24.

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P.O.V JULIETH

Vic: ¿Qué sucede Juli? - volteo hacia la madre superiora y me quedo pensando en que decir - ven, vamos a la oficina - nos levantamos y fuimos hasta aquel lugar en el cuarto piso - sé que algo te pasa desde hace tiempo, no se cuánto pero sé que hace tiempo, ¿Qué pasa? - tenía dos opciones o le decía que Rocío me encanta o le miento -
Jul: - me senté en un sofá que tiene en la parte derecha de la oficina y Victoria me mira intensamente, incluso bajé la mirada - ¿te acuerdas cuándo llegamos aquí hace 15 años?
Vic: Como olvidarlo, tú... - se quedó en silencio -
Jul: Yo lloraba mucho y tenía pesadillas constantemente, pero jamás conté el porqué de ellas
Vic: Exacto - susurró -
Jul: Hace 15 años cuando apenas tenía 20 años, yo era estudiante de Medicina, tenía una vida maravillosa, una familia espectacular, unos amigos increíbles y... - mi voz empezaba a quebrarse - un novio "perfecto" - hice comillas en la última palabra - una noche salí con mis amigas para una discoteca porque después de tantos exámenes merecíamos un respiro, así que decidimos ir a bailar, ya allí llegó mi mejor amigo - sonreí recordando ese momento y Victoria me miraba sin decir ni una palabra - después de varios tragos, reírnos, bailar, hablar, fue en la pista de baile dónde lo vi - unas lágrimas corrían por mis mejillas - era mi novio perfecto con otra mujer besándose y bailando, Padrón me abrazó fuerte más yo solo quería salir corriendo de allí y así hice, al llegar a casa lloré todo lo que quizás jamás en mi vida había llorado por un hombre, ni por nada - suspiré y cerré los ojos - al día siguiente les avisé a mi familia que sería monja, nadie lo aceptó en su momento pero ya era una decisión, llegué aquí y mi vida cambió, fuiste testigo de los primeros meses, su recuerdo era mi peor pesadilla pero con el tiempo se me olvido todo de él - hubo un silencio atormentante -

Victoria se levantó de su sillón y cruzo el escritorio para llegar al sofá y abrazarme, sí, todo encajaba en ese momento, mi vida había encajado en ese abrazo, Victoria siempre estuvo para mí aún después de su puesto y yo siempre estaría para ella, pero ella me conocía demasiado sabía que confesar este secreto conllevaba a que pasaba algo más.

Vic: Ahora ¿Qué sucede actualmente con esté corazón? - señaló a mi pecho -
Jul: - suspiré - me gusta alguien Victoria, antes de que pegues el grito en el cielo, no sé como pasó, ni cuándo, ni cómo, solo sé que apareció con una sonrisa maravillosa, unos ojos preciosos y mi mundo dio un vuelco al cuál por más que intenté remediar ya no podía, cuando vi ya estaba loca por esa persona y no, no podía ni siquiera sacarla de mis sueños menos de mi mente, ni contar de mi corazón - suspiré y bajé la mirada avergonzada -
Vic: Sabía que cuando Rocío Fuentes llegó aquí algo cambiaría, lo presentía pero no sabía que eras tú ese cambio, Julieth no puedo pegar el grito en el cielo porque tú tienes 35 años, pero tú prometiste servirle al señor por tal sabes como son las reglas y lo que dice la palabra de Dios - asentí - pero en modo de amiga confidencial te digo, he notado el brillo de esa niña en cuanto te mira o cuando bailaron en aquella fiesta de gala, o tu felicidad cuando llegaste en su carro hace días - alcé la mirada sorprendida - soy la madre superiora todo lo sé mi Juli, ahora te digo algo - asentí - piensa bien si seguir la razón o el corazón pero hazlo con toda la seguridad del mundo - me abrazó y me di cuenta que soy la persona más afortunada del mundo -

Un rato después salimos de la oficina camino a la sala de juegos donde estarían los niños y nos encontramos a Blanca de Fuentes quién nos avisaba que regresó de Europa con muchos regalos para los niños, estábamos felices por ellos hasta que vi a una chica aparecer de la mano con Rocío, se me hacía conocida pero no sé de dónde, más la cara larga de Blanca me decía que no era de su agrado.

Bla: Madres les presento a mi nuera - rodó los ojos y fingió una sonrisa -
X: mucho gusto Cinthya... Cinthya O'valley - escuchar ese apellido me causó un mareo no podía ser casualidad -
Vic: - me miraba preocupada, de seguro estaré pálida y fría, más volteó hacia la chica y se presentó - Victoria Patrick, mucho gusto - el rostro de Victoria era serio y no dejaba de ver a Rocío quien no quitaba la mirada de mí -
Jul: Julieth... Julieth Ponce, un gusto - estrechamos las manos y sus ojos se me hacían conocidos -

Después de aquella rara presentación Victoria y yo nos fuimos con Blanca mientras la tal Cinthya se quedó con Rocío y los niños, cuando parpadee ya había caído la noche, caminaba hacia la oficina de Victoria cuando una voz me paralizó y volteé a verle.

Ro: Julieth lo que yo te dije... - tartamudeaba y me dio ternura - era en serio, tú me gustas y sé que no puede ser porque tenemos pensamientos distintos y por más atea yo respeto que seas monja - sus manos fueron a mis mejillas y cerré los ojos para sentir sus caricias - no creo en Dios pero ahora me siento confundida, quizá si exista porque algo tan grande pudo hacer a alguien tan hermosa - abrí los ojos y sonreí -
Vic: Juli - la voz de Victoria nos sacó de aquella burbuja en donde entramos sin darnos cuentas -
Jul: Sí madre superiora - no dejaba de mirar a Rocío -
Vic: ¿Qué tal Rocío? - Rocío tampoco me quitaba la mirada -
Ro: Bien madre superiora

Hubo un silencio raro y entonces Rocío se despidió de la madre superiora, se acercó a mí para darme un beso en la mejilla y me susurró que ahora vendría por mí, abrí los ojos como platos y ella sonreía, se dio la vuelta y se fue por el pasillo donde apareció, Victoria me miraba sonriente y yo me escapé del futuro interrogatorio que se me venía. Al llegar a mi habitación tenía una sonrisa embobada, ¿La causa? Rocío Fuentes y no podía evitarlo, fui a echarme una ducha y opté por un suéter negro cuello uve y un short azul, me peine el cabello y me arrodille ante el crucifijo para rezar.

Cuando me iba a acostar a dormir mi celular vibró, era un mensaje... era Rocío quien me avisaba que estaba afuera, me puse unos Adidas que tenía en el armario y baje con todos los nervios del mundo, al salir estaba ella apoyada en la puerta del copiloto con la mirada pérdida y me acerqué, cuando le susurré el saludo ella volteó hacia mí y sonreía, estaba preciosa, llevaba una pijama de oso demasiado tierna y una chamarra negra, Rocío se ve preciosa con todo, me abrió la puerta del copiloto y subí al carro, ella dio la vuelta y se subió al piloto, prendió el motor y yo la radio y empezó a manejar a algún lugar, aunque no sé cuál y yo Julieth Ponce, estoy completamente segura que lo que me pasa con esta niña es más que un gusto, el desastre viene en que soy monja y que Dios no me perdonaría este amor que siento por ella.

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora