32.

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Ro: Te amo Julieth – la abrazo más fuerte y siento nuestros pies enredarse –
Jul: Tengo miedo que te pase algo malo Rocío, si ese infeliz te hace algo te juro que lo mato – sonrío al escucharla y le doy un beso en la frente –
Ro: No me va a pasar nada princesa – alcé su mirada con mi mano en su mentón – te prometo que me cuidaré como te cuido a ti y sobre todo que al acabar todo esto quiero que por fin puedas hacer todo por quitarte el hábito, no puedo vivir sin ti Julieth Ponce – sonreímos y la beso –

Hay varias cosas que empiezo a amar en este mundo, mi familia ya la amaba a pesar de todo, mi mejor amiga Rubí y mi cuñada Sandra ya las amaba, mi nana Dolores también ya la amaba, pero al conocer a Julieth Ponce empiezo a amar mi vida, su risa, su sonrisa, sus hoyuelos, sus ojos cafés, su cuerpo, nuestros cuerpos cuando hacemos el amor como hace un rato, nuestras miradas que dicen más que mil palabras, sus besos, todo lo que conlleva estar con Julieth, incluso casarme con ella, incluso tener hijos, incluso creer en el mismísimo Dios.

Jul: ¿Qué piensas? – bajo la mirada a mi pecho y se conectan nuestras miradas –
Ro: En que te amo y quiero casarme contigo, tener hijos – su sonrisa se ensancha y sus ojos brillan, se subió en horcajadas a mí y me empezó a besar mientras me reía – ¿aceptas?
Jul: Claro que acepto, espera – se separó de mí y me miraba intensamente – pero tú no quieres hijos – sonreí mostrando mi dentadura –
Ro: No los quiero, al menos que sean Ponce como tú y una de los bebés se llame Julieth Elizabeth como su madre – me miró sorprendida y se lanzó a besarme –
Jul: Te amo mi amor – me reí y la abracé fuerte –
Ro: Te amo mi vida – le dejo un beso en la sien –

Pocas veces he querido algo tanto en mi vida, la abogacía es una de las cosas que siempre he soñado y a Julieth ahora con hijos, matrimonio, carro, casa, perro y una vida entera a su lado, nunca creí tanto en el amor como lo hago ahora, mientras la abrazo tan fuerte como para aguantar el tiempo que no la veré por culpa de este caso, no he querido decirle la realidad de lo difícil que es todo esto, porque no quiero preocuparla, pero he vívido unos cuantos atentados y sé que todos son mandados por Samuel O’valley. Julieth se queda dormida en mi pecho y sonrío porque es la primera vez que se queda dormida entre mis brazos.

Ro: Te amo tanto mis ojos bonitos, que quiero cuidarte hasta con mi propia vida – le doy un beso en la frente y medio se mueve, pero su respiración pausada me avisa que sigue dormida –

Me quedé dormida y por primera vez en un mes me siento tranquila, siento que estoy completa, puedo dormir más de una hora ya que entre el caso de Natasha por el juicio y las amenazas de O'valley lo menos que puedo hacer en mi vida es dormir, pero tenerla en mis brazos simplemente me hace sentir tranquila y poder dormir bien.



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Jul: Rocío – susurra – levántate que es tarde. Rocío – grita y me siento de golpe –
Ro: ¿Qué sucede?
Jul: - se ríe y me besa – anda a bañarte que se te hace tarde, como uso el hábito no tengo problema en prestarte ropa, voy a tomarme un café agarra lo que desees – asiento y me vuelvo a acostar –
Ro: ¿Qué hora es?
Jul: 8:30 de la mañana – me levanto de golpe y corro a la ducha mientras Julieth se ríe y sale de aquella habitación –

Unos treinta minutos más tarde salgo del cuarto de Julieth con la misma ropa que llegué la noche anterior y me arreglo el cabello, dormí tan tranquila que me desperté tarde, sonreía como adolescente de 15 años enamorada, sí, así me siento cuando de Julieth Ponce se trata y me hace feliz ser así por ella.

Salí de la recámara y caminé por el largo pasillo donde muchos niños corriendo pasaban y me saludaban, bajé al cuarto piso y me encontré a Victoria con la madre Catherine en un secreteo sospechoso, sin embargo, a lo que me vieron disimularon, en el tercer piso la vi entre risas con Sonya, Jordana, Daniela y Kenya sonreí idiotizada al verla y su mirada recayó en mí, me guiño un ojo y siguió hablando y riendo con las madres, bajé al segundo piso donde Louis e Isabella me saludaron con abrazos y besos mientras yo me reía, ya en el primero esta completamente lleno de niños y sonrío al verlos felices, y en planta baja salí para subirme al carro y que el señor Juancho me llevara al bufete.

Ya en el bufete tenía una reunión con el abogado de O'valley quien me notificaba que Samuel de repente ya quería el divorcio, pregunte razón y me explicó que el amor de su vida había aparecido por consiguiente no quería tener ninguna relación con la señora Matthews, me quedé petrificada porque ese amor es Julieth mi Julieth, acepté el trato, sin embargo, le pedí que me diera tiempo para hablar con mi cliente, lo cuál aceptó.

No podía dejar de pensar en la carta que me envió Samuel, él sabe algo que yo no sé y el que haya aparecido Julieth en la vida de ese infeliz me va a traer muchos problemas, pero los correré solo porque él no se salga con la suya.

Ro: No O'valley esta vez no será como tú quieras
Rub: ¿Qué no será como O'valley quiere? – suspiré pesadamente –
Ro: Samuel quiere volver con Julieth, sé que lo hace al propósito – se cruzó de brazos Rubí –
Rub: No puedes permitírselo, que se joda ese infeliz – sonreí y asentí –
Ro: Veré como hago y ¿tú? ¿Qué sucede?
Rub ¿No puedo visitar a mi mejor amiga? – entrecerré los ojos – Tom y yo terminamos – la miro boquiabierta –
Ro: ¿Por qué? – susurré –
Rub: Lo engañé y no era justo no decírselo – me quedé pasmada jamás pensé que pasará esto –
Ro: ¿Con quién? – bajó la mirada y me dio miedo –
Rub: con – suspiró pesadamente – Santiago Ortiz – quedé boquiabierta –
Ro: ¡Oh mierda! – comenté por lo bajito –

Me levanté de mi silla y caminé hasta mi pelirroja quien abracé con fuerzas mientras ella lloraba en mi pecho, pocas veces la vi derrumbada y sé que ama a Tom tanto que prefirió perderlo que engañarlo, esta mujer es valiente y es por esas cosas que la amo tanto. Después que se calmó, me explicó todo y como Tom quería matar a Ortiz solo que Scott se interpuso para separar a Tom de un tembloroso Ortiz y pensé que era justo hablar con Scott para agradecerle, en cuanto a mi pelirroja le aconsejé que se diera un tiempo y que el mismo tiempo le diga que hacer. Luego de hablar por un rato largo, fuimos a almorzar y le conté todo sobre el caso, vi su miedo tanto en sus ojos preciosos como en su expresión corporal, me pidió que tuviera mucho cuidado y yo le pedí que se mantuviera alejada de mí al menos hasta que todo esto pasará, hablamos de como me enamoré de Julieth y se reía mientras me decía “te lo dije, te ibas a enamorar de quién menos creías y quién ni siquiera es de nuestro círculo social"  me reí porque sí, siempre me lo dijo pero la tilde de loca.

Luego de almorzar la dejamos en su casa y le pedí al señor Juancho que me dejará en la oficina, estamos a una semana de comenzar el juicio y necesito prepararme demasiado, pero de camino al bufete unas camionetas blancas nos interceptaron, se bajaron alrededor de 10 hombres con armas largas y el señor Juancho intento cuidarme, pero era su vida o la mía y me moriría si le hacen algo al papá de la mujer de mi vida, me bajé mientras me apuntaban, subí mis manos, tengo muchísimo miedo, le pido al señor Juancho que avisé y me subieron a una de las camionetas, mientras tanto yo empezaba a llorar del miedo, no me quería morir, no podía irme ahora que la conocí, que sé que nos amamos, no podía dejar sola a mi pelirroja, ni a mi cuñada y mi hermana, menos a mi madre en manos de mi padre que nadie sabe pero yo si sé que es un peligro, estaba en una camioneta con unos hombres apuntándome y sólo quería que esto fuese una maldita pesadilla, de un momento a otro sentí que me dormían y mis parpados pesaban, caí en un sueño profundo.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora