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Las semanas iban transcurriendo con normalidad, ya conocía a muchos doctores, y también muchas enfermeras, cuales unas más que otras me daban sus números al saber que soy hija del magnate, en fin, nada nuevo. Mónica regresó y se quedaba a mi lado todas las noches que pudiese, igual que Rubí, Santiago y mi padre, Blanca normalmente se quedaba en el día.

Estos días que han pasado me he ayudado con la laptop para no perder algunas clases, tareas o trabajos, incluso exámenes, cosa que agradezco demasiado. Mis costillas van mejorando rápidamente, según los doctores es algo increíble, y en cuanto a mi pierna me toca hacer terapias pero nada del otro mundo, y me prohibieron manejar por un buen rato, cosa que odio porque no me gusta depender de nadie, aunque claro olvidaba que Franco Fuentes es mi padre, así que contrató un chófer exclusivo para mí, y Blanca recordó que estaba castigada, así que el chófer me serviría para ir a la universidad y a la casa, nada más, del resto estaría con Blanca y su chófer, eso no me agrada para nada, pero vamos a ver, un castigo pasa rápido.

Rub: mira a quien traje - se asomaba mi mejor amiga -
Ro: ¿quién? - entró una chica y me paralice - ¡Oh Dios! Olivia - murmuré y Rubí sonreía como el gato de Alicia en el país de las maravillas - ¡Hola! - susurré consternada y ella sonreía -
Olv: ¿sólo me dirás hola? - me quedé muda y me abrazó, que bueno que las costillas ya no dolían igual - me enteré de tu accidente y cuando pude me vine a verte.

Olivia Keys, mi vecina y ex novia, las circunstancias de porqué terminamos realmente todavía no las sé, una mañana la vi partir y más nunca supe de ella... Hasta hoy y no entendía que estaba haciendo aquí, aún escuchando sus palabras, mi corazón latía rápidamente y agradecí mentalmente no tener el aparato ese fastidioso conectado, o sabrían que esta a punto de darme un ataque cardíaco.

Ro: me alegra verte Olivia - Rubí me enfermaba su sonrisa y su crucé de brazos -
Rub: bueno las dejo para que hablen - asentimos y desapareció -
Olv: cuando supe lo que te paso casi me muero, agradezco tanto que estés bien - asentí -
Ro: sí, yo también lo agradezco, realmente creí que me iba a morir
Olv: siempre te dije que te salieras de eso y no me hiciste caso - me reclamaba mientras acariciaba mi mejilla y temblé - y aparte de carreras ilegales ¿Qué has hecho?
Ro: - suspiré - estudiar, estoy en 4 año de derecho - me miró asombrada y feliz -
Olv: siempre supe que odiabas las injusticias - sonreí de lado - me alegra mucho Rocío
Ro: gracias Oliv - nos quedamos en silencio por unos minutos y sentí muchos nervios cuando su rostro se acercaba al mío -

Cuando sentí sus labios otra vez, sentí una tranquilidad incontrolable, no es que Olivia no me gustará antes claro que sí, por favor, ¿cómo no? si Olivia es una pelinegra ojos marrones, alta, que hace babear a quien quiera y para una prueba yo, que fui quien la besó la primera vez cuando Blanca nos descubrió, pero han pasado algunos años, ya no somos las mismas, ya no soy la misma y ahora llega ella con su sonrisa perfecta, ojos marrones, cabello negro, piernas largas, ropa casual a hacerme desvariar, por favor no es necesario que llegará, ahora estamos en una competencia entre nuestras lenguas en la cual ninguna quiere perder, el beso se puso muy intenso y la puerta nos hizo separar, agradecí tanto a mi madre por primera vez, nuestras respiraciones eran agitadas y mi madre como la primera vez se quedó en piedra, rodé los ojos, para luego chasquear los dedos y fue cuando reaccionó.

Bla: Hija venía a verte pero - se quedó muda y volteó a ver a Olivia - Hola Olivia - se acercó y le dio un beso en la mejilla - tantos años sin verte.
Olv: Hola Blanca, sí, muchos, pero me enteré de lo sucedido con Rocío y decidí venir ya que la universidad me dio dos semanas de vacaciones - mi madre asentía atentamente -
Bla: y ¿ustedes vol... - la interrumpí -
Ro: no madre, nada de eso - Blanca asentía incómoda -
Olv: bueno me voy - volteó a verme - vengo ahora pequeña Rocío, fue agradable volver a verte y me alegro que estés mejor, adiós - me dio un beso en la frente - hasta luego Blanca - le dio un beso en la mejilla, agarró su cartera y salió del cuarto -

El cuarto se quedó en un silencio tan incómodo que recordé cuando a los 15 años mi madre me descubrió besando a Olivia, jamás pensé volver a pasar por esta situación menos a mis 23 años, cuando ni con Cinthya me pasó, recordando que Cinthya casi que vivía en mi casa, que pena tan grande con mi madre, unos minutos largos de silencio volteó a verme y me saludó para luego hablarme de que pronto me darían de alta y que mi castigo comenzaría, me da tanto miedo que no sé si realmente quiero el alta o vivir aquí una eternidad, luego de un rato llegó mi padre y se quedaron conmigo hasta que Mónica llegó para quedarse conmigo en la noche.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora