar así con Changbin. Si Yangyang era como un hermano molesto, entonces Doyoung era como su madre, ambos lo conocían demasiado bien para su gusto.

—Lo sé.

—Conduce seguro entonces.— se despidió el omega para terminar con su trabajo.

Changbin bajó hasta el aparcamiento y se montó en su auto. Hacía bastante tiempo que no conducía porque usualmente Jeno o Jaemin lo hacían por él. No era porque lo prefiriera así, pero sabía que usualmente debía dar determinada imagen la cual no iba a conseguir si él mismo conducía sus autos.

Sacó su móvil antes de arrancar para revisar si tenía alguna notificación importante. Se había estado sintiendo demasiado inestable y ansioso, cuando estaba así, la mejor manera de resolverlo era hundiéndose en el trabajo, solo de esa forma podía distraerse lo suficiente como para ignorar sus preocupaciones.

Un mensaje de Jeno llamó su atención .

Lee.
Misión cumplida. Está en tu casa.
3:23 pm

Apretó el móvil entre sus manos a la vez que dejaba caer la cabeza sobre el respaldo del asiento.

Realmente había sucedido.

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