Las terapias aunque son pocas ya me tenían al borde de la locura, pero me han ayudado extraordinariamente, el fisioterapeuta de verdad es increíble. En cuanto a quién me acompaña, bueno un día llegó Cinthya a las terapias y "volvimos" no estoy 100% conforme, pero según ella me ama y me dio ternura, así que le quitó el puesto a Rubí a las fuerzas claro está, y viene conmigo a las terapias, pero gracias a la vida esta es mi última penitencia como quien dice, hoy es mi última terapia.
Cin: amor ¿Dónde quieres ir a comer?
Ro: donde sea, esta bien - quería correr ya no usaba muletas -
Cin: bueno vamos al restaurant de mi tío - asentí -Iba revisando mi celular mientras el chófer nos llevaba al exclusivo restaurante que realmente me caía mal, al igual que su famoso tío Samuel O'Valley el famoso empresario, chef y dueño de los mejores restaurantes de la ciudad, patético.
Cin: llegamos
Juan: señorita Rocío ¿las espero?
Cin: no... - la interrumpí -
Ro: sí Juancho esta bien, quédate que en menos de una hora tengo que estar con Blanca - asintió y Cinthya me fulminó con la mirada, más no le hice caso - Vamos Cinthya - caminamos hacía el restaurante cuando me vibró el celular en la chamarra - Mónica - susurré al ver el remitente -
Mon: "Sé que estas con la fastidiosa, pero quería avisarte que hoy sales con mamá, está histérica y te necesita en casa" - suspiré -
Ro: "Voy a almorzar con Cinthya, en una hora estaré allá el chófer me está esperando para llevarme a casa" - mandé el mensaje y bloquee el celular para seguir a Cinthya y sentarnos a almorzar -Una hora después iba camino a casa, después de dejar a Cinthya en la suya, últimamente he conversado muy seguido con Juancho, así le digo al señor Juan, un señor de 70 años que ahora es mi chófer, a veces me habla de su esposa y sus hijos, también me cuenta que tiene una hija que se fue al convento y tiene alrededor de 15 años sin verla, como yo le cuento de mis problemas o mi familia, el señor Juancho es un gran ser humano que vale la pena conocer, cuando llegué a casa encontré a una Blanca histérica y Mónica a punto de salir corriendo.
Ro: no te vayas Mon, por favor, no me dejes a la bestia - le digo rogando y se ríe -
Mon: esa bestia se puso así por ti, aquieta a la fiera, suerteeee - me grita desde el lumbral de la entrada de la sala principal y temblé -
Ro: mami, ya aquí estoy, ¿Qué tal? - volteó a verme y sentí que moriría -
Bla: arréglate Rocío Aimee que tenemos que ir al orfanato señor de Dios a entregar unos donativos y unos regalos y tú - me señaló - vienes conmigo por mala conducta, te recuerdo el castigo - lloré internamente -
Ro: Blanca pero - me fulminó con la mirada y me rendí - ya me arreglo señora troncha toro
Bla: ¿CÓMO ME DIJISTE? - gritó y yo salí corriendo hacia el cuarto ganándome un quejido por mi pierna -Cuarenta y cinco minutos más tarde había marcado mi marca personal en estar arreglada, bañada, peinada, y medio maquillada en menor tiempo, como iba con Blanca a sus donativos, opté por unos jeans negros altos, una camisa de seda en botones manga larga cuello uve color beige, tacones a juegos con la camisa y un abrigo negro, me hice una coleta alta, mis respectivos accesorios para el momento, maquillaje suave y estaba lista, bajé con mi madre quién se quedó impresionada, y sonrió emocionada al verme tan perfecta, o casi porque en vez de usar lentes de contactos decidí usar mis simples lentes, y así salimos de casa, aunque Blanca se quejó por los lentes y yo me reía. El chófer de mi madre el señor David ya nos esperaba listo y sonrió al vernos llegar, nos abrió las puertas y entramos, sabía que sería un día largo lo presentía, suspiraba pesadamente, mientras mi madre hablaba no sé de qué y yo veía el paisaje de la ciudad por la ventana.
Bla: por favor nada de palabras bonitas a las monjas - la miré con cara de asco y se reía -
Ro: madre no abuses, por favor - rodé los ojos y seguimos cada una en su mundo -Una hora y media más tarde llegamos al respectivo orfanato, era un edificio medio moderno, incluso muy bonito, mi madre me explicó que llegamos al orfanato y suspiré profundo, bajé de la camioneta junto con mi madre quién sonreía muy feliz de haber llegado, se nota que a ella le encanta esto.
Ro: okey Rocío, es sólo un castigo, un par de sonrisas y luego volverás a tu mundo, cero carreras eso sí, pero vamos tu puedes - me dije para mí misma -
Bla: ven hija - cerré los ojos fuertemente y caminé hacia mi madre -
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Ella, mi salvación... Yo, su perdición
RomantikRocío fuentes, una chica de 23 años, su vida aunque aparenta ser perfecta, con padres perfectos, hermana perfecta... En fin, una familia perfecta, esta muy lejos de serlo, sin embargo no tiene ningún problema con que el mundo si lo piense. Hija del...