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Felix no quiso imaginarse por donde venía el asunto.

-¿El jefe? ¿Qué jefe? ¿De qué mierda estás hablando?- le devolvió la bolsa al hombre con un gesto enfadado.

-Cálmate, pequeño...- le sonrió suavemente.- Yo solo estoy siguiendo órdenes.- dio la vuelta alrededor del mostrador y se puso frente a ellos, tomando el teléfono que aún permanecía en manos de Felix.- Simplemente me dijeron que, si te veía venir a comprar algo, te lo diera gratis. No es nada malo.

-¿Quién es tu jefe?

-Solo acéptalo.- tomó una de las manos de Felix e intentó poner la bolsa entre sus dedos.

-¡No! ¡Respóndeme!

-¿En serio no sabes?- su sonrisa se amplió.- Deberías saberlo. El jefe no tomaría una consideración así con cualquiera.

-No, no lo sé... y como no me vas a decir supongo que no tenemos nada más que hacer aquí.- se dio la vuelta.- Hyunjin...

-¡Espera!- el dependiente los detuvo sujetándolos a ambos por los hombros.- Mira...- le dio la bolsa a Hyunjin y luego sujetó los hombros de Felix con ambas manos.- No tienes que ponerte así. Date cuenta de que me estás poniendo en una situación incómoda. Cuando el jefe se entere de que no quisiste aceptar se va a enojar conmigo.

-Entonces cóbrame...- Felix le puso el dinero en el pecho.- Yo necesito los supresores pero no pienso aceptarlos gratis si no sé cuál es el asunto.

-Si tú no lo sabes pues entonces yo menos.

-¿Quién es tu jefe, solo dime eso?

-O sea que de verdad no lo conoces al jefe...

-Si lo supiera no estaría preguntándote por segunda vez.

-Todo el mundo sabe quién es Seo Changbin...

Ese nombre... a Felix le sonó y no precisamente de forma agradable.

-Lo sabía.- Felix agarró de nuevo los billetes y se dio la vuelta, tirando de Hyunjin.- dile a tu jefe que no quiero tener nada que ver con él.

Salió de allí con paso apresurado. El enojo se notaba a varias cuadras. Hyunjin lo seguía casi corriendo, las piernas de Felix eran muy largas para su gusto por lo que mantener su paso se estaba volviendo cada vez más difícil.

Cuando salieron de nuevo a la calle Felix no disminuyó el ritmo. Los billetes iban apretados en su mano como si fueran los culpables de todo el asunto.

-Lix...- Hyunjin lo llamó pero el zorro no se detuvo.- ¡Lix!- sujetó su abrigo, obligándolo a detenerse finalmente.- ¿Qué sucede?

-¡Es ese imbécil! ¡Seo Changbin! ¡El del club anoche! ¡El del mensaje!

-¿El que dijo que quería domesticarte?

-Sí, ese mismo.- Felix se sacudió el cabello, tratando de relajarse.- No puedo creer que ese tipo sea el que controle el tráfico de supresores... simplemente es una broma demasiado mala.

-Pero entonces...

-¿Ahora de donde rayos voy a sacar los supresores de Jeongin? ¡Ni loco voy a aceptar algo de un tipo así! ¡Mierda! Y ni siquiera puedo intentar en la farmacia... maldita sea.

-Ya, cálmate...- Hyunjin lo sujetó por los brazos.- No debes alterarte tanto...

-¿Hyung?- Felix se fijó en las manos de Hyunjin.- ¿Qué es eso?- señaló la bolsa con su vista.

Hyunjin también reparó en la presencia de la inocente bolsa entre sus dedos.

-¿En qué momento...?- él mismo no la había notado.

*.✧ No se admiten mascotas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora