27.

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P.O.V JULIETH

Samuel O’valley, el imbécil que me arruinó las ganas de seguir adelante y ahora lo volvía a ver, peor, mi miedo es que con todo el dinero que tiene busque la manera de esta vez si encontrarme, sabe que soy monja, por favor es obvio, que si quiere me busca, me encuentra y me vuelve a arruinar la vida, hice la señal de la cruz y me levanté para ir camino al cafetín, necesito el primer café del día o ni yo me voy a soportar. Estaba tomándome un café negro cuando llegó Sonya sonriente con un arreglo de lirios y yo sonreí pero no entendía, me lo dejó en la mesa avisando que mi padre me lo trajo, la miré raro pero asentí.

Son: ¿Tiene alguna tarjetica? – negué –
Jul: No, no encuentro nada – respondo curiosa –
Son: Están preciosas – asentí mientras miraba las lirios –

Las llevé a mi cuarto y las dejé en mi escritorio, volví a salir de mi habitación pero esta vez para ver a la madre superiora, quien le conté todo lo que sucedió y me vio preocupada, más no me dijo nada, sólo me abrazó fuertemente, cuando llegó Jordana avisando que me querían ver, miré a Victoria y nos levantamos para ir a la entrada del orfanato a saber quien era y me quedé paralizada al ver quién era, Victoria puso su mano en mi hombro y yo, bueno a mí estaba a punto de darme un infarto, o un ataque de ansiedad.

Jul: ¿Qué hace usted aquí? – pregunté lo más fría posible –
Sam: Vengo para que hablemos, es justo después de que desapareciste como si nada – me miró triste y con pizca de molestia –
Jul: No seas cínico, tú y yo no tenemos nada que hablar Samuel – me crucé de brazos y Victoria no decía nada aún –
Sam: Por favor Jul, déjame explicarte todo – se intentó acercar y yo me alejé –
Jul: Déjame en paz Samuel, no quiero saber nada de ti, he sido feliz estos 15 años sin verte y quiero seguir así – tenía mucha rabia –
Sam: Por favor Jul, déjame contarte todo lo que pasó esa noche
X: Ya la escuchaste, déjala en paz – todos vimos hacía esa hermosa voz y sonreí de inmediato –
Sam: Tu cállate y vete con tu noviecita que es mi sobrina – ella sonríe y se acerca desafiante –
Ro: Uno. Tu sobrinita y yo terminamos, dos. Aléjate de Julieth y tres. Vete de aquí – su mandíbula se tenso –
Sam: ¿Y si no qué? – ella sonreía desafiante –
Ro: ¿Le contamos a tu esposa que eres un burdo lavador de dinero gracias a su empresa? – Samuel se puso pálido y Rocío sonrió triunfante – lo sé todo y mucho más, por cierto gracias a tu querida sobrina – le guiño un ojo – ahora lárgate de aquí Samuel O’valley que no tienes nada que buscar en un orfanato
Sam: - se acercó desafiante hacía ella – me la vas a pagar muchachita estúpida y ella siempre será mía, recuérdalo bien Fuentes – se miraron por segundos y Samuel se fue después de esa conversación –
Vic: Dios Rocío gracias por lo que acabas de hacer, yo estaba que lo corría – se rieron y luego se saludaron – bueno las dejo señoritas – me guiño un ojo y se fue –
Ro: Buenos días señorita Ponce – me reí y ella sonrió mostrando su perfecta dentadura –
Jul: Estabas muy tensa ahorita – asintió y metió sus manos en los bolsillos traseros de sus jeans –
Ro: Un poquito – nos reímos – quiero invitarte a salir
Jul: ¿Una cita? – se mordió el labio inferior y me reí –
Ro: Una cita, sí – responde segura –
Jul: ¿Es verdad que terminaste con tu novia? – asintió –
Ro: Hace dos noches, alguien me hizo ver que era lo mejor que podía hacer – la miré sin poder creerlo – ¿entonces?
Jul: Debo pedirle permiso a la madre superiora y aparte no sé si pueda quitarme el hábito – ella sonrió y caminó hacia dentro del edificio después de decirme “ya vengo"

Volteé a verla sin entender y desapareció al subir las escaleras, sonreí idiotizada y caminé hacia ella, que no sé para donde había ido, unos minutos más tarde la vi entrar a la oficina de la madre superiora y temí por un regaño. Un rato después, que para mí parecía una eternidad ambas salieron sonrientes y a mí se me bajó la tensión, creo que literalmente.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora