11.

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Rub: cuéntame ¿Cómo te fue? – así llevaba Rubí una hora preguntándome lo mismo, rodé los ojos - es tan raro una atea en un convento
Ro: uno. No era un convento, era un orfanato, no es lo mismo pelirroja – ella asintió - y dos. Estuvo bien ¿okey? Te lo he repetido durante una hora – suspiré pesadamente -
Rub: sí, me lo has repetido, pero tus ojos me dicen que algo falta en este cuento – la miré asombrada - te conozco castaña, así que cuéntame – volví a rodar los ojos -
Bla: Rocío hoy salimos, tenemos una fiesta de gala y tú vienes conmigo, ni loca te dejo sola – Rubí se reía - sí quieres venir Rubí no tenemos problemas
Ro: ¿tenemos?
Bla: sí, Franco y yo no tenemos problemas – asentí -
Rub: ¿de gala? Claro que aceptó ir ¿puedo llevar a Tom?
Ro: ¿mi compañía no importa? – me crucé de brazo ofendida –
Rub: claro que sí pequeña Rocío pero tú no me darás besos, Tom sí – mi madre se reía -
Bla: sí puedes llevarlo Rubí y tú a tu noviecita – me dijo Blanca con desagrado y negué -
Ro: no gracias, paso, no la voy a llevar, bueno me voy a arreglar, hasta luego – les lancé un beso y caminé hasta mi cuarto -

Llegué a mi cuarto después de escuchar un grito de Rubí despidiéndose, no entiendo como lo escucho si mi cuarto esta al fondo del pasillo, pero venga es Rubí Miller todo es posible con su voz, me reí y caminé hasta el baño, donde abrí la llave para que se llenara la tina, me vi en el espejo y lentamente me quité toda la ropa, o bueno no es que tenga mucha ropa, el short, la blusa y la ropa íntima, listo. Mientras se llena la tina, miraba mi cuerpo y no me quejaba de el, a pesar que no soy la más alta, no tanto como Mónica, ya que ella es 1,75 y yo 1,70cm, podía ver un camino de lunares y sonreí, las pecas en mis hombros y un lunar en mi seno derecho, me encanta, bajé la mirada hasta mi abdomen y tenía otro lunar, el que llaman “el lunar del pecado" bueno según las mujeres con quienes me he acostado lo llaman así, me reí y me sentí orgullosa de mi cuerpo, definitivamente ser una Fuentes Davis tenía sus privilegios, sobre todo porque Mónica y yo sacamos el cuerpo a las hermanas Davis y el color de piel a la familia Fuentes. Después de que se llenará la tina, caminé lentamente hasta ella y me adentré para sentir el caliente del agua y mis músculos en cuestión de segundos se relajaron, cerré los ojos y sonreí profundamente, esta era una pequeña felicidad para mí.

Una hora más tarde salí del baño, ya me había puesto mi ropa íntima que trata de encaje color rojo, y encima tenía puesto un albornoz, fui hasta la cama y lentamente me puse crema para la piel. Mi padre tocó la puerta del cuarto y me gritó que en una hora salíamos, respiré hondo y fui hasta mi clóset de vestidos, había todo tipo de vestidos, largos, cortos, anchos, pegados, brillantes, simples, abiertos, cerrados, todo tipo y de todos los diseñadores existentes. Opté por uno azul eléctrico hecho por Carolina Herrera con corte en uve en la pierna derecha, cerrado en la espalda, pero escote largo al frente, manga largas y ceñido a mi cuerpo, usé unos tacones de agujas color negros, cartera a juego con el vestido y un abrigo negro a juego con los tacones, una trenza de lado, esta vez si usé lentes de contactos y un maquillaje suave pero que resalta el color de mis ojos, accesorios para el momento y estoy lista, metí mi identificación, dinero y mi celular en la cartera y salí para encontrarme con mis padres, ya estaba Rubí al lado de Tom, esté último tiene un traje como mi padre pero en color negro, el de Franco era azul, Rubí llevaba un vestido negro, y mi madre uno rojo, se veía hermosa, las Davis si tienen lo suyo, aunque mi padre estaba precioso también.

Ro: ¿Mónica no va?
Bla: no he sabido nada de Mónica y me preocupa porque ya viene su boda – responde mamá –
Fra: no está desaparecida, solo está full de trabajo, y Marcos tampoco la deja en paz – rodó los ojos –
Ro: te recuerdo que los de la idea de la boda fueron George y tú, padre – me miró y una tristeza apareció en sus ojos –
Fra: me arrepiento – lo miro sin entender –
Bla: luego hablan de ello, ya llegamos al evento. Rocío Aimee te comportas – la miré sorprendida -
Ro: hey y ¿tú crees que soy una ex convicta o qué? – me miró y volvió la mirada a la entrada del evento - Oh mierda – susurré al ver que se trataba del orfanato donde esta Julieth –
Fra: señorita - me ayudó mi padre a bajar y me reí -
Ro: gracias guapo señor – nos reímos y me puso el brazo, para el cual enrede el mío y mi madre hizo lo mismo -

Ella, mi salvación... Yo, su perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora