40.

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Todo lo que Julieth y Jordana habían hablado simplemente me partió el alma, ella se arriesgo por mí y yo no lo pude ver, por mi feroz odio a Samuel no lo vi, no lo noté, quizás sea infeliz y yo estoy con alguien más sonriendo pensando que ella se había burlado de mí, me separé de ella y agarró mis mejillas.

Jul: Rocío júrame que vas a estar bien, por favor – miraba sus ojos cafés, ya no brillaban y estaban muy tristes –
Ro: No puedo jurarte eso cuando sé ahora parte de lo que realmente pasó, Julieth por Dios no te das cuenta que sin ti yo no vivo ¡Maldición! Tú eres mi salvación Julieth
Jul: Y tú mi perdición – susurró cerca de mis labios mezclando nuestras respiraciones – Te amo mi pequeña castaña – pegó nuestras frentes y nuestras narices se rozaban mientras cerraba sus ojos –
Ro: Te amo mi monja favorita – sonreí y pasé mi mano detrás de su espalda para pegarla a mí y terminar ese pequeño espacio –

La volví a besar, después de un año sin ella, año donde las veces que la vi fue pegada a ese imbécil, año sin sentirme completa, que encajo con alguien, el peor año de mi vida, admito que ni todo el alcohol, droga o peleas del mundo podrán hacerme sentir mejor que tener a Julieth en mis brazos, ¡Maldición! Estoy jodidamente enamorada de Julieth y ahora no sé como llevar toda esta situación, nos separamos y sus ojos estaban cerrados, cada vez más fuertes como si no creyese que esto fuese real, yo tampoco creía que fuese real, estoy a su lado y me siento tan completa, sincronizadas, encajadas a la perfección.

Jul: Debo irme – susurró y por fin pude ver otra vez sus ojos cafés brillar, cómo la última noche que la tuve entre mis brazos –
Ro: No te vayas con él, por favor – le rogué y suspiró derrotada –
Jul: Necesito mantenerte a salvo Rocío, lo siento – cerré los ojos fuertemente y dejé de sentir sus manos, para luego abrir los ojos y ver su silueta desaparecer y suspiré pesadamente –
Jor: Lo siento tanto Rocío, pero ella sólo está cuidándote – asentí –
Ro: ¿ Y quién la cuida a ella? – me miró triste –
Jor: Dios, nuestro señor – bajé la mirada –
Ro: Dios – susurré y sentí su mano en mi hombro –

Minutos más tarde estaba sola en aquel parquecito, donde fui tan feliz con los niños, donde una vez la vi pasar con su linda sonrisa, me sentí tan sola en ese frío lugar, caminé lentamente para regresar a la fiesta de gala donde me recibió Sasha con una sonrisa y Rubí mirando hacia Julieth, yo fui a la barra por un trago, cuando regresé Sandra se despidió de nosotros, le dije que más tarde iría a verlas y asintió.

La noche pasó tranquila después de todo, pero algo no estaba bien, Julieth estaba temerosa de Samuel, mi madre los miraba con tristeza y Rubí cruzaba miradas con Julieth pero esta última bajaba la mirada luego, ¿podían todos saberlos y escondérmelo por un año? No puedo creerlo, todos saben lo mal que la he vívido durante este tiempo sin ella, si no fuera por Sasha ya un paso más y fuera una alcohólica anónima, suspiré pesadamente y se acercó Sasha.

Sas: Debo irme cariño – me susurró al oído y volteé a verla –
Ro: ¿Te llevo? – negó –
Sas: Lleva a Rubí y vete a casa de Sandra, me avisas cuando llegues – asentí y me dio un casto beso –

Vi irse a Sasha quien se suponía esta noche iba a pedirle noviazgo, ya no sé que pensar, ni que sentir, que Julieth haya hecho todo esto por mí, me hace sentir tan mal, es como que duré todos este tiempo engañada, pude haber hecho más por ella, por tenerla, por escaparnos, suspiré y agarré otra copa de champán.

Rub: Mejor vámonos Rocío – me agarró mi pelirroja por el brazo –
Ro: ¿Lo sabías Rubí? – arrastraba las palabras, sin embargo, podía entenderme y me miró sorprendida – lo que hizo Julieth pelirroja – se quedó mirando a la nada –
Rub: No sé de que hablas – murmuró –
Ro: - empiezo a perder la paciencia, pero respiro profundo – que se fue con Samuel para salvarme Rubí – rubí se quedó conmocionada –
Rub: ¿Qué hizo qué? – pude sentir la verdadera conmoción de mi mejor amiga – con razón – susurró y volteé a verla – ella fue con nosotros al bosque esa noche y de repente al día siguiente ya estaba con él ¿Por qué no lo pensé?
Ro: ¡Vámonos Rubí! Sé quién me dirá todo – volteó a verme pero me siguió –

Me despedí de las monjas, de mis padres, caminé con Rubí y Tom quién no dejaba de mirarme preocupado y con mi grado de alcohol en la cabeza no sabía porque lo hacia, llegamos al coche y el señor Juancho nos llevó a todos, Tom se fue de copiloto y Rubí detrás conmigo, Tom le dijo que vimos a su hija y él suspiró ¿no sé llevan bien ahora? Nota mental: mañana preguntarle a mi chófer que ha pasado con Julieth, cuando dejamos a Rubí y Tom, le pedí que me llevará al departamento de Sandra, donde llegué veinte minutos más tarde y me despedí de mi chófer, como pude entré al edificio lujoso, como pude llegué a su departamento, toqué tres veces y Sandra en bata de seda me recibió para luego dejarme entrar y sentarme en el sofá en forma de L, salió mi hermana y las tres estábamos en los sofás, mientras reinaba el silencio.

Ro: - respiré hondo y cerré fuertemente los ojos – ¿Sabían lo de Julieth? – abrí los ojos y ambas se miraron, allí lo entendí –
Mon: Lo siento hermanita – bajó la mirada –
Ro: ¿LO SIENTO? – grité exasperada – ¿sólo me puedes decir eso? – pasé mi mano por mi cabello –
San: Cálmate Rocío – la fulminé con la mirada –
Ro: imbéciles – le grité a ambas y me acosté – ¿me lo cuentan todo? – susurré mareada de tanta información –
Mon: - me miró preocupada y suspiró – Samuel le exigió volver y te soltaba, intentamos convencerla de no hacerlo pero estaba aferrada a salvarte sí o sí – hizo una pausa – esa noche en el bosque donde mataron al primo de Samuel y Daniel, ella decidió lanzar su última carta, a primera hora de la mañana ya estabas en casa y Ana Lucía nos dijo que ella llamaría a Samuel, así pasó todo esa vez, pero no pudimos decirte la verdad, menos porque así lo exigió Julieth para mantenerte a salvo – bajó la mirada – lo siento hermana – mi mirada se perdió en algún punto del techo –
San: No es nuestra culpa Rocío
Ro: Es mía por no saberme cuidar, ella estaría a mi lado – susurré –
Mon: No es culpa de nadie hermana – se acercó a mí y me abrazó –

Lloré, lloré como hace meses no lo quería hacer, a pesar que después de tantas borrachera llegaba a mi casa a llorar esta vez es diferente, una parte de mí se siente culpable porque ella no tiene que sacrificarse por mí, una parte de mí está feliz, ella me ama, ella nunca dejó de quererme, pero esta con ese imbécil, como pudo Sandra me cargó y me llevó al cuarto y allí me quedé dormida.



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Primero que nada, Gracias por leerla, no vale no es el final todavía 😂

Segundo, ya casi viene el final, pero no es este🤣

Tercero, ahora subiré un capítulo por día, hasta el penúltimo y ese día subo el epílogo de una vez 🤭

Y pues de cuarto, gracias les quiero❤🤩

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora