Las semanas pasaron increíblemente rápido, pero mi triste castigo seguía intacto, ya me conocía todos los orfanatos, todos los conventos, ya jugaba carta con las amigas de mi madre y conocí varios chicos y chicas de aquel club que tanto detesto, incluso agarré clase de Polo y Tenis en aquel lugar. Pero aún así no volví a ver a la madre Julieth, por alguna razón mi madre no volvió a aquel orfanato, pero siempre me dice que manda juguetes o algún cheque con su predilecto chófer, algo en mí quiere volver a verla, después de aquella huida quisiera saber como se encuentra y que le sucedió, suspiro pesadamente.
Ro: Sandy deja de hacer tonterías - me fulminó con la mirada -
San: que no me digas Sandy, rocy – la miré con cara de pocos amigos y sonríe, luego estallamos en risa - si eres idiota Rocío
Ro: no más que tú, Sandra – le saqué la lengua y se reía -Sandra es como otra hermana para mí, es la mejor amiga de mi hermana, pero cuando me siento desorientada o fuera de lugar, ella aparece con alguna invitación, en la cual parecemos par de niñas idiotas, vivimos entre risas y es allí cuando siento que mi vida se reinicia, aparte que ella y Rubí son las únicas mujeres con las que jamás podría acostarme.
San: nunca entenderé porque te comportas así, cuando sabes que jamás ni en 20 vidas serás esa fachada de chica mala – suspiré - es por ¿la atención de Blanca? - negué - ¿la de Franco? – bajé la mirada - me lo imaginé
Ro: ¿sabes qué me duele? Que Mónica haya tenido toda la atención de él, pero yo apenas lo vi en mi graduación y ni siquiera me felicitó y cuando casi me muero, claro está – volteé a ver hacia el ventanal - soy como la oveja negra – Sandra se reía y no entendí -
San: ni tanto lo que pasa es que Mónica sigue los pasos de Franco, pero créeme la verdadera oveja negra no eres tú – alcé la mirada y nos reímos -Salir con Sandra siempre es un momento de gloria, aparte con este estúpido castigo paradójicamente Blanca solo me deja salir con Sandra y según sus palabras textuales “Hasta las 5 de la tarde, si llego y no estas será peor" esto es realmente estúpido, suspiro y San me saca de aquel viaje astral
San: ¿nos vamos? – niego - si llegamos tarde me matan – alzo una ceja -
Ro: ¿te preocupa Blanca? – se ríe y niega - ¿entonces?
San: tu hermanita – asentí pero no entendí mucho que digamos, volteé hacia el gran ventanal y fue cuando la vi -Era la madre Julieth, como olvidar aquellos ojos marrones y esa sonrisa con esos hoyuelos perfectos que cautivan a cualquiera, suspiro, iba con las madres Daniela, Sonya, Jordana y la superiora Victoria, estaba idiotizada cuando volteó y nuestras miradas conectaron por segundos y se le formó una hermosa sonrisa mientras sus ojos, malditos ojos que me matan.
San: no me jodas Rocío Aimee ¿te gusta la monja? – salí de aquel trance al oír esa pregunta -
Ro: ¿Qué? No – sonreía pícara y alcé una ceja -
San: ¿No? - negué - ¿entonces? - suspiré -
Ro: ¿recuerdas el estúpido castigo de Blanca? – asintió - allí la conocí, en uno de los orfanatos donde Blanca lleva sus cheques de beneficencia y los juguetes, allí estaba ella, la madre Julieth, con su hermosa sonrisa – mi mirada se volvió a perder en aquel ventanal, en aquella calle donde ya no estaba -
San: mmm ¿entonces no te gusta? - negué -
Ro: me voy sandy – me pegó en el hombro - estúpida me dolió - me fulminó con la mirada -
San: no me digas así – me señaló con el dedo índice y me reí, me acerqué para despedirme y me beso - mmm que éxito – abrió los ojos y sonrió malévola -
Ro: ¿Qué hiciste? – me mira divertida -
San: esto – su mano rodeo mi nuca y me volvió a besar, pero esta vez su lengua pidió acceso a mi boca y estúpidamente se la di -
Ro: mierda – susurré y me mira cínicamente pero no entendí -
San: anda antes que tu novia se muera – la miré sin entender y el sonido de mi celular retumbo el espacio - ¿ella? – mi mirada se quedó fija en aquel móvil que no paraba de sonar -
Ro: ¿si? – tartamudee al contestar -
Cin: cuento 5 y ya estás fuera de ese maldito café – gritaba cada letra -
Ro: ya… ya voy saliendo Cinthya – Sandra reprimía la risa que venía en camino -
Cin: sal o entro yo a hacerle saber a esa perra que tu tienes dueña y soy yo – miré mi celular con el ceño fruncido -
Ro: ya voy Cinthya – dije más seria y colgué mientras Sandra se reía - cállate estúpida que esto es tu culpa – rodé los ojos -
San: anda niña gobernada, quien viera a la hija del magnate siendo más gobernada que Estados Unidos – se volvía a reír - pago yo por este show tranquila – negué, me levanté y le di un beso, esta vez si la besé yo para que Cinthya se le explotará una úlcera - te gusta la cosa – me reí y me levanté, le lancé un beso -Caminé lentamente arreglándome los lentes y fui hasta el carro deportivo color negro de Cinthya quien estaba roja de la rabia, suspiré pesadamente mientras me gritaba mil y una cosa que ni le presté atención, una hora después de unas cuantas disculpas, unos tantos besos, estaba en su casa. Tres horas después de una intensa clase de sexo Cinthya ya estaba tranquila y “me disculpó”, mientras dormía agarré mi ropa, me vestí y llamé a mi chofer para irme a casa, Blanca me matará por culpa de Cinthya, respiré hondo, mi chófer llegó avisándome que la señora aún no llegaba y respiré aliviada, efectivamente cuando llegué no estaba aún. Veinte minutos más tarde que salí duchada y con la pijama de mi cuarto, llegaron mis padres quiénes se me olvidaba que era su aniversario, me puse a cenar con mi nana dolores y luego me fui a la sala de estar para ver un maratón de alguna serie o película y a eso de la medianoche me fui a dormir.
ESTÁS LEYENDO
Ella, mi salvación... Yo, su perdición
RomanceRocío fuentes, una chica de 23 años, su vida aunque aparenta ser perfecta, con padres perfectos, hermana perfecta... En fin, una familia perfecta, esta muy lejos de serlo, sin embargo no tiene ningún problema con que el mundo si lo piense. Hija del...