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P.O.V. JULIETH

Cuando llegué a casa de mis padres me recibió Ana Lucía con un abrazo fuerte, llegué hasta la sala mientras Miguel Ángelo metía mis cosas a la casa, les expliqué que había dejado el hábito y sonrieron ante mi decisión, mi madre se alegró de poder tenerme otra vez en su casa y sonreí de lado, mi padre aún no llegaba ya que se encuentra en casa de los Fuentes Davis, y era hora de explicar las razones de mi regreso, suspiré pesadamente, miré a mi madre, a mis hermanos y bajé la mirada.

Jul: Me enamoré – todo se quedó en un sepulcro silencio –
Mig: ¿Por eso volviste? – asentí –
Anto: ¿Quién es el afortunado? – sonreí nostálgica y una lágrima rodó por mi mejilla, suspiré, alcé la mirada –
Al: Al menos no es Samuel ¿verdad? – hice un gesto de desagrado y Ana Lucía asintió tranquila –
Jul: Es – me quedé mirando a la nada – es la castaña más hermosa, con los ojos azules más preciosos, y la piel más suave que he tocado, jamás me había pasado algo así con ninguna mujer – miré a mi madre quien estaba petrificada – me enamoré de una mujer, pero no es cualquier mujer, es...
Mig: Rocío Fuentes – me interrumpió mi hermano y lo miré sorprendida – mi padre me contó hace tres noches, por lo de su secuestro y estaba preocupado por ti que están enamoradas – asentí lentamente –
Al: Espera ¿Rocío, mi colega? – asentí – ella esta trabajando en contra de tu ex ¿no? – volví a asentir y esta vez bajé los hombros – lo siento mucho por su secuestro hermana – esta vez Ana Lucía me abrazó y lloré, lo necesitaba –
Anto: ¿Ustedes me están jodiendo? – preguntó mi madre molesta más ni me inmute – ¿Cómo que ahora te gustan las mujeres Julieth Elizabeth? – la miré seriamente y ella está agitada - Primero te vas a ser monja y ahora regresas porque te enamoraste de una mujer ¿Qué te sucede? – me gritaba y me levante del sofá –
Jul: A mi edad no me importa si te gusta o no lo que yo siento, aprendí a vivir sin ustedes, puedo hacerlo otra vez, aunque me alegraría tener tu bendición como mi madre, pero definitivamente no todo es como lo queremos y tengo otra decisión, Ana Lucía, Miguel Ángelo voy a regresar con Samuel, ambos se quedaron en shock, no es que sienta algo por él, porque lo que siento es asco, pero él tiene a Rocío secuestrada y su condición es que yo regresé a su lado, mañana lo llamo para darle mi decisión, necesito que vayan con mi padre mañana a la mansión y cuando Rocío esté en casa me llamen, esto es realmente importante para mí – dije con la voz quebrada y Miguel Ángelo se acercó para abrazarme –
Mig: No apoyo tu decisión pero eres mi hermana, siempre estaré para ti – sonreímos al alejarnos y me dio un beso en la frente -
Al: Sé que amas a Rocío para hacer tal sacrificio, pero recuerda que el amor se lucha no se abandona hermana – me abrazó fuertemente –
Jul: No la abandono hermana, sólo quiero que esté bien, porque sin ella no soy yo – lloré en su hombro y me abrazó más fuerte al igual que Miguel Ángelo – subiré quiero intentar descansar, los quiero – miré a mamá quien no decía ni una palabra – te amo mamá – me volteé y subí las escaleras para ir a mi cuarto –

Subí a mi cuarto y me encerré, lloré una vez más, a veces pensaba que no podía botar más lágrimas pero recordaba cada momento al lado de Rocío y sí, si puedo, porque empezaba a llorar como niña chiquita. A las dos horas mi padre abrió la puerta y me dejo un beso en la frente para decirme que está muy triste por mi decisión, pero que me entiende porque él también haría todo por salvar a su amor, que viene siendo mi madre, le sonreí para luego fruncir los labios, me dejó un beso en la frente y me deseó buenas noches, me acosté ya con la pijama puesta y miraba el techo, pensaba en todo y en nada hasta quedarme dormida, mañana sería un largo día.



En la mañana siguiente me levanté muy temprano, ayudé a Miguel Ángelo y a papá a hacer café y el desayuno, luego mi padre se fue a arreglar, se levantaron Ana Lucía y mi madre, esta última ni la mirada me dio, suspiré pesadamente, los chicos se arreglaron para irse con mi padre y después que desayunamos todos en familia, como en los viejos tiempos, mi padre se fue con mis hermanos, les di un beso en la mejilla a cada uno y les pedí que me avisarán al ver a Rocío, era hora de hacer mi parte, miré a mi madre quien estaba en otro lado menos aquí y me fui a buscar mi celular para llamarlo.

Llamada entrante

Sam: Pero miren quien me llama – dice burlón –
Jul: No estoy para tus burlas patéticas – suspiré pesadamente – acepto Samuel O’valley
Sam: ¿Ser mi mujer?
Jul: Tuya jamás podré ser pero al menos siéntete alegre que tendrás mi cuerpo, aunque con dos condiciones – bufó – ¿si o no?
Sam: Okey ¿cuáles? – respondió molesto –
Jul: Suelta a Rocío y que la dejen en su casa ahora mismo y que firmes los papeles que Natasha te pide, esos incluyen regreso de sus empresas y su vida – se quedó en silencio y luego suspiró –
Sam: Ya hago las llamadas necesarias para que la niña Fuentes la dejen en su casa ¿tanto la amas Julieth?
Jul: No querrás saber mi respuesta Samuel – suspiró pesadamente –
Sam: Ya firmo los papeles que pides y te mando a buscar con mi chófer – cerré los ojos fuertemente –
Jul: Okey, me parece bien
Sam: Olvídate de la castaña si quieres que siga con vida, amorcito – lo odio con todas mis fuerzas –
Jul: Como quieras Samuel, haz lo que te dije y listo.
Sam: Okey – dijo y colgamos –

Fin de llamada

Cerré los ojos fuertemente y saqué todo el aire que no sabía que tenía retenido, la voz de mi madre me saco del trance, empecé a llorar y me abrazó fuertemente, estoy tan enamorada que daría mi vida por ella, por mi bonita perdición, por mis ojos azules, mi madre me consolaba y yo no podía más, cada vez me quebraba más y más, Samuel sabía que amo a Rocío y por eso hizo esta jugada, me lo confesó la última vez que nos vimos.

Flashback

Jul: ¿Qué quieres Samuel? – me miró intensamente –
Sam: ¿Qué son Rocío y tú? – lo miré petrificada –
Jul: No sé de que hablas – sonreía malicioso –
Sam: No te hagas la idiota, que delante de mí no te queda, ¿quieres a Rocío Fuentes? – lo miré unos segundos y suspiré - Una monja con la mujeriega esa – rodó los ojos –
Jul: ¿Lo dices tú? Quién me engaño con su actual esposa, no seas descarado Samuel – se ríe –
Sam: Sabía que sentías algo por esa niñata, pero no sabía hasta donde llegaba ese amorcito – me miró frío – yo la secuestre no por la imbécil de Natasha que me demandó, sino porque sé que tienen algo y ¿sabes algo? – agarró mi mano con fuerza – de ti depende que siga viva, mi vida – lo miré con asco y me lanzó un beso – le dije que me la pagaría y tú me la vas a pagar, porque tú Julieth Ponce eres solo mía – me miró con rabia y me dio miedo –
Jul: Suéltame y cree lo que te dé la gana imbécil – se reía y tomó de la copa de agua –

Final flashback

Tocaron el timbre y mi madre salió a abrir la puerta, me pegó un grito avisando que llegaron por mí, respiré hondo y conté hasta cien mentalmente, era el chófer de Samuel O’valley, me sonrió y me avisó que vino por mí, fui por mi bolso y por mi celular, le di un beso en la mejilla a mi madre y salí con aquel señor pelinegro, subimos al coche y empezó a manejar cuando me llamó mi hermana.

Llamada entrante

Al: Acaba de llegar Rocío, está sana y salva aunque en shock y con algunos golpes – mataré a Samuel –
Jul: Por favor no te vayas de allí, gracias por avisarme hermanita – le daba las gracias cuando una voz me dejo petrificada –
Ro: Julieth – susurró – te amo y quiero que estés aquí, ven por favor – agarré el celular y lo puse en la frente mientras con la otra mano me tape la boca para ahogar mi sollozo –
Jul: No puedo Rocío, lo siento, pero estoy feliz que estés en casa con tu familia y tus amigos – dije como pude y colgué –

Fin de llamada

Podía respirar tranquila mi amor ya estaba en casa con los suyos, y ahora tenía que mentalizarme que debía regresar con Samuel, Dios sólo tu sabes cuanto sufro por no estar con Rocío, pero también sabes que lo hago por ella, porque esté bien y con los suyos. El chófer me avisó que llegamos y Samuel me recibe con una sonrisa, más los papeles del divorcio y el regreso de las empresas de Natasha a sus manos, los leí completo mientras él se sentaba con un vaso de whisky en sus manos, lo miré fijamente y no entendía como me enamoré de este imbécil, pensaba en los ojos azules de Rocío y sólo así sentía que podía seguir en esto.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora